El potencial (todavía) oculto de incluir la discapacidad en el entorno laboral

• El INE apunta que en 2022 solo el 35,3 % de las personas con discapacidad, con edades comprendidas entre 16 y 64 años, tenían empleo.
• MAPFRE cuenta con más de 900 trabajadores con discapacidad en los 33 países en los que está presente, lo que supone un 3,5 % del total de su plantilla.

La inclusión de las discapacidades en cualquier ámbito de la vida ha avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas. La concienciación sobre la desigualdad y las injusticias que sufre este colectivo es un tema urgente que se está abordando desde todos los sectores sociales. Aun así, las personas con discapacidad soportan exclusiones que pueden llegar a afectar a sus derechos y libertades, reconocidas por la ley, acrecentando con ello la desigualdad social y debilitando sus posibilidades de desarrollo personal.

Cuando hablamos de mercado laboral esta problemática es realmente patente y los datos lo demuestran: según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022 solo el 35,3 % de las personas con discapacidad, con edades comprendidas entre 16 y 64 años, tenían empleo. Esta situación repercute negativamente en las personas con discapacidad y supone una pérdida de competitividad, talento y productividad de las empresas.

Este grupo de ciudadanos es diverso, plural y numeroso, como la propia sociedad. Está conformado por personas con múltiples tipos y grados de discapacidad (intelectual, física, sensorial o psíquica), lo que no implica enfermedad del individuo sino su diversidad, siendo un hecho social que necesita especial atención para que el interactuar en distintos contextos sociales no impida su participación plena en los mismos.

Las principales barreras que encuentran las personas con discapacidad para acceder al mercado laboral no son, lejos de lo que se pudiera pensar, la falta de equipos técnicos o legislación, sino los prejuicios y la desinformación dentro del ámbito (contratantes y colegas), que ponen en tela de juicio la validez de su labor. Estas barreras suponen una vulneración de sus libertades y derechos, yendo en contra de principios como el de igualdad, el derecho al trabajo o la dignidad, restringiendo así el valor que estas personas aportan al progreso de la sociedad.

El miedo al absentismo o el elevado coste que tendría incluir a una persona con discapacidad en la empresa son los temores más comunes. Sin embargo, desde las administraciones públicas se está apostando de forma decidida por impulsar la contratación de las personas con discapacidad para lo que se dedica una importante cantidad de recursos y medidas. Prueba de ello es el Libro blanco sobre empleo y discapacidad, publicado en España en 2023 y auspiciado por el Real Patronato sobre Discapacidad, Ministerio de Trabajo y Economía Social, CERMI y Fundación ONCE. Esta obra ofrece un estudio científico detallado sobre empleo y discapacidad, y propuestas de futuro. Revela la gran cantidad de incentivos fiscales, subvenciones y ayudas que existen para facilitar la contratación. Por tanto, no hay personas ineficaces sino trabajadores con equipos o herramientas que no responden a sus necesidades.

Las diferentes leyes que tratan la discapacidad, como la Ley 13/1982, de 30 de abril, y los Reales Decretos posteriores que la mejoran y adaptan, han desarrollado herramientas que actualmente se usan en la integración sociolaboral de las personas con discapacidad.

Estas comprenden medidas que van desde las ayudas económicas comentadas anteriormente, hasta programas de promoción para el autoempleo o capitalización de las prestaciones por desempleo. Conjuntamente se han establecido procesos de orientación profesional que se llevan a cabo tanto en los servicios públicos de empleo como en organizaciones que trabajan con este colectivo, atendiendo a sus peculiaridades específicas.

Cabe destacar las acciones e iniciativas que en este sentido llevamos a cabo en MAPFRE. Tenemos en marcha un Programa Global de Discapacidad con el que, según las cifras de 2022, hemos realizado diferentes actuaciones de sensibilización: actividades de voluntariado destinadas a personas con discapacidad, charlas y actividades de sensibilización y publicación de noticias en la intranet. Igualmente, estamos adscritos a los 10 principios del Charter de la Diversidad de la Fundación Diversidad en España, un proyecto que tiene como fin promover la transformación cultural que propicia entornos laborales inclusivos, impulsando la competitividad y la productividad de las compañías.

Asimismo, contamos con más de 900 trabajadores con discapacidad en los 33 países en los que estamos presentes, lo que supone un 3,5 % del total de su plantilla. De ellos, el 98,4 % tienen contrato fijo y el 93,7 % a tiempo completo.

Estas acciones se apoyan en nuestra Política de Diversidad e Igualdad de Oportunidades, en la que se recogen puntos como el de «crear planes de integración para colectivos específicos, especialmente el de personas con discapacidad» o el de «comprometer con la diversidad a toda la organización».

La inclusión laboral de las personas con discapacidad es una necesidad urgente que la sociedad está demandando, por lo que no se puede postergar. El capital humano, el talento y la igualdad de derechos debe hacernos conscientes del inmenso potencial que podemos desarrollar si no dejamos a nadie fuera.

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