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FINANZAS | 24.06.2020

“Hemos hecho un máster estos tres meses de cómo enfrentarnos los inversores a las emociones”

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Luis García, director de cartera de renta variable de MAPFRE AM, participó en la primera mesa redonda online organizada por Zona Value, titulada La adaptación de las nuevas filosofías de inversión frente a la nueva de disrupción de mercado.

El gestor presentó el MAPFRE AM Behavioral Fund, un fondo de inversión basado en la economía del comportamiento cuyo objetivo principal es el de explotar las ineficiencias provocadas por el comportamiento de los participantes del mercado.

“En los últimos tres meses, todos nos hemos hecho un máster de cómo enfrentarnos los inversores a las emociones, y pasar de tener que controlar nuestros miedos, en un primer momento, a tener que controlar ahora la euforia “, señaló García.

El fondo es pionero en Europa en utilizar el behavioral economics, es decir, una estrategia que consiste en intentar integrar en la economía conceptos provenientes de la psicología, para entender cómo los seres humanos tomamos nuestras decisiones. En este caso, las decisiones de inversión. “En el mundo de la inversión es casi más importante este aspecto psicológico que la parte de contabilidad y análisis de número. Con un poco de formación básica seríamos capaces de distinguir si una compañía vale 10 o 20, pero lo más complicado es comprar esa compañía cuando cae a 5, porque ahí nos entran los miedos, como ha ocurrido estos meses”, añade García.

Durante su presentación, el gestor de MAPFRE AM explicó cómo se entiende en la gestora el value investing o la inversión en valor. Para García, no se trata sólo un factor estadístico o de comprar compañías que estén baratas. “Creemos que puede haber empresas cotizando a múltiplos más altos, y tenemos muchos ejemplos en el sector tecnológico, pero que son excepcionales inversiones en valor”, señala. Y lo justifica porque ese crecimiento que han tenido, y que probablemente tengan en los próximos años, “es parte de su valor fundamental, es inseparable de la compañía”.

En este sentido, se apoya en la filosofía de Benjamin Graham y su inversión inteligente. Graham no relacionaba en absoluto la palabra inteligente con un alto coeficiente intelectual, ya que probablemente ésta no sea realmente una condición necesaria para tener éxito en las inversiones. En realidad, se estaba refiriendo a la capacidad del inversor para estudiar, aprender y tomar decisiones inteligentes en un entorno cambiante y que nos desafía constantemente. “Es importante estudiar las compañías, intentar entender los negocios y el management que los lleva y, con ello, llegar a una valoración, y esto no tiene que ver con tener múltiplos altos o bajos”, explica García.

A esta estrategia de value investing se le añade otra capa de Behavioral Economics. “En nuestra opinión, las finanzas del comportamiento están íntimamente ligadas a la inversión en valor”, sostiene. Para ellos, el equipo gestor se apoya en muchas fuentes para la generación de ideas: “Muchas veces, las mejores ideas surgen de la propia observación de la realidad, de lo que hacemos en nuestro día a día, de los servicios de los que somos asiduos, de las tiendas que siempre visitamos, de la lectura de la prensa, de los libros o de las charlas con otros inversores como la de hoy”, indica.

A, partir de ahí, y una vez que se seleccionan las compañías se pasa al análisis fundamental, a analizar los números, a hablar con el management y, tras este trabajo, se toman las decisiones de inversión, aunque sólo en aquellos negocios que puedan entender bien. “Queremos compañías con balances sólidos y esta situación que estamos pasando ahora mismo nos refuerza esa creencia (gran capacidad de generación caja y poca deuda)”, añade.

El MAPFRE AM Behavioral Fund tiene una media de 35 compañías en cartera con más exposición al sector tecnológico, industrial y consumo.