Educación financiera: claves para gestionar mejor tu dinero
Asegura que se necesita más educación financiera para aprender a gestionar mejor nuestro dinero y vivir más tranquilos, con mayor bienestar. ¿Qué deberíamos tener en cuenta para conseguirlo?
Me gustaría subrayar que hablamos de un tema del que hay que ocuparse, no podemos vivir mirando hacia otro lado. De la misma forma que cuidamos nuestra salud, es nuestra responsabilidad ocuparnos de nuestras finanzas, y si no nos enseñan a gestionar nuestro dinero, tendremos que formarnos nosotros mismos. Hoy en día contamos con múltiples instrumentos que nos pueden ayudar a empezar, desde podcasts hasta libros didácticos. Contenido hay mucho, pero hay que iniciarse en este mundo. No hay que olvidar que cada vez nos vamos a tener que ocupar más de la gestión de nuestras finanzas, sobre todo debido a que la rotación laboral, cada vez mayor, y la disminución de la natalidad impactan directamente en nuestra economía. Un ejemplo claro es el sistema público de pensiones, que cada vez sufre mayor riesgo.
Varios informes emitidos por instituciones gubernamentales como el Banco de España u organismos internacionales como la OCDE, destacan que somos una sociedad con limitados conocimientos financieros. ¿Qué cree que necesitamos aprender con mayor urgencia?
En las finanzas lo que se necesita es tener información, clave para tomar decisiones. Todos deberíamos contar con nociones básicas sobre el ahorro, el tipo de interés y sobre cómo afecta la inflación a nuestra situación económica. Es muy relevante ser consciente de que el tiempo en este ámbito es especialmente importante. Los problemas financieros normalmente se agravan cuanto más tiempo pasa, con lo cual, cuanto antes soluciones un problema, menor impacto va a tener en tu economía. Como decía mi padre, de las finanzas hay que ocuparse, no preocuparse.
¿En qué momento de nuestra vida cree que debemos comenzar a gestionar nuestras finanzas? ¿Quién nos lo debería enseñar?
Creo que deberíamos saber diferenciar entre lo que es el conocimiento y lo que significa el hábito financiero. El primero, debería empezar a enseñarse en Educación Primaria, sofisticándose a medida que crecemos y prolongándose hasta llegar a la Universidad, donde también debería haber educación financiera a otro nivel. No es lo mismo cursar la asignatura de economía que la de finanzas personales. Su incorporación en los programas académicos es una tarea pendiente y, hasta que esto se encuentre reglado, nos toca a los padres transmitir en casa tanto el conocimiento como el hábito.
¿Qué consejos daría a los padres para impulsar hábitos financieros saludables?
Les diría que cuanto antes empiecen a impulsar hábitos financieros saludables mejor manejo de la economía tendrán sus hijos. Este aprendizaje se puede llevar a cabo a través de mecanismos habituales como el de la paga para aprender a planificar el presupuesto, o el de la hucha para fomentar el hábito de ahorro. También recomendaría no ofrecer una paga demasiado alta, puesto que al tenerlo todo al alcance, no permite desarrollar la capacidad de administrar el dinero. La clave es ir sofisticando estos instrumentos para que sean cada vez más educativos. Con la irrupción de la tecnología y la globalización, las finanzas son cada vez más rebuscadas y si uno no está al día se queda fuera, y como resultado, aumenta la brecha de desigualdad. Además, creo que es especialmente importante enfrentar a los más pequeños a la realidad actual, poco a poco, para que se familiaricen con el funcionamiento del sistema financiero y estén preparados de cara al futuro.
Natalia de Santiago: “De las finanzas hay que ocuparse, no preocuparse”
Ha escrito tres libros, ‘Invierte en ti’, ‘Invierte con poco’ y la saga infantil ‘M.O.N.E.Y. Academy’, donde ha reflejado que entender bien de lo que estamos hablando nos empodera como personas. ¿A qué se refiere con esta afirmación?
Hay clientes que no se atreven a preguntar sus dudas a la hora de contratar un producto, lo que les hace adquirir un producto que tal vez no es idóneo para ellos y hasta acabar decepcionados con la entidad. Cuando una persona es consciente de que es capaz de comprender estos temas, tiene mayor sensación de control y capacidad de participación en la vida financiera y ello hace que aumente su autoestima. Muchas veces comprobamos que la brecha existente se debe a la falta de seguridad en uno mismo, por lo que es necesario poner en práctica ese conocimiento para empoderarnos en el mundo de las finanzas.
Asegura que hay menos mujeres inversoras y que seguimos en desventaja. ¿Qué podemos hacer para reducir la brecha?
Es cierto que existe poco talento femenino en este sector, que tradicionalmente ha sido liderado por hombres, lo cual se traduce en una menor participación y en un aumento de la brecha de género y, a consecuencia, se agrava también la desigualdad salarial. La manera que tenemos para reducir la brecha es mejorando la educación financiera y visibilizando a referentes femeninos. Las mujeres tenemos hueco en este sector y estamos absolutamente capacitadas para hacerlo.
Siempre alude a la importancia de contar con un colchón de emergencia y a disminuir la proporción de los gastos fijos. ¿Por qué?
Tener mayor proporción de gastos fijos te otorga menor flexibilidad de adaptación ante situaciones de emergencia. No es negativo tener gastos fijos, lo que es malo es que los mismos representen una proporción muy alta del total, ya que será más complicado recortar estos pagos rápidamente ante una situación económica imprevista. Por ejemplo, los menos flexibles son las deudas, por eso hay que tratar de mantener los niveles en un rango saludable. El hecho de contar con un colchón de emergencia te permitirá maximizar la tranquilidad y disponer de un mayor margen de tiempo de recuperación ante baches económicos.
¿Cómo cree que pueden seguir contribuyendo las grandes compañías como MAPFRE a mejorar la salud financiera de la sociedad, para hacerla más eficiente, más accesible?
Es importante que empresas de confianza como MAPFRE sigan apostando por impulsar la cultura financiera a través de la oferta de programas educativos que buscan mejorar la accesibilidad y reducir la brecha desigualdad. Por medio de un amplio abanico de contenidos, como pueden ser los cursos y talleres dirigidos hacia los empleados y hacia la sociedad, se logrará una mejora de la cultura financiera. Todo ello permitirá que la sociedad aumente su nivel de confianza para participar más activamente en la vida financiera, además de contar con mayores conocimientos en este ámbito que le garanticen unos hábitos saludables de ahorro y de inversión.
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