En 2020, hemos obtenido una sólida aportación al
beneficio de los tres principales mercados del
Grupo: España, Brasil y Estados Unidos. Y
crecemos en el negocio asegurador prácticamente
en todos los mercados del mundo. Respecto a las
otras unidades, MAPFRE RE, que incluye el
negocio de reaseguro y el de MAPFRE Global
Risks, ha cerrado también el ejercicio en positivo,
con 17 millones de euros, pese a que ha sido el
negocio de MAPFRE más castigado por la
siniestralidad de la pandemia, con un impacto de
80 millones de euros. La COVID-19 también ha
penalizado el negocio de Asistencia,
estrechamente conectado al turismo que es uno
de los sectores más afectados por el virus. En
definitiva, la lectura del anual del ejercicio refleja
que somos una compañía con capacidad de crear
valor a pesar de la complejidad del entorno.
La COVID-19 no ha quebrado tampoco nuestro
compromiso con el accionista, con un dividendo
siempre en efectivo y, aunque prudente, con uno
de los pay-out de los más elevados en el IBEX-35.
En el año natural, el año 2020, MAPFRE ha
desembolsado 416 millones de euros, una
inyección de capital muy necesaria para afrontar
los terribles efectos económicos y sociales,
especialmente el desempleo, producidos por la
pandemia. La solidez y la solvencia de la compañía
lo permite, y solo la prudencia recomendada por
todos los supervisores es la que nos lleva a
proponer una retribución sobre el beneficio del
ejercicio 2020 de 12,5 céntimos por acción, apenas
dos céntimos inferior a la de años precedentes lo
que supone una rentabilidad superior al 8 % sobre
la cotización media bursátil, como decía, una de
las más elevadas del mercado.
Y todo ello manteniendo una posición financiero-
patrimonial y de solvencia excelente, con muy
ligeras variaciones en sus valores, consecuencia
de la crisis de la COVID-19. Así, los fondos propios
superan los 8,5 millardos con una caída del 3,6 %;
el ratio de solvencia se sitúa en el 180,2 %, con
una disminución de 6,6 puntos porcentuales y el
ratio de apalancamiento se sitúa en el 23,3 % con
una subida de 0,6 puntos porcentuales. Y, además,
todas las agencias han reafirmado los ratings de
fortaleza financiera a lo largo del 2020.
Estimado accionista, la confianza que nos otorgas
debe ser retribuida con un dividendo financiero,
pero también mediante un dividendo social, un
comportamiento ético riguroso y unas relaciones
transparentes con todos nuestros grupos de
interés.
En este punto, estimado lector, te invito a
profundizar en otros indicadores que reflejan la
capacidad de la compañía y el desempeño a lo
largo del pasado año pese a las condiciones
externas tan adversas. Por ejemplo, continuamos
innovando en productos y servicios, las iniciativas
de Mapfre Open Innovation ya han producido
beneficios a cerca de un millón de clientes en
cinco países.
Los indicadores de calidad también se han
cumplido, el NPS® de MAPFRE, una metodología
que mide la satisfacción del cliente comparándolo
con otras 80 aseguradoras del mundo, nos sitúa
de nuevo por encima de la media de nuestros
competidores.
La pandemia tampoco nos ha impedido avanzar en
#LaParteQueNosToca, que es lema en el que
concentramos nuestro ambicioso Plan de
Sostenibilidad que seguimos desplegando de
forma global en sus tres dimensiones: ambiental,
social y de gobernanza. Continuamos
comprometidos con el Pacto Mundial de Naciones
Unidas y con los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, también de
Naciones Unidas. Nuestra estrategia
medioambiental y frente al cambio climático, la
economía circular, la gestión del talento, la
transformación digital, la economía del
envejecimiento, nuestro foco en las inversiones
socialmente responsables, la huella social que
producimos… son todos territorios donde
MAPFRE, junto con todos nuestros grupos de
interés, puede y quiere ser un actor relevante en
el proceso de transformación social, económico y
cultural del planeta, y lo estamos haciendo.
Y para concluir este punto, me gustaría referirme
al empleo, que es, después de las dramáticas
cifras que nos deja la pandemia, el indicador que
peor ha evolucionado en la mayoría de los países.
Tal y como nos comprometimos públicamente,
MAPFRE no ha ajustado empleo a causa de la
COVID-19, nuestra plantilla media del año es
prácticamente la misma que en 2019 y hemos
seguido avanzando en nuestros compromisos de
diversidad, inclusión y conciliación, incorporando
entre otros, el derecho a la desconexión digital,
implantado ya en España.
2021 es el último año de nuestro Plan Estratégico.
Un plan que no incluía una pandemia cuando se
diseñó. Seguimos trabajando para llevarlo al
máximo en lo que depende de nosotros, con la
misma firmeza y decisión con la que lo
empezamos. El compromiso con el crecimiento
rentable y la creación de valor sigue siendo una
prioridad, y vemos que las decisiones que se han
ido adoptando en cada momento han sido las
adecuadas a pesar de que, como decía al inicio,
nadie estaba preparado para lo que vino después
del mes de marzo.