¿Están aumentando las catástrofes naturales?
- Peligro
Es el que supone el propio fenómeno: inundaciones, huracanes, terremotos… Cada uno de ellos se produce con una determinada frecuencia y gravedad, y el riesgo que entrañan aumenta a medida que lo hacen estas dos variables.
- Vulnerabilidad
El daño potencial que pueden sufrir las personas y los bienes expuestos, muy relacionado con la preparación de las sociedades frente a los desastres naturales, con elementos como las construcciones, en los que los países desarrollados han avanzado mucho. Por ejemplo, un terremoto de una magnitud relativamente moderada dejó decenas de miles de muertos en 2003 en la ciudad de Bam (Irán), porque se trataba de una ciudad construida básicamente en adobe, que quedó arrasada. Seísmos de una magnitud similar en un país como Japón causan unas pérdidas humanas y materiales mucho menores.
- Exposición
Aumenta con la concentración de personas y bienes en una zona susceptible de sufrir un fenómeno natural de riesgo. Un huracán en una zona despoblada y árida no es una catástrofe, tan solo un evento natural de gran magnitud, pues las catástrofes lo son en función del daño causado. Cientos de fenómenos extremos pasan inadvertidos. El terremoto de Haití de 2010, con cientos de miles de fallecidos y una devastación de la que años después el país aún no se ha recuperado, es el caso contrario, ya que el seísmo tuvo lugar cerca de la capital y en una zona densamente poblada, a la que cabe añadir también su alta vulnerabilidad.
Una vez identificados estos tres factores, podemos explicar mejor qué está sucediendo en la evolución de las catástrofes naturales.
Una humanidad cada vez más expuesta
“Somos más en este planeta, y estamos en el mismo sitio donde antes había miles de millones de personas menos. Cuando ocurre un evento natural extremo afecta a más personas, a más bienes y causa mayores consecuencias”, resume el director de Riesgos de la Naturaleza de MAPFRE RE. “Además somos una sociedad que se concentra en grandes ciudades, en muchos casos expuestas a estos desastres naturales. Incluso si la vulnerabilidad es pequeña, si juntas un gran huracán con una gran ciudad, el riesgo va a ser elevado”, añade Juan Satrústegui.
Cambio climático, mayores peligros
El cambio climático tiene un impacto diverso en distintas partes del planeta: en algunas latitudes puede suponer un aumento de las inundaciones y en otras un mayor riesgo de sequías. No obstante, los expertos advierten: sus mayores consecuencias no han llegado, lo harán en unas décadas.
Pero hay más tipo de fenómenos naturales extremos. Por ejemplo, los de origen geológico (terremotos, volcanes…) no tienen su raíz en el clima, y por tanto no se ven afectados de manera directa por el aumento de la temperatura del planeta. Además, se trata de sucesos que necesitan de un tiempo de observación mucho mayor, ya que su periodicidad se puede referenciar en siglos, más que en periodos de menor duración.
Vulnerabilidad y desigualdad
En este punto también hay noticias que arrojan esperanzas. Aunque los desastres naturales se han multiplicado en las últimas décadas, junto a las pérdidas materiales causadas, los sistemas de alerta temprana y de gestión de catástrofes han salvado cientos de miles de vidas, como muestra un reciente estudio de la ONU. Los desastres naturales nos golpean más, pero estamos aprendiendo a hacerles frente.
Los seguros, un factor clave en situaciones catastróficas
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