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COMPROMISO | 16.07.2020

“El bienestar corporativo incluye la relación con otras personas, el entorno y las nuevas formas de trabajar”

Marta Villalba

Marta Villalba

Licenciada en Ciencias del Deporte, Beatriz Crespo Ruiz (Ciudad Real, 1985), es una de las pocas personas en el mundo con dos doctorados, uno en Rendimiento Deportivo y otro en Medicina. Tras los estudios trabajó siete años en el Hospital de Parapléjicos de Toledo enfocada en neurofisiología, robótica y exoesqueletos. Formadora de entrenadores, docente universitaria e incluida, en 2018, en la lista de Las TOP 100 Mujeres Líderes en España, en 2014 fundó su propia empresa, Freedom and Flow Company, orientada al Small Data de la gestión de personas.

En esa faceta emprendedora ejerce como analista de datos especializada en salud y bienestar corporativos. Junto a su equipo ha desarrollado una metodología propia para impulsar la salud corporativa a todos los niveles (Healthy Box) y la primera plataforma de medición del estado de bienestar de las organizaciones (The Wellbeing Score). Es miembro del Focus Group de Inteligencia Artificial de la Comisión Europea y miembro de Honor del Instituto Internacional de Ciencias del Ejercicio Físico y la Salud (IICEFS).

Dedicada a innovar e investigar cómo impactan la salud, el bienestar y la tecnología en el ámbito laboral, ha sido testigo de la evolución que se ha producido en los últimos cinco años en las empresas en cuanto al cuidado de sus empleados. En ese tiempo, se pasó de un modelo de prevención de riesgos laborales –con una serie de normativas que obligan a las empresas a cumplir con un mínimo de requisitos para preservar la seguridad y la salud laboral– a un modelo más de promoción de la salud, en el que las empresas ya no solo cumplen de forma regulatoria con esa reglamentación sino que, además, “contribuyen de forma proactiva a generar programas de bienestar para el trabajador como una forma de aumentar la productividad, atraer talento, fidelizarlo y entrar en una competición de la mejor empresa donde trabajar”, afirma Beatriz Crespo.

En ese nuevo marco, las compañías empezaron a contratar soluciones de nutrición, ejercicio físico, mindfulness… pero no estaban funcionando porque son generalistas, según Beatriz Crespo. Estas acciones y programas “habían generado engagement, habían respondido en cierta manera a la atracción de talento, a esa necesidad de las empresas de posicionarse como los mejores empleadores, pero no estaban reduciendo los riesgos de salud. Es más, el absentismo laboral, en 2018, genera en España un récord histórico subiendo hasta un 5,3 por ciento”. Beatriz Crespo precisa que todo esto coincide, además, con un cambio de paradigma en el entorno laboral: la digitalización. Así, surgen nuevas formas de trabajar y “se les pide a los empleados nuevas habilidades técnicas que en muchos de los casos generan más presión”.

Desde hace dos años, el bienestar laboral ha dado un paso de gigante en las empresas con la introducción de herramientas de análisis de datos (Data Analytics): estas herramientas permiten personalizar los programas de salud y bienestar de acuerdo con determinantes sociales de la salud (todo lo que rodea a la salud). La medición de estos parámetros propicia la evolución hacia modelos sostenibles basados en datos que son eficientes y personalizables al contexto de la plantilla, no al contexto general de las personas.

“El bienestar corporativo ya no solamente trata la parte física o la de factores psicosociales emocionales sino que, además, incluye su relación con el entorno, las nuevas formas de trabajar y el bienestar social, es decir, cómo nos sentimos con las relaciones con otras personas y con nuestros entornos –profesional, personal y digital–. Hasta ahora, eso no estaba contemplado porque no había forma de medirlo”, precisa Beatriz Crespo.

La incertidumbre que está generando la pandemia es uno de esos determinantes sociales de la salud a los que se refiere Beatriz Crespo. Y como consecuencia de ello, está acelerando la adopción de estas herramientas en las empresas, donde el bienestar corporativo, un intangible, ya no es responsabilidad del departamento de recursos humanos o de los servicios médicos, sino que “se ha convertido en un objetivo estratégico de la compañía para garantizar la felicidad y las medidas de prevención frente a la COVID-19 y normalizar el trabajo en remoto sin perder la productividad”, explica Beatriz Crespo.

Mediante soluciones de análisis de datos, los empleados reciben un informe con un plan de acción personalizado. Con los datos agregados se mide constantemente el efecto de la implantación, se monitoriza el progreso y cómo interactúan las personas con esas acciones. Todo esto, según esta experta, muestra tendencias de comportamiento a futuro y no tanto comportamientos pasados como se evaluaba con las encuestas de clima.

“Hay mucha diversidad de estilos de vida y en cómo las personas están tomando la COVID-19, y por eso es necesario personalizar al máximo las estrategias de bienestar corporativo. No solamente se evalúa a la compañía, sino que a cada persona se le ofrece lo que necesite en ese momento. Este método basado en el análisis de datos es predictivo, preventivo y proactivo”.

Beatriz Crespo asegura que estas herramientas no comprometen los datos del empleado, ya que, entre otras medidas, se anonimizan y se sigue un proceso de cifrado, de acuerdo con la normativa europea. Ni la empresa ni ‘Freedom and Flow’ pueden correlacionar el dato personal. La toma de datos se externaliza y la empresa solo recibe los datos agregados.

“Un empleado que se siente en un estado de bienestar completo es mucho más productivo.  Lo que tiene que garantizar el bienestar corporativo es un estado de bienestar personal, colectivo y social”.

En MAPFRE estamos comprometidos con esta idea. Por eso estamos decididos a crear un entorno de trabajo saludable que permita a nuestros empleados trabajar en las mejores condiciones físicas, psíquicas y sociales. Nuestro compromiso con la salud se refleja en las campañas globales que llevamos a cabo para sensibilizar y contribuir a la creación de hábitos de vida saludables.

Todas estas acciones se llevan a cabo teniendo en cuenta los datos estadísticos de salud mundial y las estrategias marcadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) así como otros organismos internacionales.