Los Bosques, pulmones del planeta

Los bosques, aunque cubren poco más del 30 % de la superficie terrestre, son el hábitat del 75 % de la biodiversidad terrestre, según el informe SOFO (2020) [1].

¿Esto qué implica? Pues que millones de personas, animales y vegetales dependen del futuro de las zonas boscosas, cada vez más castigadas por la deforestación y el calentamiento global. Desafortunadamente, los bosques continúan amenazados debido a las acciones para convertirlos en tierras de cultivo agrario y también por los niveles insostenibles de explotación, una gran parte ilegal. Por consiguiente, la conservación de la biodiversidad depende en gran medida de la forma en que interactuamos con los bosques.

La degradación forestal y la desforestación siguen avanzando a un ritmo alarmante. Se estima que desde 1990, se han perdido unos 420 millones de hectáreas de bosques a causa del cambio de usos de la tierra, pese a que la tasa de deforestación ha disminuido en los últimos treinta años. La expansión agrícola sigue siendo la principal causa de deforestación y de la pérdida de biodiversidad.

A consecuencia de todas nuestras actividades y nuestro tránsito por el planeta dejamos huella, en concreto dejamos una huella de carbono debida a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Por eso las organizaciones buscan maneras de compensar el impacto ambiental que generan. ¿Y cómo lo hacen?

Una de las maneras con las que las empresas pueden compensar su huella es mediante la reforestación, que consiste en repoblar zonas deforestadas para recuperar bosques destruidos recientemente. Ante la pérdida de grandes zonas forestales que son vitales para la absorción del CO₂, se da la necesidad de plantar nuevos árboles. El objetivo de esta plantación es evitar la pérdida de ecosistemas y frenar el deterioro de nuestro planeta, a la vez que contribuimos al desarrollo sostenible.

Como mencionábamos anteriormente, los árboles absorben el CO₂ y se quedan con el carbono de la molécula. Lo usan en forma de carbohidratos en sus procesos metabólicos para crecer, ayudando a retirar el exceso de CO₂ de la atmósfera. Un árbol adulto puede compensar de esta manera entre 21 y 30 kg de CO₂ al año dependiendo de su especie. Si vemos, por ejemplo, que un solo vuelo ida y vuelta entre Londres y Roma emite un mínimo de 500kg de CO₂ por pasajero, podemos hacernos una idea de la importancia de cuidar nuestros bosques para compensar nuestra huella.

Los árboles que capturan más carbono son aquellos que están creciendo, por tanto, las masas forestales más jóvenes son las más efectivas para retirar CO₂.

El concepto de Bosque MAPFRE se crea con el objetivo de dar cumplimiento al plan definido en la Estrategia Corporativa de Compensación de emisiones de GEI, cuyo último fin el de lograr la neutralización de la huella de carbono del grupo a 2030.

 

• El Bosque MAPFRE Real cubre las reforestaciones tradicionales con objeto de recuperar áreas degradadas y que igualmente puedan llevar asociadas o no la compensación de los GEI. Esta iniciativa se inicia en el 2021 con la primera neutralización de la huella de carbono de la actividad de MAPFRE en España y Portugal a la que se sumarán otras actuaciones en bosques en España, como la reforestación del Parque Nacional de Doñana, entre otras.
• El Bosque MAPFRE Virtual se desarrolla en el sharepoint corporativo y está concebido para concienciar a los empleados del impacto en deforestación de las impresiones de papel realizadas de manera mensual en las oficinas. De esta manera, siendo conocedores de los recursos que se están gastando, podrán concienciarse y trabajar en la reducción de las mismas.

En 2021 creamos el proyecto Bosque MAPFRE para englobar todas nuestras actuaciones de reforestación, dirigidas a preservar la biodiversidad, el capital natural y crear sumideros de carbono en zonas donde desarrollamos nuestra actividad.

Nuestro compromiso se ha materializado en diferentes proyectos en bosques en España y Portugal, como el reciente proyecto de reforestación realizado en el monte de Borela (Galicia), que fue devastado por los incendios de 2016, 2017 y 2020. Nuestra colaboración con la empresa CO₂ Revolution ha permitido la recuperación de la masa arbórea con vegetación autóctona, gracias a medios tecnológicos y combinados también con métodos de plantación tradicional.

Recientemente hemos plantado un total de 4.874 árboles en el municipio de Cerdedo-Cotobade, en Pontevedra, y otros 1.667 en el Parque Natural de Sintra-Cascais, en el norte de Portugal. Con estos proyectos hemos contribuido a repoblar casi 5 hectáreas de zonas afectadas por la deforestación y a que esos más de 6.500 nuevos árboles absorban 4.000 toneladas de CO₂ de la atmósfera, neutralizando así el 21% de las emisiones emitidas por la compañía en estos dos países.

Los proyectos del Bosque MAPFRE permiten impulsar acciones de voluntariado corporativo y de sensibilización con la protección del medio ambiente. Anualmente implicamos a todos los empleados en la plantación de árboles y limpieza de espacios naturales en países como España y Portugal, pero también en otros como Argentina, Brasil, Costa Rica, EE.UU., México y Puerto Rico. En México, en concreto, los voluntarios de este país reforestaron el año pasado una hectárea y en Brasil plantaron 1.200 árboles en un área de interés ambiental a través del proyecto Amigos del Bosque.

Los árboles son sumideros naturales de CO₂, es decir son depósitos naturales de CO₂, lo cual tiene un gran impacto en el aire que respiramos. Se calcula que los bosques en España son responsables de capturar un 20 % del CO₂ que está presente en la atmósfera y por eso la reforestación se convierte en una palanca vital contra el calentamiento global y la protección de la diversidad.

Cada vez es más reconocido el papel de los bosques en el desarrollo sostenible. Además, su valor es incalculable y va mucho más allá de la mejora en la calidad del aire que respiramos, también son fuente de vitalidad y son fundamentales para nuestro bienestar psicológico, ya que la naturaleza se asocia a una mayor sensación de libertad y bienestar.

Con motivo del Día Internacional de los Bosques, queremos impulsar iniciativas como el Bosque MAPFRE, para revertir la pérdida de zonas forestales y de la biodiversidad, en beneficio de todas las generaciones, presentes y futuras. Además, nos permite poner de manifiesto nuestro compromiso con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS 13 y ODS 15) tan importantes para el futuro de nuestro planeta.

 

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[1] FAO y PNUMA 2020. El estado de los bosques del mundo 2020. Los bosques, la biodiversidad y las personas. Roma. https://doi.org/10.4060/ca8642es