Cómo contribuir a la sostenibilidad

A continuación encontrarás un listado de acciones que puedes poner en práctica para contribuir a un desarrollo sostenible.

1. Fruta y verdura: cuánta más, mejor

Naciones Unidas alertaba recientemente de la necesidad de incluir nuevas preocupaciones a la hora de llenar la cesta de la compra y hasta ha surgido una nueva corriente alimenticia, la de los climatarians.

Más allá del precio y la calidad de los productos, debemos cambiar nuestros hábitos alimenticios hacia dietas más sostenibles consumiendo:
– Menos carne, sobre todo ternera
– Más fruta y verdura de temporada
– Producto de proximidad
– Menos envases, especialmente de un solo uso

2. Una segunda vida

Separar los residuos correctamente para favorecer su reciclado es una de las primeras lecciones de consumo responsable. Además, se pueden reciclar telas o muebles y todo tipo de utensilios. Por otro lado, es imprescindible acudir a puntos limpios para deshacerse de electrodomésticos y reciclar objetos como móviles, pilas, residuos tóxicos, aceites, etc.

3. Menos es más

No basta con reciclar, hay que ir un paso más allá y reducir el consumo de productos superfluos. Hay “trucos” como hacer una lista de lo que necesitas antes de una jornada de rebajas como el Black Friday. Comprar lo que se necesita a un precio rebajado es bueno para la salud financiera, pero dejarse llevar por las ofertas puede sentarle mal al bolsillo y al planeta.

4. No más plásticos

No es necesario ser carpintero para reutilizar materiales. Casi todos nosotros ya usamos bolsas de tela en sustitución de las de un solo uso. Pero, además, puedes reparar la ropa y los accesorios que se desgastan, usar envases reutilizables, regar las plantas con agua de cocción, entre otras muchas opciones. ¡Dale a la imaginación!

5. Cierra el grifo

En casa puedes ahorrar agua con medidas como priorizar la ducha frente al baño, poner un doble botón en la cisterna y poner la lavadora o el lavavajillas solo cuando están llenos.

Aun así, gastamos agua de otras formas sin ser conscientes. Para destapar este uso de agua nació el concepto de huella hídrica, que se refiere al volumen de agua empleado para producir todo lo que consumimos. Si quieres conocer tu huella hídrica puedes usar esta calculadora.

6. ¡Apaga la luz!

Para reducir el consumo de energía (y también la factura) hay algunas prácticas muy sonadas como usar bombillas de bajo consumo o desconectar los aparatos eléctricos. Pero también puedes poner un fondo oscuro en tu ordenador, usar electrodomésticos eficientes o acortar el tiempo de tus duchas.

7. Cuánto más cerca, mejor

Apoyar a los comerciantes locales no solo resulta más sostenible, sino que además dinamiza la economía de la zona. Una de las principales razones para comprar en el barrio es la reducción de tu huella de carbono (la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que generan tus acciones). La próxima vez que cojas una fruta, mira de dónde viene y seguramente te sorprenderás de los kilómetros que ha recorrido hasta llegar a tus manos.

8. De paseo

Dado que una de las principales fuentes de emisiones de CO2 es el transporte, merece la pena que siempre que puedas sustituyas trayectos en transportes contaminantes (como el coche privado o el avión) por otros más sostenibles como caminar, la bici o el transporte público. En cuanto a las reuniones de trabajo hay cada vez más asuntos que se pueden despejar por videoconferencia sin necesidad de desplazarse. 

9. Cuenta con los más pequeños

Las nuevas generaciones serán las que más sufran las consecuencias del cambio climático pero también son la mayor esperanza para ponerle freno. Por eso es importante ayudarles a tomar conciencia sobre sobre la importancia de que nuestras acciones sean ambiental y socialmente responsables.

10. Un paso más allá

Si piensas que tú solo no puedes resolver la crisis ambiental, estás en lo cierto. Por eso difunde las medidas o iniciativas que promueven un desarrollo sostenible: haz de altavoz para extender el mensaje de que estas acciones garantizan un futuro mejor para todos.

Si quieres ir un paso más allá, siempre puedes sumarte a acciones de voluntariado para mejorar la vida de otras personas o cuidar de tu entorno, como hacen muchos empleados de MAPFRE.