“MAPFRE Compromiso Sanitario es un ejemplo de colaboración público-privada para hacer frente a problemas sociales”

En dicho acto ha participado David Iturralde, director de inversiones de renta fija de MAPFRE AM, junto a otros profesionales de algunas de las principales instituciones financieras en España.
Iturralde ha explicado que el Compromiso Sanitario “ha sido un fondo pionero, porque busca impactar en un tema social de tal importancia como la lucha ante la covid, y también es un ejemplo de colaboración público-privada, que puede ser un referente para el futuro a la hora de afrontar la resolución de problemas sociales”.

El fondo tiene como activo subyacente un bono social emitido por la Comunidad de Madrid y ofrece un total del 3% garantizado, que el cliente recibirá en el momento del vencimiento en tres años, es decir, en 2023. Se trata de una rentabilidad muy superior a la del bono (un 0,36% anual), gracias a una aportación adicional de la propia gestora cercana al millón de euros. Además, el fondo no aplica ningún tipo de comisiones, ni de gestión, depositaría o comercialización.

Iturralde ha destacado la excepcional acogida entre los clientes de la iniciativa, “sobre todo en unas condiciones complicadas para comercializar un producto”, lo que ha permitido captar los 50 millones previstos en menos de tres semanas. La aportación máxima de cada inversor se limitó a 50.000 euros, con el fin de que participara un gran número de partícipes, principalmente clientes particulares, y que sirviera así de puente entre el ahorro de las personas y la financiación sanitaria tan necesaria en estos momentos.

Otro elemento diferencial es que la Comunidad de Madrid destinará el 100% del dinero recaudado para los fines sanitarios establecidos, y además facilitará a la gestora un informe de impacto con los detalles de la inversión que realice para la ayuda sanitaria.

Y es que la inversión social y sostenible debe todavía superar algunos obstáculos, como la mejora en la medición y la estandarización de los criterios. Según Iturralde, “es fundamental la transparencia que damos a nuestros inversores. La fiabilidad de los datos que vamos a otorgar, y la integridad de las entidades implicadas. Algunos datos son difíciles de medir, y la normativa debería encaminada a que estos datos sean fáciles de obtener, de medir y de entender”.

Lo que es indudable es que la inversión denominada ESG (ISR en español) va a tener un papel cada vez más importante, porque los inversores quieren poner su granito de arena en el desarrollo de temas sociales o medioambientales, y quieren ver cómo impacta.

“Nosotros en MAPFRE ya lo hacemos”, explica Iturralde. “Damos información sobre la emisión de CO2 en nuestras inversiones en el Fondo Capital Responsable. O la contratación de empleados con discapacidad en el Fondo Inclusión Responsable. Buscamos la rentabilidad financiera, pero también la social. no hay que mirar únicamente la rentabilidad en euros, sino el tipo de proyectos donde participamos. Los inversores lo demandan cada vez más. Es un proceso imparable”.

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