SOSTENIBILIDAD| 02.07.2024
La igualdad de género, clave para el desarrollo rural
Carmen Quintanilla, presidenta nacional de la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Mundo Rural (AFAMMER) en España.
Carmen Quintanilla, natural de Ciudad Real (España), es parlamentaria honoraria y miembro permanente del Consejo de Europa. Es consultora y especialista en políticas de igualdad, desarrollo rural y sostenibilidad. Su larga trayectoria profesional como funcionaria ha estado dedicada al cooperativismo agrario. Actualmente AFAMMER cuenta con el apoyo de Fundación MAPFRE para desarrollar el proyecto «CuidaRural+: una oportunidad de transformación», que capacita a cuidadores en el ámbito de los cuidados sanitarios y sociosanitarios en zonas rurales de España. Se fomenta así la creación de empleo y al tiempo se provee de cuidados de calidad a la población rural que lo necesita.
¿Cuál es su vinculación con el mundo rural? ¿Cuál fue su principal motivación para crear esta asociación?
Mi vinculación con el medio rural se lo debo a mis abuelos maternos, que nos llevaban al pueblo de mi abuela, Brazatortas, y allí disfrutábamos de las fiestas, del campo y de las tradiciones. Mi abuelo era una persona muy generosa, siempre dispuesto a ayudar a los demás. Su solidaridad siempre me ha inspirado y yo quise seguir su ejemplo de ayuda a los demás.
Por otra parte, tuve el privilegio de poder formarme y estudiar, en una época en la que todavía era muy extraño ver a mujeres universitarias. Gracias a esta formación pude hacer realidad mi sueño: fundar la primera asociación de familias y mujeres del medio rural para alcanzar la igualdad real de oportunidades en el medio rural. Estoy hablando del año 1982, en plena transición española. En estos momentos se empezaban a respirar aires de libertad y las mujeres queríamos tener voz en una democracia que comenzaba a andar. Por aquel entonces aún no se hablaba de la situación de desigualdad que vivían nuestros pueblos, y mucho menos se hablaba de mujer rural.
Cuarenta y dos años después, hemos logrado que la mujer forme parte de la agenda política nacional e internacional y de los medios de comunicación. No ha sido fácil, pero lo hemos conseguido.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las mujeres en el mundo rural?
El principal reto está en la desigualdad que sufren no solo por ser mujeres, sino por vivir en un entorno como el rural caracterizado por la falta de servicios.
Un dato para tener en cuenta es que el 35 % de los hogares en municipios de menos de 10.000 habitantes tan solo tiene acceso a un servicio público.
Esta falta de recursos y de servicios provoca que las mujeres rurales sufran en mayor medida la falta de conciliación y corresponsabilidad, que es la principal culpable de que hoy España sea el segundo país del mundo con mayor tasa de desempleo femenino rural de la UE.
La precariedad laboral de la mujer se agudiza en el medio rural a pesar de que el nivel de formación alcanzado es superior entre las mujeres rurales, es decir, a pesar de que ellas están mejor formadas, la temporalidad y la parcialidad en el trabajo es mayor para las mujeres rurales que para los hombres. En España el porcentaje de mujeres rurales jóvenes con estudios superiores es del 33 % frente al 18,9 % de los hombres.
Asimismo, estas desigualdades ponen en grave peligro el futuro de la agricultura y la ganadería. Es cierto que el número de jefas de explotación ha aumentado, y que hoy 3 de cada 10 explotaciones agrarias están en manos de las mujeres, pero todavía estamos lejos de alcanzar la paridad.
“El primer pilar para la igualdad es el empleo”
¿Qué apoyo ofrecéis en AFAMMER a la mujer en el entorno rural?
En AFAMMER contamos con diferentes herramientas como puede ser la “formación a la carta” que ayuda a estas mujeres a emprender en sectores de diversificación de la economía rural como puede ser el agroalimentario, el sector servicios, el de los cuidados o el turismo rural. También contamos con asesoramiento al empleo y al emprendimiento, jornadas de liderazgo de la mujer rural y una red de contactos de mujeres rurales de toda España
Además, en el caso de las víctimas que sufran violencia en entornos rurales o estén en riesgo de sufrirla, contamos con un servicio de asesoramiento específico para mujeres rurales que sufren violencia.
