TRANSFORMACIÓN | 26.05.2020
La digitalización de pymes y autónomos como vía para atender a los nuevos hábitos de consumo
La crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19 está dando paso a una complicada situación económica a todos los niveles. Se ha conformado un escenario donde la incertidumbre campa a sus anchas, pues nadie sabe a ciencia cierta qué van a deparar los próximos meses ni cómo van a reaccionar los consumidores. Y como es de esperar, son las pequeñas y medianas empresas, así como los trabajadores autónomos, quienes encuentran mayores dificultades para enfrentarse a esta nueva realidad. La causa de ello es, por una parte, un menor músculo financiero y, por otra, que están en mayor medida supeditadas a la actividad del día a día. Es decir, se hallan en la tesitura de buscar nuevas vías de ingresos.
A tenor de las previsiones que los especialistas en la materia apuntan, el mejor camino para lograrlo pasa por la evolución tecnológica y por una adecuada estrategia de digitalización, puesto que son la clave para aumentar los canales de venta con los que llegar a un mercado tan inestable como el actual.
Cambian las tendencias de consumo
Una de las consecuencias del confinamiento social y del riesgo al contagio ha sido el cambio en los hábitos de consumo, el cual invita a una transformación digital cada vez más necesaria. Con respecto a dichos cambios, cabe señalar como principales los siguientes.
- Aumento del interés por la salud y el bienestar, lo que se traduce en el auge de aquellos productos que están enfocados a una vida sana (aparatos para hacer deporte, alimentación saludable…). Si un estudio de Whole Foods ya marcaba como tendencia que para 2020 el sector de la alimentación seguiría virando hacia fórmulas más saludables para el organismo, esta tendencia se ha acentuado aún más tras la pandemia de coronavirus, en la que se ha despertado un mayor interés por los productos básicos y el comercio de cercanía. Esto enlaza con el hecho de que “miles de consumidores han decidido eliminar o reducir el consumo de alimentos de origen animal y pasar a una alimentación basada en vegetales (verduras, hortalizas, cereales, frutas y legumbres). Esto se debe al impacto medioambiental que produce la ganadería por la emisión de gases de efecto invernadero. Pero también nace de la indignación de miles de personas hacia las condiciones de cría de algunas granjas y crueldad con la que se trata a algunos animales”, tal y como explica la especialista en nutrición Judith Torrell en un artículo publicado en MAPFRE Salud.
- Se dispara el comercio online. No cabía duda de que el confinamiento social y la clausura de los comercios iba a deparar un crecimiento de las compras virtuales. Sin embargo, la realidad ha ido más allá, de manera que esta modalidad no solo ha aumentado, sino que ha llegado a nichos de población que eran totalmente ajenos a ella. Es más, las previsiones son que mantenga una mayor relevancia que en tiempos anteriores al confinamiento, ya sea por las restricciones que habrá en las tiendas físicas o por el temor a un posible contagio en las mismas. Tal y como se recoge en un artículo de Estrategias de Inversión, el experto en Critical to Consumer, Aaron Orendorff, reveló datos de 20 cuentas online con una ratio de gasto anual en torno a los 50 millones de dólares, en los que se demuestra que en Estados Unidos “entre el 12 y el 15 de marzo, los desembolsos en eCommerce crecieron un 36% en términos interanuales”, mientras que el 3 de abril, “el negocio online registró un alza de ingresos del 33,8%, con un repunte de los gastos de los consumidores del 7,64% y una ratio de rentabilidad del 21,06%”.
Estas cifras nada desdeñables coinciden con las ofrecidas por la Organización Empresarial de Logística y Transporte de España, que sitúa en un aumento del 12,5% las ventas online en los primeros días de cuarentena, cuando incluso algunas entregas aún no estaban permitidas. Además, esta misma entidad asegura que se ha producido un 50% de crecimiento en los envíos procedentes del eCommerce.
