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TRANSFORMACIÓN| 06.09.2021

¿Cómo educar en la confianza? El gran reto de los colegios

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Los maestros y educadores tienen la complicada labor de fomentar la autoestima en sus alumnos para que tengan un desarrollo emocional satisfactorio.

Confianza es una de las palabras más bellas que hay en el diccionario, pues implica una integración social con quienes nos rodean (confiando en ellos) y un mayor bienestar personal (confiando en nuestras emociones, sentimientos y capacidades). De hecho, la falta de confianza suele acarrear problemas de todo tipo en cualquier momento de nuestra vida.

Por esta razón, resulta esencial construir sólidos pilares que sean capaces de sostener el desarrollo personal de cada uno, especialmente en lo que a autoconfianza se refiere. Y uno de los espacios en los que se ha de trabajar para lograrlo es el colegio.

La autoestima conduce a la confianza

Antes de entrar a valorar cómo se puede fomentar la confianza de los niños en el entorno escolar, hay que señalar que la labor principal se debe llevar a cabo en el hogar. Y es que son los padres (o tutores) quienes han de promover la autoestima de los pequeños desde las más tempranas edades.

Tal y como explican en un texto realizado por la Asociación Española de Pediatría, “quienes tienen una gran autoestima con mayor frecuencia no solo se sienten bien consigo mismos, sino que también saben qué cosas hacen bien o mal; lo contrario les sucede a quienes tienen baja su autoestima. Esto también se refleja en la capacidad para comunicarse con los demás, para compartir y participar en actividades, afrontar los retos, tener empatía, ser autosuficientes, creativos, disfrutar de los logros, ser asertivos y responsables”.

Así pues, la autoestima genera confianza en uno mismo y supone una herramienta esencial para afrontar los diversos pasos que se dan a lo largo de la vida.

 

Trabajar la confianza en el contexto familiar y en el escolar

En esta misma asociación inciden en el modo en que se puede trabajar la autoestima de los niños. Y lo hacen teniendo en cuenta no solo a la familia, sino también las situaciones escolares. Así, aportan algunas claves que conviene no olvidar, como es el caso de las siguientes:

  • Aceptar al niño tal y como es, con sus cualidades y sus defectos.
  • Ofrecer a los pequeños pensamientos positivos (con palabras, gestos…).
  • Dedicar tiempo de atención exclusiva.
  • Reconocer su esfuerzo.
  • Reconocer sus gustos y sus intereses.
  • Reconocer su capacidad para proponer soluciones a problemas, aunque sea un razonamiento propio de un niño, claro está.
  • Contar con ellos para la realización de las tareas diarias.
  • Evitar comparaciones con otras personas que hacen mejor las cosas.
  • Mostrar realismo al evaluar sus actos, ya sea felicitando o corrigiendo.
  • Fomentar el respeto hacia los demás.

Por su parte, la psicóloga y pedagoga Celia Rodríguez también apunta una serie de consejos en el portal Educapeques, dedicado a la Educación Infantil y Primaria. Como se puede observar, se encuentran alineados con los ya expuestos. No obstante, con ellos trata de mostrar cómo se puede desarrollar la confianza de los más pequeños tanto en casa como en el colegio.

  • Creer en ellos
  • Cuidar la autoestima prestando atención a sus comentarios.
  • Proponer retos que impliquen dificultad pero que sean superables.
  • Dejar que el niño se enfrente a sus problemas más cotidianos.
  • Educar en la capacidad de esfuerzo y en la persistencia.
  • Enseñar estrategias para la resolución de problemas.
  • Desarrollar la capacidad del niño para ser autónomo.
  • Reconocer cuándo han hecho bien algo.
  • Criticar los malos actos y no a la persona.

El reto mayúsculo de los colegios

Como se puede observar, no solo los progenitores tienen una responsabilidad en el desarrollo emocional de los niños, sino que el centro educativo en el que se formen será un apoyo fundamental para que sea satisfactorio y beneficioso.

Y este es precisamente uno de los principales retos a los que maestros y educadores tienen que enfrentarse. A fin de cuentas, la labor de los colegios no solo pasa por fomentar el desarrollo cognitivo de los alumnos, sino también por ayudar al control emocional. Para entender mejor la tarea que realizan, lo mejor es que ellos mismos la expongan.

“El tema de la autoconfianza y de la autoestima lo tenemos dentro de los valores de nuestro ideario”, asegura Raquel González, directora del Colegio Dominicas La Laguna (Tenerife), cuando explica cómo trabajan este tema en la institución que dirige: “En ese ideario la parte estrella es la educación integral, que se basa en tres pilares: el desarrollo cognitivo para poder tener un pensamiento crítico consolidado con argumentos sostenibles, fiables y maduros; el desarrollo psicomotriz, y la gestión emocional y de la autoestima. Nos preocupa que el alumnado tenga un nivel cognitivo bueno pero también un desarrollo integral personal”.

 

Desarrollo emocional del alumno

“La parte de emociones, autoestima y autoconfianza la incluimos en un Plan de Acción Tutorial que desarrollamos desde los 3 hasta los 16 años. En él tratamos el control emocional, ya sea porque reconocen las emociones de los demás o las suyas propias, y eso aporta las herramientas para fomentar la autoconfianza”, comenta Raquel González antes de poner un ejemplo: “Al igual que con tres años incidimos en el autoconcepto o la aceptación, cuando llegan a la adolescencia trabajamos las relaciones con los demás, los tipos de relaciones que existen, cómo afrontar un rechazo, la frustración…”

¿Y cómo se coordinan estas acciones con los padres para que todos remen en la misma dirección? La directora del Colegio Dominicas La Laguna expone el modo en que lo hacen en este centro: “En la reunión de principios de curso explicamos a los padres que hay un plan tutorial, en qué se basa y cuál va a ser la línea en la que vamos a trabajar. Así, cuando tratamos un contenido concreto, como puede ser la sexualidad, por ejemplo, enviamos una circular a la familia para informarles. Y en otras ocasiones solemos hacer una ‘escuela de padres’, en la que abordamos un tema y explicamos cómo lo trabajamos en el aula y cómo creemos que lo pueden acompañar en casa. A esto hay que añadir que el departamento de Orientación da un documento en el que se explica en qué fase evolutiva están sus hijos y cómo han de acompañarla”.

 

Alumnos seguros de sí mismos

En definitiva, el objetivo no es otro que preparar a los niños para que poco a poco “vuelen” solos y sin miedos. Todo lo expuesto lo resume a la perfección Francisco Javier González, director pedagógico de Educación Infantil y Primaria del Colegio Nuestra Señora de los Infantes (Toledo): “El desarrollo de la confianza en uno mismo debe partir del conocimiento que tenemos de nosotros. De igual forma sucede con los alumnos. Debemos ayudarlos a que descubran sus fortalezas y sus potencialidades, pero también sus debilidades. Hemos de ofrecer situaciones de aprendizaje adaptadas a sus niveles de desarrollo que favorezcan el éxito, y cuando el resultado no sea el esperado, en lugar de regañarlos (y menos aún en público), ayudarlos a reconocer el fallo y reorientar las respuestas dadas. Igualmente necesitan asumir responsabilidades acordes a su edad. Tenemos que proporcionarles órdenes e instrucciones claras y precisas ante las tareas que deban afrontar. Todo esto podemos trasladarlo a casa, a las familias. Ambos contextos deben ir de la mano, también en esta tarea, de formar alumnos seguros de sí mismos”.