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SOSTENIBILIDAD | 16.12.2020

La ciencia grita contra el cambio climático

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Ethiclab

El cambio climático es el desafío más grande del siglo XXI. Para conocer su magnitud y la importancia de aumentar la acción contra el calentamiento global y sus efectos solo hay que escuchar lo que dice la ciencia: o actuamos ya o las consecuencias serán irreversibles. Aquí te presentamos los tres informes científicos que más claro han pedido acelerar la acción contra el cambio climático.

No obstante, antes de entrar a analizarlos, es importante que sepamos qué es exactamente este término. Se llama cambio climático a la variación global del clima de la Tierra y, aunque ocurre de forma natural, la acción humana -emisiones de los coches y fábricas, exceso de uso de agua y otros recursos…- ha pisado tanto el acelerador que al planeta ya le cuesta seguir el ritmo.

Esto provoca múltiples efectos: el calentamiento global (aumento de la temperatura en la Tierra), inundaciones y sequías inesperadas, el desgaste de los suelos (erosión), pérdida de especies de flora y fauna… Y la ciencia cada vez está más preocupada, como vas a ver a continuación.

 

La urgencia de actuar

La mayor voz de alarma la dieron el año pasado más de 11.000 científicos nacionales e internacionales. En un informe publicado en la revista científica BioScience en noviembre de 2019, estos expertos originarios de más de 153 países fueron muy claros: “Los científicos tienen la obligación moral de avisar con claridad a la humanidad de cualquier amenaza catastrófica: si no se actúa ya contra el cambio climático, habrá un incalculable sufrimiento humano”.

Como ves, no son nada optimistas. La situación es seria. Las emisiones de combustibles fósiles son uno de los principales ingredientes para el calentamiento global: las partículas que emiten saturan la atmósfera, impidiendo que esta libere el calor y se genere el famoso ‘efecto invernadero’, que lleva al calentamiento global por un aumento en la temperatura media de la Tierra.

El informe, que propone cambios urgentes tanto en la energía como en la economía o la alimentación, advierte que además del calentamiento global también hay peligros reales derivados del aumento de las temperaturas, como la pérdida de millones de vidas por enfermedades derivadas de la contaminación -por ejemplo, el cáncer de pulmón-, la desaparición de miles de especies vegetales que producen oxígeno, la falta de agua o la lucha por los recursos naturales, cada vez más escasos.

La temperatura de la Tierra pueda aumentar en 3,2 ºC a final de siglo

A principios de este año, el Consejo de Ministros declaró la emergencia climática para intentar hacer frente a esta crisis con distintas medidas. Puede que no sea suficiente. Este informe de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) advierte que todos los compromisos acordados por los políticos en las distintas cumbres, como la del Acuerdo de París, deben multiplicarse por cinco si no queremos que a finales de siglo la temperatura de la tierra haya aumentado más de 3ºC por el efecto invernadero.

“Los países no pueden esperar a finales de 2020 para que entren en vigor los nuevos compromisos climáticos. Los gobiernos y cada ciudad, región, empresa y ciudadano tienen que actuar ahora”, avisa Inger Andersen, directora ejecutiva de UNEP. “En los últimos diez años del informe hemos hecho sonar las alarmas. Y en esos diez años el mundo solo ha aumentado sus emisiones”.

El objetivo de la Agenda 2030 es reducir en un grado y medio la temperatura del planeta antes de que llegue ese año. Sin embargo, el informe advierte de que las emisiones que creamos todos deben reducirse en un 7,6% cada año, desde 2020 hasta 2030. Aún es posible conseguirlo pero hace falta mucha más velocidad por parte de los gobiernos para llegar a la meta.

Nuestra flora y fauna corre peligro

España es el país con más especies de flora y fauna -o biodiversidad- de toda Europa y, al mismo tiempo, el lugar más vulnerable del continente, según un informe de la organización WWF. En total, hay 350 especies a punto de desaparecer, como el alimoche, el lince ibérico o el cedro canario.

Puede que te preguntes qué tiene que ver esto con el cambio climático. Lo cierto es que, aunque no lo parezca, dependemos de los animales mucho más de los que creemos. La desaparición de la biodiversidad podría poner en peligro tanto nuestra salud como nuestra alimentación en tan solo cinco pasos:

  1. La alteración y destrucción de un ecosistema -donde conviven diversas especies de flora y fauna- puede provocar un efecto dominó que lleve a destruir más especies
  2. Cuanto menos ecosistemas, menor protección frente a plagas. Este desequilibrio lleva a mayores invasiones y destrucción de áreas vegetales. Por sí solas, las especies invasoras ya son responsables del 16% de extinciones en todo el mundo.
  3. La desaparición de especies vegetales reduce la capacidad de los bosques para absorber el dióxido de carbono y generar oxígeno, por lo que aumenta el efecto invernadero
  4. La pérdida paulatina de los bosques, que ya no pueden generar oxígeno ni filtrar el agua de la lluvia a los ríos y océanos, lleva a una alteración del ciclo del agua. Esto se traduce en menos cantidad para consumo humano y zonas cada vez más secas, con suelo menos fértil
  5.  El efecto invernadero provoca, además, el aumento de la temperatura terrestre que, como ya has visto, pone en peligro nuestros ríos y océanos, responsables además de equilibrar la variedad de climas que existen en nuestro planeta, evitando grandes catástrofes meteorológicas (que son cada vez más frecuentes).

Para acabar, el informe de WWF estima que la subida de 3ºC en la temperatura mundial aumentará el riesgo de extinción de entre un 20% y un 30% de especies, haciendo más intensos todos los efectos que te hemos contado.

Si estas advertencias generan preocupación, tienes que saber que en nuestra mano también está ese granito de arena que puede contribuir a frenar el cambio climático. Empieza por seguir la ‘regla de las tres R’-reducir el consumo, reutilizar y reciclar- y aplica estas recomendaciones en tu día a día para empezar a ser un poco más sostenible.