Transformación digital
Como se puede observar, el hecho de no poder salir a la calle o de que numerosos establecimientos hayan tenido que permanecer cerrados abrió las puertas al comercio electrónico y al uso de las redes sociales como canal de ventas. En este sentido, personas que no estaba habituadas a utilizar estos canales decidieron dar el paso, constatando tanto su efectividad como la seguridad que les aportaba en términos sanitarios (menor riesgo de contagio).
Esta tendencia ha dejado al descubierto las carencias de las estrategias digitales de muchas empresas (si es que tenían alguna), que se han encontrado con la necesidad repentina de llevar a cabo una transformación digital acelerada de su negocio y agarrarse así al clavo ardiendo de la innovación.
Obviamente, se trata de un proceso que no se puede llevar a cabo de la noche a la mañana y que ha de estar perfectamente orquestado para que sea efectivo. Por lo tanto, para muchos negocios es el momento de continuar evolucionando al tiempo que se adaptan a los tiempos que se avecinan.
Ventajas de la digitalización
En contra de la digitalización de los modelos de negocio juega el hecho de que, en ocasiones, haya que realizar una inversión. Eso podría frenar el proceso, sin embargo, las necesidades parecen apremiar. Según un estudio de la consultora PwC realizado a ejecutivos de empresas de 24 países, solo el 18% de ellos consideraba necesario eliminar o diferir las inversiones que se realizarán en transformación digital, lo que da una buena muestra de su importancia.
En el caso de las pymes y los autónomos, la situación es algo diferente a la de las grandes compañías, pero la crisis sanitaria les ha dejado claro que han de diversificar sus canales de venta y eso solo es posible con la digitalización.
De hecho, entre las ventajas que les puede proporcionar la transformación digital, la más importante es contar con una estrategia omnicanal, es decir, con la posibilidad de llegar a todos sus clientes potenciales de un modo unificado tanto en un espacio físico, como virtual, o a través de redes sociales, call centers o cualquier otro método que sortee las dificultades actuales. De este modo no solo se consigue una mayor fidelización sino que abre el abanico a nuevos usuarios y consumidores. Aparte de esta, existen otras ventajas que hay que señalar.
Ajustes en la dimensión y la gestión de la empresa
La digitalización también aportará ahorro, puesto que ofrece la información necesaria para evitar un sobredimensionamiento tanto de sus estructuras e instalaciones (locales y oficinas innecesariamente grandes), como de la producción (mayor conocimiento de aquellos productos y servicios que están siendo más demandados).
Teletrabajo
Muchas empresas han descubierto las virtudes del teletrabajo y lo provechoso que puede resultar tanto para el empleado como para el propio negocio. En este caso, aún hay camino por recorrer para adecuar la cultura empresarial de numerosas compañías, ya que solo a través de una correcta digitalización la flexibilidad laboral será eficiente. Un buen ejemplo de esta situación es la existente en España, donde solo el 7,6% de los trabajadores desarrollan su trabajo desde el hogar, cuando según un estudio del Banco de España se asegura que hasta un 30,6% podría realizarlo.
Mayor conocimiento del cliente y de sus nuevas demandas
La tecnología aporta todo tipo de parámetros para conocer mejor a los clientes, lo que permite adelantarse a sus necesidades y, por lo tanto, mantenerlos satisfechos. Este hecho, que es importante en cualquier momento, cobra una especial importancia en una situación de incertidumbre como la actual, ya que contar con una mejor analítica de datos facilitará tomar las decisiones correctas que lleven a la supervivencia del negocio.
Eficiencia y efectividad
La transformación digital también tiene como objetivo mejorar la productividad de las empresas. Si se detallan a la perfección los procesos de trabajo y se cuenta con las metodologías más ágiles para llevarlos a cabo, es posible ser más efectivos. Y esto a su vez provocará que la eficiencia aumente considerablemente.
A fin de cuentas de eso de trata, de ser más eficientes en la adaptación a un mercado que ha sufrido un considerable revés del que se deberá levantar con innovación.
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