Siete claves para mejorar la movilidad sostenible en Brasil

Con el imparable crecimiento de la población urbana en Brasil, la movilidad se ha convertido en un tema central en el desarrollo de sus políticas públicas y aparecen nuevos modelos de transporte. El uso de bicicletas y patinetes eléctricos se ha extendido, ya sea mediante compras individualizadas o compartiendo servicios de empresas del sector.

Para comprender mejor el contexto en el que se están popularizando estos vehículos en la sociedad brasileña y sus implicaciones para la seguridad vial, Fundación MAPFRE ha elaborado junto a Cebrap el análisis Seguridad vial y vehículos eléctricos para la movilidad personal en Brasil : contexto, percepciones y perspectivas.

El análisis cubrió más aspectos como la legislación, la representación de este tipo de vehículos sobre el conjunto de transportes utilizados, estudios académicos, consumidor potencial de VMP eléctricos en Brasil, y sistemas de intercambio.

“Este estudio tiene como objetivo apuntar cambios que puedan hacer que la movilidad urbana sea más segura, más sostenible e inclusiva ”, explica Fátima Lima,  Directora de Sostenibilidad y representante de Fundación MAPFRE en Brasil.

Sobre este dilema, el de los beneficios de moverse con bicis y patinetes eléctricos y, por otro lado, el de la ausencia de regulación que ponen de relieve los expertos, se ha referido recientemente Lima en un artículo de portada publicado en Valor Económico, donde explica a fondo el proyecto.

Proteger a los repartidores

Según el estudio, la pandemia de Covid ha incrementado el uso de bicicletas eléctricas por parte de los repartidores.  “Puede ser una solución muy interesante por dos motivos: por un lado, ayuda a que las condiciones de trabajo sean menos agotadoras para trabajadores que viajan todo el día por la ciudad y, por otro, les permite mejorar sus ingresos, incrementando las entregas”.

En términos generales, refleja la necesidad de reducir la velocidad en carretera, educar en prevención a los conductores de vehículos de mayor tamaño,  adoptar cambios legislativos y también, en la fabricación de bicicletas y patinetes. “Entendemos que los sistemas de intercambio, excelentes en términos de democratización del uso, necesitan revisar sus modelos de negocio para que la carga no estimule la velocidad de los conductores”, añade.

Conclusiones del estudio

1. La circulación de VMP eléctricos está regulada por los mismos estándares establecidos para modos similares a la propulsión humana.
2. El interés en los transportes eléctricos en Internet es relativamente reciente: los portales de búsqueda de bicicletas eléctricas ganaron notoriedad en 2017 y los de patinetes eléctricos, en 2018.
3. Hay consenso en que mejorar la seguridad vial pasa por calmar el tránsito, reducir la velocidad y construir infraestructura adaptada a la micromovilidad.
4. Los accidentes que afectan a ciclistas eléctricos son muy similares a los observados entre ciclistas comunes. Los usuarios de patinetes eléctricos están más afectados por caídas por desequilibrio o imperfecciones en el pavimento (huecos, rejillas, etcétera.)
5. Para ser viable como medio de transporte en Brasil el patinete eléctrico debe adaptarse a las particularidades urbanas de sus ciudades. Se necesita ajustar frenos, suspensión, ruedas y neumáticos, para que respondan a las características climáticas, de carretera y de circulación del país.
6. A pesar de que su consumo está creciendo, el perfil de los usuarios de VMP eléctricos en Brasil sigue siendo muy elitista y, por ahora, es un producto con mayor presencia entre las personas con más recursos.
7. Los sistemas de intercambio son excelentes herramientas para democratizar los VMP eléctricos. Es importante revisar su modelo comercial. Al cobrar por tiempo de uso, fomentan la velocidad, lo que entraña riesgos y accidentes. Idealmente, la carga se realiza según la distancia (de kilómetro inicial al final).