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CORPORATIVO | 15.07.2020

MAPFRE Economics prevé una caída del PIB global de entre el 4,9% y el 5,7% pero detecta signos de reactivación en las principales economías

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El Servicio de Estudios de MAPFRE prevé en su escenario base que la economía recupere el PIB perdido durante la crisis antes de finalizar 2022.

Alerta sobre los niveles récord de deuda soberana y corporativa, tanto en los mercados emergentes como en mercados desarrollados.

MAPFRE Economics, el Servicio de Estudios de MAPFRE, adelanta un escenario más sombrío para la economía mundial que hace tres meses, aunque también aprecia signos de reactivación en las principales economías, especialmente en China. Como se incluye en la actualización trimestral de su informe “Panorama económico y sectorial de 2020”, publicado por Fundación MAPFRE, con los datos de contabilidad nacional del primer trimestre y los datos de producción industrial, ventas minoristas y comercio global de abril y mayo, puede tenerse la certeza de que la contracción del PIB mundial será mayor de lo anticipado.

Para elaborar sus estimaciones, y dada la incertidumbre persistente, contemplan, como en el trimestre anterior, un escenario base, en el que auguran una recesión global con una caída del PIB del 4,9% en 2020, pero seguida de un repunte relativamente ágil del 5,4% el próximo año, lo que permitirá recuperar el PIB perdido antes de terminar 2022. Y también un escenario estresado en el que la recuperación se ve truncada por el rebrote de la pandemia y el agotamiento de las medidas monetarias y fiscales. En este caso, la recesión se agravaría con una contracción del PIB de hasta hasta el 5,7% y continuaría el año próximo (-2,2%). “En estos momentos, se trata de discernir si efectivamente la economía global ha tocado fondo en el segundo trimestre y si ahora, gracias a la implementación de las medidas de política fiscal y monetaria, entramos en una gradual fase de normalización que lleve al terreno positivo el crecimiento a inicios del año próximo (escenario base)”, explican los economistas.

En el informe se incluye, a su vez, una lista de catalizadores que podrían convertir la actual recesión global en una depresión con efectos de más largo plazo. Por ejemplo, se pone el acento sobre los niveles récord de deuda soberana y corporativa, tanto en los mercados emergentes como en mercados desarrollados, “lo que plantea fragilidades que pueden convertir la actual crisis de liquidez en una crisis de solvencia”. Entre los mercados emergentes, el elevado apalancamiento en dólares podría llevar las necesidades de financiación a niveles que pueden resultar insostenibles si la crisis se prolonga, dando lugar a defaults selectivos y contracciones de mercado, con efectos sobre la cuenta corriente (como la crisis en Brasil de los años ochenta o la de México en los noventa). Y en los desarrollados, el incremento de la deuda soberana puede llevar la sostenibilidad fiscal al límite y alerta sobre la vulnerabilidad en EEUU y algunos países de Europa por el segmento de deuda corporativa de los denominados Collateralized Debt Obligations (CDOs).

Para el conjunto de la eurozona, los economistas de MAPFRE Economics prevén una contracción de entre el 10% y el 11,1% este año. “Los riesgos para la economía de la eurozona son los de una recesión más profunda y duradera, en la medida que esta crisis va a dejar cicatrices tanto en el nivel de empleo como en la quiebra de compañías”, señalan. Y no creen que la demanda y la oferta vuelvan a la trayectoria anterior a la pandemia, es decir, de 2019, hasta 2022. “Todos los países de la UE terminarán con déficits y deudas más elevadas, y también más endeudado el sector privado, por lo que será necesaria una cuidadosa gestión para evitar problemas de solvencia de los países y en el sector financiero”, advierten. “Las economías no se pueden permitir nuevos cierres totales”, añaden.

