SOSTENIBILIDAD| 15.11.2021
La ONU exige doblar esfuerzos para evitar 13 millones de víctimas de tráfico en la próxima década
La Organización de Naciones Unidas (ONU) cifra en 13 millones el número de víctimas mortales, y en 500 millones los lesionados que se sumarán en una década si no se actúa con mayor firmeza. Exige a los gobiernos de sus Estados Miembro que redoblen esfuerzos para controlar esta pandemia que dura al menos desde 1896, cuando un peatón se convirtió en Londres en la primera persona atropellada por un conductor.
Las cifras son insoportables. Cada año mueren 1,3 millones personas en siniestros viales y 50 millones sufren lesiones graves por accidentes de tráfico. Es la primera causa mortal entre niños y jóvenes en todo el mundo, de entre cinco y 29 años.
El director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, Jesús Monclús, en la presentación del Informe de Evaluación de la Primera Década de Acción por la Seguridad Vial, abogó por convertir a los jóvenes en actores clave y reconocer explícitamente la movilidad segura como un “derecho humano fundamental y un bien común social”. Porque es parte integral de casi todos los aspectos de la vida cotidiana de las personas.
Los hombres asumen de dos a cuatro veces más riesgo en la conducción que las mujeres y ellas pierden la vida, sobre todo, cuando son peatones o pasajeras. Las regiones con ingresos medios y bajos se llevan la peor parte, con 9 de cada 10 fallecidos por tráfico.
Si no se actúa con mayor decisión, el problema seguirá. Además de fallecidos y lesionados, aumentarán las secuelas psicológicas y las económicas, impidiendo el desarrollo sostenible de los países, especialmente de aquéllos con menores ingresos.
Hacia un transporte y desarrollo sostenibles
Porque ya no se trata solo de reducir las muertes y los traumatismos en las carreteras, sino de apoyar el transporte y el desarrollo sostenibles.
El nuevo plan integra las acciones dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, con los que MAPFRE está plenamente comprometida dentro de LaParteQueNosToca, estableciendo que “la movilidad segura es un prerrequisito para la consecución del resto de objetivos como, por ejemplo, el acceso a la educación y al empleo, lucha contra la pobreza y equidad social, entre otros.
Para expertos como Monclús el acierto del nuevo documento es que pone igualmente el acento en incrementar la financiación y la capacitación de profesionales, cuestiones clave en seguridad vial, junto con otras como proporcionar una mayor dimensión de género.
El Informe de Evaluación de la Primera Década de Acción por la Seguridad Vial 2011-2020 recoge que, cada vez más instituciones y países están de acuerdo en convertir este tema en un asunto de salud pública, y establecer mejores sistemas de registro y notificación de lesiones de tráfico, así como promover la colaboración entre países para conocer e implantar buenas prácticas.
Con todo, únicamente 28 países del mundo, que albergan al 7% de la población mundial, disponen de una base legislativa firme en la materia para combatir riesgos como el abuso del alcohol, la velocidad excesiva y la ausencia de cascos en moto o de sistemas de retención infantil.
Enfoque integral de sistemas seguros
Si hay dos ámbitos tecnológicos donde el aumento de la seguridad puede redundar en la reducción de siniestros son los coches y las carreteras: clave para luchar contra las distracciones, la velocidad inadecuada, etc. El informe destaca avances en las estrategias de seguridad vial y creación de órganos institucionales para garantizar su cumplimiento, así como sistemas que contabilizan anualmente colisiones e incidentes en las vías.
Promover el uso del transporte público y la bicicleta, o los desplazamientos a pie, figuran como alternativas al vehículo privado.
Uno de los desafíos de la ONU para 2030 es que las nuevas carreteras cumplan todas con los requisitos técnicos de seguridad vial para todo tipo de usuarios u obtengan la clasificación mínima de tres estrellas.
Entre 2011 y 2020 también se han registrado mejoras en los países en la exigencia del cinturón de seguridad, presencia de anclajes ISOFIX para sillitas infantiles, y sistemas de seguridad activa y pasiva, como el control de estabilidad y detección de peatones. Aun así, en 2018, tan solo 40 países del mundo habían ratificado los reglamentos básicos de seguridad de los vehículos y del tráfico de Naciones Unidas (la ONU tiene un total de 193 miembros en este momento).
El nuevo Plan Global reclama que los países se adhieran a las convenciones internacionales de la ONU relativas a seguridad de vehículos y que los fabricantes harmonicen al alza los equipamientos de seguridad, con independencia de la renta per cápita de los ciudadanos de cada país.
En los últimos años ha habido pocos avances en legislación vinculada a controlar la velocidad, pero sí se constatan mejoras en la adopción de normativa que regula el consumo de alcohol al volante, no así en la puesta a disposición de un teléfono universal de emergencia.
Educación vial
La educación también se considera esencial, ámbito prioritario de trabajo para Fundación MAPFRE en decenas de países: el nuevo Plan Global 2021-2030 apuesta por la formación en primeros auxilios, empezando por la de conductores profesionales, y también menciona con claridad la educación y la formación vial como complemento a la legislación y supervisión policial.
Otras de las cuestiones en las que se quiere avanzar es en la aspiración legítima de asociaciones de víctimas para la oferta de una atención integral a los implicados en accidentes y sus familias, que incluya números únicos de emergencia, rehabilitación médica, social y laboral, así como una mayor justicia reparadora.