FINANZAS | 24.03.2021
“La revisión de solvencia II tiene que impulsar la capacidad de las aseguradoras de invertir en activos sostenibles”
La apuesta de las empresas por la sostenibilidad se ha acelerado como consecuencia de la pandemia. Y esta preocupación también ha crecido entre las autoridades europeas. No es baladí que el plan Next Generation EU, aprobado por Bruselas, vaya a centrarse en dos asuntos primordiales: el futuro digital y sostenible.
Sobre este asunto se refirió Antonio Huertas, presidente de MAPFRE, durante su intervención en el Observatorio de Finanzas, organizado por Invertia. En su opinión, y es algo que se está debatiendo en el seno del Pan-European Insurance Forum (PEIF), del que MAPFRE es miembro, se debe avanzar en la colaboración público-privada y preparar mecanismos para que las aseguradoras multipliquen el efecto de las inversiones que partan de las iniciativas públicas. Pero, como aseguró, “existe la preocupación de que la revisión que se está haciendo de Solvencia II pueda limitar esa capacidad si se termina aumentando las exigencias de capital”. “La revisión de solvencia II tiene que impulsar la capacidad de las aseguradoras de invertir en activos sostenibles”, sentenció.
En este sentido, Huertas hizo un repaso del camino recorrido ya por MAPFRE. En el terreno concreto de la Inversión Socialmente Responsable (ISR), el presidente demostró cómo la rentabilidad financiera no es incompatible con la rentabilidad social, sino al contrario. Puso como ejemplo el MAPFRE AM Good Governance, un fondo que prima el buen gobierno de las empresas, y que cerró el año pasado como uno de los mejores de su categoría al subir un 28%. Pero, además, destacó el MAPFRE AM Inclusion Responsable, el único fondo social, puesto como ejemplo de buenas prácticas por la ONU, que incorpora en cartera a las empresas que prestan una especial atención a la inclusión laboral de las personas con discapacidad. “Toda inversión debe tener una rentabilidad financiera, pero en el actual entorno de sostenibilidad en el que nos movemos ahora, estas inversiones deben tener también un fin social”, añadió.
El presidente de MAPFRE dio la bienvenida al nuevo Reglamento sobre Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR), “que supone un cambio importante en materia de transparencia y mejora la accesibilidad de los inversores que quieren invertir en activos ESG”. Pero quiso ir más allá y advirtió de que, además de invertir con criterios ESG, “es muy importante medir el impacto social de esa inversión”. Es decir, “asegurarnos de que esas inversiones terminan mejorando la vida de las personas”. El ejecutivo recordó que MAPFRE trabaja con este fin desde hace años con la Universidad de Siena.
En el terreno de las pensiones, y ya fuera de las finanzas sostenibles, Huertas recordó que, a diferencia de la famosa película de los hermanos Cohen “No es país para viejos”, “España sí es un país para mayores”. Y, en este sentido, recordó que la longevidad nos lleva a un escenario donde la población mayor de 65 años, o de 67, será casi un tercio de la población. Aun consiguiendo que la población activa alcanzase el pleno empleo, va a ser imposible que el 30% de la población financie el 70% o el 80% de la economía. Es por ello que Huertas insistió en que no se deben limitar los derechos ya generados, como se ha hecho con la reducción de los incentivos fiscales, sino “abrir nuevas vías para que los trabajadores, entre los que me encuentro, podamos tener fuentes alternativas de rentas dentro de 15 años”.
Además, Huertas puso en valor el modelo de bancaseguros, muy presente en MAPFRE, pese al reciente divorcio con Bankia. Y volvió a tender la mano al Gobierno para apoyar en el sistema de vacunación con los servicios que tienen empresas como MAPFRE.