La caída del PIB estadounidense podría situarse en un rango de entre el 8% y el 9,4% (escenario estresado), aunque avisa de que las proyecciones están condicionadas a que no se produzca rebrote de la pandemia, en cuyo caso será necesario efectuar una nueva revisión. Y es que, como recuerdan, “la pandemia no está controlada y aparentemente no remitirá mientras no se cuente con medicamentos y vacunas eficaces”. Los cierres han provocado un aumento de paro histórico de más de 20 millones de personas, y muchos negocios cerrarán de forma definitiva. “Estas insolvencias se traducirán en una mayor morosidad bancaria, mientras que el nivel más alto de paro también tendrá implicaciones en el volumen de crédito al consumo y su morosidad, así como en el mercado inmobiliario”. Y, como ocurre en el resto del mundo, muestran su preocupación sobre la deuda y estiman un déficit fiscal del gobierno federal del 15%.

Sobre China han mejorado sus estimaciones, desde la contracción del 0,6% que preveían hace tres meses a un crecimiento del 0,8% en el escenario base, debido a una recuperación más rápida de lo anticipado. No obstante, persisten, en opinión de MAPFRE Economics, incertidumbres sobre el consumo y la inversión. Y a esto se suman los riesgos de una reescalada de las tensiones en China y Estados Unidos que desencadenen preocupaciones geopolíticas.

En el caso concreto de la economía española, el Servicio de Estudios ha reducido de forma considerable su rango de estimaciones y prevé una caída de entre el 12,1% y el 13,1% este año. Además, como novedad, no descarta que se mantenga la recesión durante el ejercicio que viene en un escenario estresado, con una contracción del 1,2%. Precisamente, como apuntan los expertos de MAPFRE Economics, “los riesgos para la economía se centra ahora en el nivel de recuperación de la actividad”, principalmente porque la vuelta a la normalidad se está produciendo de una forma gradual afectando principalmente al turismo y al ocio. Todo esto tiene implicaciones sobre sus perspectivas en el mercado laboral. Según incluyen en su análisis, está aún por verse qué porcentaje de trabajadores en ERTE podrán volver a sus puestos de trabajo. “En la economía española, el turismo y la hostelería tienen un elevado peso, y seguramente estos sectores tardarán en volver al nivel de actividad anterior con los consecuentes efectos en el empleo”. Esto les lleva a prever una tasa de desempleo del 17,2% este año pero que podría superar el 20% en 2021.

Por otra parte, en el mundo emergente los flujos de inversión más volátiles vuelven a cubrir, al menos de forma parcial, las necesidades de financiación de Latinoamérica y Europa emergente, lo que se irá traduciendo en una estabilización de sus monedas. Este reajuste de los flujos de capital difícilmente llevará a esas economías a la situación previa al Covid-19; en el saldo final influirán los fundamentales macroeconómicos de cada país y, en buena medida, el grado de afectación que la pandemia haya generado en su estructura económica. Por ejemplo, para México, el equipo de MAPFRE Economics espera una caída del PIB de al menos el 10,5%. “La economía mexicana se enfrenta a un riesgo quizá superior al de otros países, ya que sus ingresos fiscales dependen en gran medida de los ingresos petroleros, y tiene poco margen para estímulos fiscales. Por otra parte, de no lograr sostener los ingresos fiscales y/o aumentar sustancialmente su nivel de deuda, las agencias calificadoras podrían quitarle el estatus de ‘grado de inversión’ que aún mantiene”, indican. En el caso de Brasil, la caída se situará al menos en el 8,9% este año. Además, apuntan el riesgo de inestabilidad política, con la falta de consensos entre el presidente y los gobernadores de los estados y otros políticos en cómo afrontar la pandemia. “El riesgo de descontrol de la pandemia también es elevado, ya que aún se sitúa en la curva ascendente de contagios. Cuando termine esta situación de excepcionalidad, Brasil deberá retomar la agenda de reformas estructurales aún pendientes”, explican los economistas.

Impacto en el sector seguros

MAPFRE Economics actualiza en el informe el análisis de las peores crisis económicas vividas en los últimos cuarenta años desde 1980, con el fin de determinar cuáles fueron las consecuencias sobre el sector asegurador, tanto en el negocio total como en los segmentos de No Vida y de Vida. Este análisis, según los expertos, confirma que, en general, pueden anticiparse fuertes caídas en las primas del negocio asegurador a nivel agregado. No obstante, al llegar la recuperación económica, las primas de seguros suelen experimentar crecimientos por encima del PIB, especialmente en los mercados emergentes.

Puede consultar la versión completa del informe del Panorama.