Cuando las mujeres se forman y emprenden en el medio rural, crean riqueza para ellas mismas y también para las comarcas en las que habitan. Hoy las mujeres rurales lideran más de la mitad del empleo autónomo en España
A las mujeres más jóvenes de este entorno les diría que a pesar de que lo tienen más complicado, merece la pena el esfuerzo de apostar por trabajar y emprender en el medio rural. Su emprendimiento puede crear un 300 % de sinergias en todo el territorio rural. Son las protagonistas, porque rompen con la masculinización y pueden cambiar la tendencia de la despoblación. Cuando una mujer se queda en un pueblo, asienta población contribuyendo al desarrollo. La principal necesidad es que haya oportunidades y empleo porque los perfiles de mujeres son muchos, desde psicólogas a ingenieras agrónomas o industriales, cuidadoras o trabajadoras asistenciales. Hay un gran reto contra la despoblación.
¿Qué destacaría de su etapa como diputada nacional por la provincia de Ciudad Real? ¿Y como vicepresidenta de la Comisión de Igualdad y no discriminación del Consejo de Europa?
Nunca olvidé que estaba en la vida política para seguir proyectando la igualdad real de oportunidades de las mujeres rurales. En el año 2003 ante una enmienda que presenté a los presupuestos generales del estado, tuve la oportunidad de impulsar un programa para la promoción de la mujer rural.
Durante mi etapa como diputada nacional y como parlamentaria de la delegación española en el Consejo de Europa tuve la oportunidad de presidir varias comisiones. Entre ellas, como tú mencionabas, fui vicepresidenta de la Comisión de Igualdad y no Discriminación en el Consejo de Europa, y a nivel nacional presidí la Comisión de Igualdad o la Comisión Mixta para el estudio de las Drogas. Tuve la oportunidad de escuchar muchas voces que venían a verme para poner en marcha iniciativas sociales que han marcado un antes y un después en la vida de muchas personas.
En cuanto a mi trabajo en el Consejo de Europa, sin duda también son muchos los aprendizajes pues tuve la oportunidad de ser ponente del Convenio de Estambul que reconoció por primera vez todas las formas de violencia que se ejercen contra la mujer y la violencia doméstica y realicé diferentes informes entre los que puedo destacar el de Las mujeres rurales en Europa en el año 2011 o el informe La igualdad y la integridad de las personas con discapacidad, entre otros.
“No habrá futuro para los pueblos del mundo si no contamos con las mujeres”
¿Nos podría contar algún proyecto liderado por mujeres que haya tenido un impacto significativo en el desarrollo rural?
Como presidenta nacional de AFAMMER, he tenido la oportunidad de conocer a muchas mujeres que con trabajo y esfuerzo han liderado grandes proyectos. Merecen mención todas las mujeres que lideran las diferentes delegaciones de AFAMMER y además han decidido apostar por crear su propia empresa consiguiendo independencia económica. Hoy deciden sobre su vida porque tienen un puesto de trabajo.
En 42 años de vida de AFAMMER siempre hemos tenido claro que el primer pilar para la igualdad es el empleo, por ello, desde nuestros inicios hemos realizado multitud de proyectos para la inserción laboral y el emprendimiento de la mujer rural.
Son muchos y muy diversos, pero por destacarte algunos te podría hablar de una cooperativa de mujeres tapiceras que impulsamos en Bolaños de Calatrava o la cooperativa de quesos de Puebla de Don Rodrigo.
Así mismo, hoy el 56 % de los alojamientos rurales en España están gestionados por mujeres, y muchos de ellos impulsados por socias que se han formado con AFAMMER.
Hemos tenido grandes resultados con nuestra gran oferta de formación a la carta, con cursos presenciales y también online, pues con la llegada de la pandemia tuvimos que digitalizarnos a marchas forzadas y a muchas personas en el medio rural esta digitalización imperiosa les pilló sin tener los conocimientos necesarios para hacer gestiones que hoy en día son indispensables, como es la firma electrónica.
Hace 15 años ya veíamos a mujeres de 80 años que aprendían a usar sus correos electrónicos y dejaban asombrados a sus nietos cuando les enviaban un e-mail, pues no pensaban que sus abuelas fueran capaces de hacerlo. Estas vivencias te enseñan que, efectivamente, nunca es tarde para aprender y poder construir una nueva forma de construir la vida y tener nuevas oportunidades.
En este sentido, hay que destacar el éxito del curso de e-commerce para negocios rurales que AFAMMER desarrolló en 2022 gracias al apoyo de Fundación MAPFRE y que tuvo una gran acogida. También nuestra plataforma Turisabor que ofrece oportunidades de empleo y fomenta las economías locales a través de la promoción y venta de productos locales, ya sean de origen vegetal o animal, que se dan en los Espacios Naturales Protegidos.
Gracias a esta formación hoy vemos cómo e-commerce impulsados por emprendedoras de pymes rurales venden sus productos en tiendas online y compiten con las e-commerce de grandes multinacionales.
