“Los seguros de Vida juegan un papel clave en el proceso de ahorro-inversión de una economía”
Los seguros de Vida son un producto financiero de gran importancia para la protección personal y familiar y, en esa dimensión, constituyen un elemento que, en la medida en que se encuentre más presente en un país, coadyuva a dar estabilidad a la sociedad.
Manuel Aguilera, director general de MAPFRE Economics, el servicio de estudios de MAPFRE, analiza el papel que juega el seguro de Vida en las economías y, en concreto, en Latinoamérica. En una entrevista con la revista másSeguros, de AUDEA (Asociación Uruguaya de Empresas Aseguradoras), explica cómo el seguro de Vida contribuye a la creación de ahorro interno y, con ello, el proceso de formación de capital y crecimiento económico. Es por eso que considera que son necesarias políticas públicas orientadas a estimular el desarrollo del seguro de Vida, puesto que “la experiencia internacional que hemos analizado confirma que la mayor existencia de esta fuente de financiamiento se ha traducido en sociedades con economías más sólidas y, consecuentemente, que pueden ofrecer mejores perspectivas a su población”, indica Aguilera.
MAPFRE Economics publicó recientemente un informe sobre “Elementos para el desarrollo del seguro de Vida”. En él se realiza un análisis comparativo de experiencia internacional del seguro de Vida y de los mecanismos que se han empleado para que este producto se convierta en una herramienta de política pública para estimular el ahorro, especialmente el de medio y largo plazo. Proporciona una visión detallada de la rica tipología de productos que existen en los mercados analizados, conforme a una clasificación que los agrupa en cinco grandes categorías: de riesgo, de ahorro, de inversión, de rentas y productos específicos para la jubilación. Se ofrece un análisis global y un estudio específico de una selección de mercados representativos que cubre los de los Estados Unidos, México, Brasil, España, Reino Unido, Italia, Japón y Hong Kong.
En la entrevista, Aguilera agrupa en tres grupos los elementos de política pública orientados a estimular el desarrollo del seguro de Vida. En primer lugar, se encuentran las medidas asociadas a la regulación prudencial a la que se encuentra sujeta la actividad aseguradora. En este aspecto, las políticas públicas pueden incidir en varios aspectos. Por ejemplo, proveyendo de normas apropiadas relativas al acceso al mercado asegurador, considerando que los operadores de los productos de vida son entidades financieras de alta especialización. Asimismo, señala el experto, la necesidad de contar con una estabilidad regulatoria para un negocio cuya naturaleza es de largo plazo, así como la importancia de establecer incentivos regulatorios a la innovación en el diseño de los productos que se llevan al mercado.
En segundo lugar, están las medidas vinculadas al papel de los seguros de Vida en el marco de los sistemas complementarios de pensiones. “Se trata de definir e implementar líneas de política pública orientadas al establecimiento de sistemas de pensiones de naturaleza complementaria, en los que se empleen los mecanismos de ahorro que ofrecen los productos aseguradores; dichas políticas pueden considerar, por ejemplo, esquemas de adscripción obligatoria del sistema de empleo (como en el exitoso caso del Reino Unido), o bien establecimiento de planes de pensiones voluntarios que complementen los sistemas públicos obligatorios”, matiza Aguilera.
Por último, señala las medidas de política pública relacionadas con la aplicación de incentivos fiscales. Aquí debe destacarse, en su opinión, la conveniencia de la aplicación de incentivos a los productos de ahorro e inversión y los productos de seguros vida riesgo, así como la necesidad de evitar desincentivos relativos a la aplicación de impuestos indirectos a los productos de seguro de Vida, lo que, en la experiencia internacional, “no genera mejoras en las tasas de recaudación y sí, por el contrario, neutraliza la potencialidad del seguro de Vida como generador de ahorro interno”.
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