FINANZAS | 15.04.2021
El atractivo del capital privado: Un activo que ha venido para quedarse
Según el análisis, además de contar con menores niveles de inversión en nuestro país con respecto a otras geografías, diversifican de forma significativa fuera de España. Esto hace que el sector de capital privado sea muy dependiente de la inversión de gestoras internacionales.
A la presentación del informe siguió una mesa redonda moderada por José Luis García Muelas, CIO de Loreto Inversiones, sobre el atractivo de este tipo de activos, que ofrece un perfil de riesgo diferencial interesante para el inversor, entre otras ventajas por su cierta descorrelación con el ciclo económico. Hasta ahora la renta fija española había ofrecido una alta rentabilidad y el reglamento de planes y fondos de pensiones no favorecía este tipo de inversión, desincentivándola o limitándola en volumen.
En España hay inversores de distinta tipología que invierten con éxito en este tipo de activo alternativo, una estrategia de inversión válida y atractiva. A juicio de los expertos, se animarán más por el actual contexto de tipos de interés bajos, el interés creciente de las aseguradoras nacionales y ante las nuevas regulaciones, que conllevarán efectos positivos en pensiones a medio y largo plazo, y las expectativas de que Solvencia II pueda favorecer esta inversión.
Capacidades necesarias para invertir
Según destacó María Concepción Bravo, Fixed Income Portfolio Manager en MAPFRE AM, existen dos vías: desarrollar las capacidades propias para la gestión del activo, algo imposible para todos los activos existentes incluso para una compañía como MAPFRE, o buscar gestores especializados de primera línea. A su juicio, “no se trata de llegar a todos los activos, sino también de asociarte y coinvertir con buenos partners”.
MAPFRE cuenta con grupos de trabajo diferenciados en private debt, private equity, real estate e infraestructuras, con enfoques específicos en las distintas estrategias de inversión. Por ejemplo, en esa última, la aseguradora va de la mano de un player como Macquarie en un fondo cercano a los 300 millones de euros, de los cuales MAPFRE posee una participación por encima de cien. La semana pasada anunció una alianza con Iberdrola para la inversión en energía renovables, también de 300 millones, para la generación de 1.000 MgW en España.
La experta también compartió el interés en proyectos como el fondo constituido con Altamar en private equity. Se trata de un producto de inversión continua, muy diversificado, con el objetivo de alcanzar una cartera madura que sea capaz de autofinanciarse por sí sola.
En deuda privada MAPFRE ha optado por desarrollar su capacidad internamente, gestiona su cartera de forma directa, dada la semejanza y experiencia del activo tradicional en sus carteras (casi un 90% en renta fija) y las ventajas que ofrece el crédito que permite diversificar, no sólo geográficamente, por añadas o por gestoras, sino también por tramo de subordinación. En función del apetito por el riesgo posicionará en un tramo senior debt (tramo con riesgo y rentabilidades más bajas) hasta el tramo mezzanine, pasando por el tramo unitranche, con todos sus matices.
La apuesta ESG gana peso en la era post-Covid
La situación en los mercados, impactados durante la pandemia por la incertidumbre y deslocalización, ha provocado que cuantos hasta ahora carecían de este tipo de inversión, la demanden, y que aquellos que, como MAPFRE, ya la habían adoptado, incrementen su peso en las carteras.
La relevancia del concepto ESG (inversiones con criterios respetuosos con el medio ambiente, la sociedad y la gobernanza), hace que este tipo de activos estén muy por delante de las inversiones líquidas ahora mismo. Los criterios que lo sustentan se basan en 3 “C” con mucho peso:
- Convicción: La de orientar la inversión a medidas con impacto
- Coacción: La regulación actual está provocando una inversión sostenible, que se incrementará.
- Conveniencia: Los clientes van a demandar este tipo de inversiones
La estrategia de ESG de MAPFRE va inscrita en el ADN. MAPFRE AM ha sido la primera gestora en recibir el prestigioso sello francés ISR label por dos fondos (Capital Responsable e Inclusión, respectivamente), y su metodología y estrategia en este ámbito se apuntalaron tras la adquisición del 25% de La Financière Responsable. A futuro, el objetivo es seguir cerrando inversiones con impacto, como Global Social Impact (financiación a corto y medio plazo para proyectos en desarrollo en África).
“Estamos muy involucrados”, al final la vida media de estas inversiones está en torno a 10 años, son a muy a largo plazo, para que estas inversiones tengan éxito tienen que tener un impacto positivo real.