SOSTENIBILIDAD| 07.06.2022
ADAS, vehículo eléctrico o compartido, tendencias que marcan la nueva movilidad
Movernos, desplazarnos de un lugar a otro dentro de la ciudad es algo que se ha hecho desde siempre, pero ha ido cambiado a lo largo de la historia. Los medios de transporte han avanzado mucho en pocos siglos, pero si desde el futuro pudiésemos asomarnos a la realidad que hoy estamos viviendo podríamos descubrir que ese cambio que se está produciendo ahora mismo es todavía más disruptivo y rápido.
Hace sólo diez años, por ejemplo, la pregunta que cualquiera se hacía a la hora de comprarse un coche era si lo hacía de gasolina o diesel… pero poco más. La disyuntiva que ahora vivimos es mucho más compleja. A esa cuestión ahora se añade si no será mejor adquirir un vehículo eléctrico o, incluso, híbrido. La apuesta por la sostenibilidad y una conciencia más ecológica hace que nos planteemos cuestiones como ésa.
Si esta realidad se está imponiendo en la sociedad y así es, la industria aseguradora no puede ser ajena a ello. Será necesario dar respuesta a esas nuevas necesidades aseguradoras que esta situación plantea… y no se trata sólo de tener un seguro convencional al que se unan algunas coberturas relacionadas con el vehículo eléctrico, sino que es necesario desarrollar productos específicos para este nuevo tipo de coches. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que en el caso de un vehículo eléctrico, el 30% de su coste corresponde simplemente a un elemento, la batería, y que la conectividad entre todos los elementos de este tipo de vehículos es mucho más elevada, por lo que las consecuencias en caso de un ciberataque también se incrementan exponencialmente. En MAPFRE estamos atendiendo esta necesidad, con Gama Cambio, por ejemplo, una póliza para coches eléctricos o híbridos enchufables, con coberturas específicas para este tipo de vehículos.
Ayuda a la conducción para mejorar la seguridad
La industria del motor también ha cambiado mucho en poco tiempo. Los sistemas de protección de los vehículos poco tienen que ver con los que existían hace unas cuantas décadas. Afortunadamente se han sofisticado y se han incorporado muchos más. La consecuencia lógica es una disminución significativa del número de fallecidos en las carreteras.
Aquí entran en juego los ADAS. Unas siglas cuya importancia es vital en la industria automovilística. Significan Sistemas Avanzados de Ayuda a la Conducción. Son una ayuda, no un sustituto y eso es algo que debe quedar claro desde el primer momento. La conducción totalmente autónoma… llegará pero, hoy por hoy, no es una realidad todavía en las carreteras o autopistas.
Los avisadores de ángulo muerto, los sistemas que alertan cuando se produce un cambio involuntario de carril o aquellos que detectan una situación de emergencia como, por ejemplo, un peatón delante del vehículo y el coche se frena automáticamente, evitando atropellos, son sólo algunos ejemplos de ADAS que cada más vez los fabricantes incorporan de serie en los vehículos.
La industria aseguradora también tiene en cuenta estos nuevos sistemas y se analizan cómo influyen, o mejor cómo ayudan a disminuir los riesgos, y, por tanto, incrementan nuestra protección. Eso es precisamente parte de la labor de investigación de CESVIMAP. Y es que los ADAS impactan en la siniestralidad, y afortunadamente, lo hacen de forma positiva: salvando vidas. Esto también se tiene en cuenta a la hora de calcular el precio que se paga por un seguro de automóviles. En MAPFRE, por ejemplo, la personalización del precio del seguro de automóviles tiene en cuenta este concepto. Contar con un vehículo con sistemas de asistencia a la conducción es un factor positivo para el conductor desde una doble vertiente: por un lado, el precio del seguro disminuye y por otro, la protección del conductor y del resto de personas que viajan en el vehículo, así como de los peatones o ciclistas que pueden verse involucrados en un accidente, se incrementa.
Pero hay otros cambios que también están permeando en la sociedad de forma muy considerable. El concepto de movilidad iba unido tradicionalmente al de propiedad del automóvil. Hoy esto ya ha cambiado, sobre todo entre los más jóvenes. Empieza a tener especial importancia otro aspecto. Ya no importa la propiedad del vehículo, importa el concepto de movilidad. Porque empiezan a incrementarse de manera muy generalizada el uso de vehículos compartidos, vehículos de movilidad personal, vehículos de alquiler con conductor (VTC). Sobre todo, los jóvenes ya no quieren tener un vehículo en propiedad, quieren tener todos los medios a su alcance para poder desplazarse, sin necesidad de ser propietarios. Y aquí entra en juego la importancia de los datos. Todo este tipo de nuevas formas de movilidad genera una cantidad ingente de datos, cuyo uso debe servir para mejorar no sólo la movilidad sino también la seguridad.
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