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FINANZAS | 26.08.2020

El éxito del Olympique de Lyon: La Champions League y las Finanzas del Comportamiento

Luis García Álvarez, CFA.

Gestor de inversiones en MAPFRE AM

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El pasado domingo, se disputó la final de la Champions League, en la que el Bayern de Múnich se impuso al París Saint Germain, proclamándose campeón de esta atípica edición de la competición.

En su camino hacia la victoria, el equipo alemán había derrotado en semifinales al Olympique de Lyon, club francés cuyas acciones cotizan en Bolsa y forman parte de la cartera del MAPFRE AM Behavioral Fund. Este fondo de inversión de MAPFRE AM basa su estrategia en el estudio de las Finanzas del Comportamiento, que integran conceptos de la Psicología para entender y predecir mejor cómo nos comportamos frente a decisiones que tienen que ver con nuestro dinero.

Es importante aclarar que esta participación en el accionariado del club francés tiene un horizonte de largo plazo y está basada en un análisis en profundidad, tanto de la buena gestión empresarial que han llevado a cabo en los últimos años, como de las dinámicas positivas que presenta la industria del fútbol, incluso a pesar del innegable impacto de la pandemia. Nuestra inversión no depende del resultado de un partido, ni de una o dos temporadas. Para eso están las casas de apuestas deportivas. Lo dijimos hace unos meses, cuando vimos caer nuestras acciones del Ajax de Ámsterdam tras su eliminación en esta Champions, y lo repetimos ahora que nos ha tocado vivir el lado dulce, con el éxito del Lyon alcanzando las semifinales.

El efecto de una alegría o un fracaso deportivo puntual sobre el valor de los clubes no es habitualmente significativo, ni cambia nuestra tesis de inversión a largo plazo. Sin embargo, las cotizaciones de sus acciones sí que suelen estar sujetas a grandes vaivenes en función a resultados, fichajes o lesiones de sus estrellas. El mercado financiero, que con cierta frecuencia cae en la irracionalidad, ve potenciado su lado emocional en una industria como la del balompié, donde resulta casi imposible mantenerse alejado del ruido. Esto hace que muchos gestores de fondos no quieran ni oír hablar del fútbol como inversión, pudiendo perder una gran oportunidad. Precisamente, las Finanzas del Comportamiento pueden ayudarnos a entender el por qué, a través del estudio de algunos de nuestros sesgos cognitivos.

Efecto manada: Es la tendencia a aceptar como válidos los razonamientos o ideas de la mayoría sin analizar si son correctos desde un punto de vista lógico. En este sentido, es una creencia generalizada que los clubes de fútbol son un capricho de millonarios. Máquinas de perder dinero con las que resulta imposible rentabilizar la inversión. Sin embargo, aunque ésta era la situación de la industria hace pocos años, existen distintos factores, entre los que destaca la aprobación de las reglas del Fair Play Financiero, que han hecho girar radicalmente el timón. El hecho objetivo es que los clubes de las principales ligas europeas han dejado atrás un déficit estructural, para empezar a presentar a presentar beneficios a nivel agregado en las últimas temporadas.

Sesgo de disponibilidad: Es un atajo mental que nos lleva a evaluar las probabilidades de que algo suceda dependiendo de la facilidad con la que ejemplos sobre ello o hechos similares nos vienen a la mente. De nuevo, esta trampa de nuestro cerebro puede llevarnos a errores. En el mundo del fútbol a todos nos vienen a la mente escándalos por mala gestión, ya que son más sonados y ocupan los titulares en los periódicos e informativos. Sin embargo, a día de hoy ya es significativo el número de casos en el lado opuesto. La industria está empezando a atraer a directivos brillantes, que consiguen combinar la rentabilidad económica con los éxitos deportivos, pero no reciben tanta atención por parte de los medios.

Infra-reacción ante noticias positivas: Los inversores tardamos en incorporar las buenas noticias a nuestras expectativas, lo que se refleja en subidas moderadas en el precio de la acción. En este punto, podemos volver al ejemplo del éxito del Lyon en la reciente Champions League. Los premios acumulados por su participación en cuartos de final y semifinales alcanzan los veintidós millones y medio de euros, a lo que habrá que restar impuestos y primas, pero también sumar la revalorización de sus jugadores al haber destacado en el mayor escaparate del fútbol mundial. Sin embargo, la capitalización de mercado del club sólo ha aumentado en cinco millones en este intervalo de tiempo. ¿Insuficiente? Parece que sí.

Aversión a la pérdida: Al contrario que las noticias positivas, los eventos con impacto negativo sí llegan rápido a la mente de los inversores. De hecho, varios estudios calculan que el dolor experimentado por una pérdida es más de dos veces superior al placer que supone una ganancia del mismo importe. En esta edición de la Champions League, mientras que las victorias del Lyon han venido acompañadas de subidas solamente moderadas en el precio de sus acciones, las eliminaciones de otros clubes cotizados en Bolsa, como el Ajax o la Juventus, se han recogido en los mercados financieros con severas caídas cercanas al doble dígito. A nuestro cerebro le duele más perder de lo que le gusta ganar.

Richard Thaler, Premio Nobel de Economía, es considerado como el padre de las Finanzas del Comportamiento.

Este mes se ha conocido que Thaler formará parte del equipo directivo de un nuevo vehículo inversor, liderado por RedBird Capital junto a Billy Beane, precursor del análisis de datos en el mundo del béisbol, cuya historia inspiró el libro “Moneyball”, que fue también adaptado al cine. Lo curioso de esta noticia es que el objetivo de este grupo es adquirir un gran club de fútbol en Europa.

Las Finanzas del Comportamiento y la industria del balompié vuelven a coincidir. ¿Casualidad u oportunidad única de inversión para aquellos que logren superar sus prejuicios?