El sector asegurador español ha vivido una caída histórica en 2020 como consecuencia de la pandemia, pero la recuperación este año está siendo igualmente sustancial. MAPFRE Economics ha presentado estos días su informe anual sobre el mercado, y aprovechamos para hacer un chequeo al sector. En nuestro último episodio del podcast Economics Café hablamos con Ricardo González, director de Análisis, Estudios Sectoriales y Regulación de MAPFRE Economics, y con José Antonio Sánchez, director general de ICEA.
“En Vida se produjo en 2020 una tormenta perfecta”, explica González; “en situaciones de crisis la gente tiende a acumular liquidez, y a esto hay que sumarle el entorno de bajos tipos de interés que ya viene de atrás”. “No Vida ha logrado un ligero crecimiento por las medidas de estímulo que ha tenido la economía española, por lo que el impacto en particulares ha tenido un efecto reducido”, complementa Sánchez.
Eso sí, esta evolución no ha afectado en absoluto a la solvencia de las compañías aseguradoras españolas. “El sector sigue siendo muy solvente, con un ROE del 15% aproximadamente, lo que dice mucho de la política prudente y de la buena gestión de las compañías aseguradoras españolas. Ni en la crisis de 2008 ni en esta crisis por la pandemia el sector asegurador español ha costado un euro al contribuyente”, apunta José Antonio Sánchez.
Respecto a los efectos que la pandemia está provocando en el seguro, el más evidente es un proceso acelerado de digitalización. “Pero no es lo mismo digitalizar el modelo de negocio tradicional, que desarrollar un modelo de negocio 100% digital”, avisa Sánchez. “Tenemos la ventaja de ser un sector solvente y rentable, y muy importante en la actividad económica del país. Vamos a una sociedad cada vez más envejecida, y el sector puede jugar un papel fundamental en el mantenimiento del estado del bienestar. Podemos afrontar sin prisa pero sin pausa todas las transformaciones que tenemos que realizar”.
“La digitalización ha provocado un cambio en la posición del cliente”, abunda Ricardo González. “Tiene más visibilidad, es más ágil para poder comparar, es más exigente. Esto eleva el nivel de competencia”.
“Está cambiando el tablero de juego. Si antes la ventaja competitiva se concentraba en el producto, ahora el foco está en la conectividad y el dato”, sostiene Sánchez. “Vamos a un mercado cada vez más bipolar, donde la diferencia entre las entidades que lo hacen bien y que lo hacen mal se va aumentando. La clave del éxito ahora mismo es tener inteligencia de negocio, saber a qué clientes se quiere uno dirigir. Los que no tienen inteligencia de negocio captan aquellos clientes que no interesan a los que sí la tienen”.
Acerca de cuáles son los segmentos de negocio con más futuro, tampoco parece haber dudas entre los expertos. “El negocio de salud va a seguir ganando peso, porque juega un papel muy relevante como complemento de la sanidad pública”, razona González. “En cambio el ramo de autos lo previsible es que vaya perdiendo peso en los próximos años como consecuencia de la reducción de la siniestralidad por los avances tecnológicos que está experimentando el sector de la automoción”.
“También hay una infrarrepresentación palpable de la penetración del seguro entre las pymes españolas, que no tienen todavía asumida la necesidad de protegerse frente a imprevistos”, añade Sánchez. “El 95% del tejido industrial son pequeñas y medianas empresas y existe mucho potencial de crecimiento en este sentido”.