SOSTENIBILIDAD | 04.12.2020
La salud emocional, la más afectada por la pandemia
El informe La salud de los españoles durante la crisis COVID-19 refleja cómo la pandemia y la nueva normalidad han impactado negativamente en la salud emocional.
El primer caso de coronavirus en Europa se detectó a finales del mes de enero. Desde entonces, entre la incredulidad de unos, el “esto no va con nosotros” de otros, y aquellos que cumplen normas preventivas, el coronavirus ha ido campando a sus anchas hasta convertir Europa en uno de los epicentros de la pandemia.
El informe “La salud de los españoles durante la crisis COVID-19” elaborado por Fundación MAPFRE y Salvetti Llombart, presentado recientemente, tiene como objetivo dar a conocer el impacto que está teniendo la crisis generada por la pandemia en la salud de los españoles y averiguar qué les preocupa más en su vida a raíz de la crisis sanitaria.
Los españoles califican su estado de salud física con un notable bajo (7). La mitad declara sentirse “normal”, un 42%, “muy bien”, y solo un 8%, “muy mal”. Cerca del 60% considera, además, que su salud física “está igual que antes de la pandemia”, el 19%, que “ha mejorado” y un 22%, que “ha empeorado”, principalmente los jóvenes entre 20 y 26 años. Los más perjudicados destacan como causas principales el hecho de haber ganado peso (54%), hacer menos deporte (53%), sentirse más cansados (51%) y tener menos energía (49%) y más dolores de cabeza (42%).
La salud emocional ha sido la más impactada por la pandemia, especialmente en la franja de edad de 20 a 35 años. Cuatro de cada 10 españoles (41%) reconocen sentirse peor emocionalmente en estos momentos debido a la situación de incertidumbre (66%), menor estado de ánimo (51%), miedo y ansiedad (44%) e inseguridad, desmotivación y apatía (43%).
Aunque el 7% reconoce sentirse “muy mal” a nivel mental, el confinamiento también ha hecho mella en los ciudadanos y un 25% considera que su agilidad mental y memoria ha empeorado debido a un “mayor cansancio” (63%), estrés (51%) y dificultad para concentrarse (48%) y para manejar la tensión del día a día (42%), entre otros factores. Las mujeres (28% frente al 21% de los hombres) y las personas entre 27 y 35 años, son las más afectadas.
Cuando comparamos estos datos de salud emocional con datos europeos, vemos que en general el estado de ánimo de los europeos es más bajo que en España. Según datos de un estudio realizado por Avance, la sensación de bienestar emocional se sitúa entre los 5,4 y los 6,4 puntos, dentro de una escala de 0 a 10. Francia, en concreto, es el país con mejor puntuación (6,4 puntos), seguido de Alemania (con 6,2) y Reino Unido (con 6,1 puntos). Le siguen tres países del sur de Europa, entre ellos, Portugal, Italia y España, lo que pone de manifiesto que, en las regiones más extrovertidas y sociables, como estas, el coronavirus y las medidas de confinamiento afecta en mayor medida.
Parece claro que, a un país de carácter tan alegre y positivo como España, el coronavirus le está afectando bastante. No nos puede extrañar que, a nosotros, junto a los portugueses e italianos, con una cultura tan extrovertida y social, tan físicamente cercanos y tan volcados hacia la vida en la calle, el coronavirus y las medidas de confinamiento nos estén afectando más que a nadie.
Los hábitos han cambiado
En los últimos meses, los hábitos que más han cambiado en España son: distanciamiento social (83%), evitar espacios cerrados y concurridos (78%), comida casera (40%), más tiempo con la familia (44%), y más consumo responsable (43%).
El 41% de los españoles reconoce que ha empeorado su salud emocional a raíz de la crisis. La mitad de los casos se debe al desánimo y 4 de cada 10, al miedo y a la ansiedad. Casi la mitad se ha sentido “tranquilo” durante el confinamiento, pero este dato se ha visto reducido en cinco puntos en la “nueva normalidad”.
Nueva normalidad, más incertidumbre
El estudio, resultado de un total de 2.500 entrevistas que se han realizado en septiembre de este año, pone de manifiesto, además, que el confinamiento se vivió como una etapa de reflexión; la desescalada, como una etapa de liberación física pero no emocional; y la nueva normalidad, como un momento de incertidumbre. Quienes más se han visto afectados son mujeres, jóvenes menores de 35 años, residentes en ciudades, hogares con mayor número de miembros y zonas con menor poder adquisitivo.
Puedes consultar el informe completo en www.fundacionmapfre.org