Además, el año pasado visibilizamos a 12 mujeres emprendedoras dentro de nuestro programa de capacitación y formación en competencias para empleos verdes y empleos de cuidados, mujeres que pueden servir de referente y motivación a otras mujeres y animar a otras a seguir con su ejemplo.
¿Qué historias vividas en el entorno de la asociación AFAMMER han impactado en su vida?
Han sido cuatro décadas de momentos maravillosos y llenos de vida, en los que he tenido la suerte de recibir reconocimientos de grandes organismos nacionales e internacionales.
En el año 2018 tuve el gran honor de viajar a Naciones Unidas y ser distinguida en el TOP 5 del Comité de Distinción, que reconoce la trayectoria y el esfuerzo de mujeres en cualquier parte del mundo por alcanzar la verdadera igualdad de oportunidades. Fui la única europea nominada, pues normalmente este reconocimiento no se suele dar a mujeres que viven en países desarrollados.
En el año 2011 fui reconocida con el Premio Nacional del Observatorio contra la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial, un premio muy importante para mí porque me acompañaron mis hijos Antonio y Daniel y entonces en aquel momento me di cuenta de que ellos habían entendido la labor que he realizado como presidenta nacional de AFAMMER para conseguir la igualdad de oportunidades y luchar contra la violencia de género.
Tampoco olvidaré nunca la gran red solidaria que tejimos las mujeres rurales de AFAMMER durante los momentos más duros de la pandemia, cuando no se podía salir a la calle y ayudamos tejiendo 500.000 mascarillas gracias a la colaboración de Genómica, que nos ayudó a través de la obtención de fondos que distribuimos entre las mujeres de AFAMMER de toda España. Además, estábamos en contacto permanente con los mayores que vivieron la pandemia en soledad para asegurarnos de que no les faltara de nada y no tuvieran que salir a comprar productos de primera necesidad y exponerse al virus. Esta gran red solidaria fue reconocida con el Premio a la Solidaridad del Comité Económico y Social Europeo en el año 2021.
Este año durante nuestra participación en la 68 Comisión Social y Jurídica de la Mujer de Naciones Unidas, firmamos nuestra adhesión al Decenio Interamericano de los Derechos de todas las Mujeres, Adolescentes y Niñas en entornos rurales de las Américas (2024-2034), promovido por la REDLAC, con el objetivo de garantizar los derechos de las mujeres rurales en los acuerdos internacionales como CEDAW, Beijing etc.
¿Qué cree que puede aportar el acuerdo que AFAMMER ha realizado junto a Fundación MAPFRE?
Conseguir la igualdad real de oportunidades es algo que nos beneficia a todos, no solo a la España rural. Por ello es importante que compañías de gran prestigio como Fundación MAPFRE se alíen con organizaciones como AFAMMER, que cuentan con experiencia sobre el terreno y llegan allí donde las administraciones no pueden llegar.
Desde AFAMMER pretendemos que el proyecto «CuidaRural+: una oportunidad de transformación» contribuya a la formación para el empleo, al arraigo de las personas y a la mejora sustancial de la calidad de vida de las personas que habitan los territorios rurales de España.
Gracias a este proyecto damos la oportunidad a residentes de zonas rurales a la formación y a la consiguiente creación de empleo y proveemos de cuidados de calidad a la población rural que lo necesita, garantizando así una atención más efectiva, compasiva y adecuada a sus necesidades específicas.
Ofrecemos mejorar la formación en el ámbito de los cuidados sanitarios y sociosanitarios en zonas rurales de España, en municipios con menos de 30.000 habitantes.
Para lograr este objetivo, se va a capacitar a cuidadores no profesionales en áreas rurales. Cubriremos la necesidad con gente del pueblo, generando arraigo y atendiendo la cada vez más elevada demanda de atención de colectivos vulnerables de zonas rurales.
También vamos a mejorar la calidad de atención informal a personas mayores, dependientes y con discapacidad en estas comunidades y a promover la salud y el bienestar en las comunidades rurales a través de la prevención de enfermedades y la promoción de estilos de vida saludables.
La oferta formativa, en modalidad presencial, consta de 11 cursos en las provincias de Almería, Granada, Badajoz, Murcia, Valencia y Ciudad Real. Entre los cursos presenciales ofertados tenemos uno de atención sociosanitaria a personas en el domicilio y otro de atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones sociales.
Además, trabajaremos en colaboración con ayuntamientos, servicios sociales, organizaciones comunitarias y otros actores clave para fomentar acuerdos que faciliten la creación de empleo a las personas formadas en los propios municipios rurales y contribuyan al mejoramiento general de la atención sanitaria y sociosanitaria informal.
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