SOSTENIBILIDAD | 14.05.2020
COVID-19 y su impacto en el medioambiente
Vivimos ante una insólita situación y con muchas dudas respecto al virus que ha puesto en jaque al mundo entero y que, además, sorprende con inesperadas consecuencias medioambientales.
Las órdenes de aislamiento en casi todo el mundo y la paralización de la actividad industrial, así como la reducción de desplazamientos, han devuelto a las principales ciudades del mundo sus cielos azules y reducido los niveles de contaminación. Eso sí, el coronavirus además de ser una amenaza para la salud pública se está convirtiendo en una amenaza real para el medioambiente si no se actúa a tiempo y con responsabilidad.
Raro es el bolso o mochila en el que, con el objetivo de protegerse, no se encuentran mascarillas, guantes y geles desinfectantes. Estos elementos se han convertido en esenciales para la humanidad, pero son tremendamente nocivos si no actuamos con responsabilidad a la hora de desecharlos. Por tanto, mientras se pueden ver cielos despejados y sin contaminación, el consumo de plásticos sigue aumentando considerablemente.
Poco a poco la normalidad se irá instaurando y se volverá a una realidad parecida a la que estábamos acostumbrados, con consecuencias para la biodiversidad, en función de cómo actuemos. Estudios ecologistas prevén que en 30 años la cantidad de basura marítima superará al número de criaturas oceánicas, teniendo en cuenta que cada año se vierten al mar más de ocho millones de toneladas de plástico.
No hay dudas de que la contaminación por plástico era ya uno de los grandes desafíos de la humanidad antes de que llegara la COVID-19 y la utilización de guantes y mascarillas de manera masiva ha mostrado recientemente a todo el mundo imágenes de playas invadidas de estos productos.
Desde MAPFRE no queremos encontrar un planeta más contaminado cuando salgamos de este confinamiento, por eso queremos asumir la parte que nos toca y facilitar algunas recomendaciones a la hora de desechar de una manera responsable estos elementos.