SALUD | 01.03.2021
“La confianza en tu mente y en tu cuerpo la construyes en cada entrenamiento”
Germán Madrazo, de 46 años, es deportista olímpico y dueño de una tienda especializada para corredores en Texas, USA. Con 43 años cruzó la meta de la carrera más importante de su vida: la de los 15km de Cross Country Ski en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang. Germán todavía tiene muchos sueños que cumplir, como correr el Maratón des Sables, esquiar el Vasaloppet o correr el Maratón de Boston… Sin embargo, hay otras muchas metas en su futuro más allá del deporte, como inspirar a otros para superar sus propios retos. Su próxima aventura es formar parte del equipo de entrenadores de la campaña Kilómetros de confianza, para la que buscamos a personas que quieran superarse a sí mismas preparándose un maratón. Germán Madrazo es uno de los especialistas que estará asesorando, entrenando y guiando a los participantes en este reto.
¿Qué tiene que ver el deporte con la confianza?
Todo. En el deporte tu desempeño depende de ti, del esfuerzo que has puesto, de cada entrenamiento, de cada carrera. Cuando entrenas duro y ves resultados aprendes a confiar en ti. Y cuando entrenas más y logras cosas que antes creíste imposibles, como un maratón, un ironman o unos Juegos Olímpicos, aprendes a confiar en tus posibilidades y en que nada es imposible.
¿Puedes compartir con nosotros alguna historia de superación a través del deporte?
Me acuerdo de una mujer divorciada, abusada sexualmente y con sobrepeso. Llegó a mi tienda y me comentó que quería comprar unas zapatillas, que iba a empezar a correr para escapar de sus problemas… Mientras se probaba distintos modelos, se acercó a ver mis medallas de Ironman finisher. Y me dijo “algún día me gustaría hacer eso mismo”. Le contesté que esas zapatillas que estaba comprando le servían para correr su primer Ironman. Me sonrió y me dijo que era imposible que ella pudiera lograrlo. Unas semanas más tarde regresó a mi tienda para pedirme que la entrenara… Lo demás es historia. A día de hoy, ha rehecho su vida y ha terminado varios Ironmans.
También te podría contar mi propia historia. Después de haber sido asaltado por unos delincuentes y quedar tirado en la carretera… Superé esa crisis con deporte. El deporte me devolvió la confianza. Me volví a levantar hasta llegar dónde estoy.
“Cuando entrenas duro y ves resultados aprendes a confiar en ti”
Cuando te contaron que el esquí de fondo es el deporte más agotador, decidiste probarlo. ¿Por qué?
Porque a lo largo de mi vida he encontrado en ese dolor, ese agotamiento total que sientes cuando tu cuerpo ya no da más, a un amigo que nunca falla, a un mentor. Ese dolor me ha enseñado a ser mejor persona, a ser más fuerte. El reto de aprender un deporte nuevo, de buscar enfrentarme a mí mismo, a mis miedos y tener que encontrar una nueva versión de mi mejor yo es una oportunidad que no podía dejar pasar.
No creces cuando te enfrentas a lo que ya conoces, creces cuando te enfrentas a algo nuevo. Y yo quería conocer a ese German, lleno de miedo, pero listo para empezar de cero y enfrentarse a un nuevo reto.
Es necesario confiar en tu cuerpo y en tu mente para atreverte a competir. ¿Cómo se construye esa confianza hasta llegar a los Juegos Olímpicos?
Es necesario tener ganas de hacerlo, de competir y de confiar. La confianza en tu cuerpo y en tu mente la vas construyendo en cada entrenamiento. Cada vez que rompes una marca personal… Esa confianza crece todos los días un poquito, crece al seguir un buen plan de alimentación, un buen plan de entrenamiento, al lograr tus metas intermedias y, sobre todo, crece cuando te imaginas cruzando la meta.
Eso sí, la confianza se construye con tiempo. Necesitas unos días para creer que puedes correr 5 km, unos meses para creer que puedes correr un maratón y es una vida de trabajo la que te lleva a creer que puedes llegar a unos Juegos Olímpicos. La pregunta es ¿cuánto tiempo estas dispuesto a creer en ti? ¿Durante cuánto tiempo estas dispuesto a luchar y no rendirte?
¿Y después de una derrota?
La única derrota la tomas en la caja de cedro. Las demás no son derrotas, son solo pruebas de que aún no estas listo para superar. Significa que tienes que seguir entrenando y volverlo a intentar. Solo pierde el que está listo para decir que esa fue su última batalla.
El que quiere seguir luchando, nunca perderá. Porque sabe que mañana al amanecer la vida nos da la oportunidad de luchar un día más, y demostrar que ni la victoria ni la derrota nos detienen. Porque somos guerreros y sabemos que al final la derrota o el triunfo se medirá por el número de días que salimos a luchar, sin treguas, ni descansos. Por el número de veces que nos levantamos del suelo, nos quitamos el lodo de la cara y decidimos seguir adelante.
“La confianza en tu cuerpo y en tu mente la vas construyendo en cada entrenamiento”
Has probado atletismo, tenis, bici, triatlón y esquí de fondo. ¿Aprendes algo nuevo de cada deporte?
Desde luego. Aprendo que no hay límites para el espíritu humano. Que no hay barreras para alcanzar lo que soñamos y que nunca es tarde para intentarlo. Aprender y entrenar cada deporte me ha enseñado que siempre estás a tiempo de emprender un nuevo camino, que todo lo que hacemos tiene dificultades pero, con disciplina, es posible vencerlas.
¿De dónde viene tu amor por el deporte?
¡Me encantaría saberlo! Quizá de una necesidad de explorar sin límites, de buscar ese lugar de paz en el que me encuentro cuando estoy entrenando. Buscar a ese amigo incondicional que siempre llega con una nueva lección y con un nuevo reto. Y ese amigo es el dolor. En el amor que sientes cuando te enfrentas a ti mismo, cuando no hay más rivales que la voluntad y el esfuerzo. Cuando eres tú contra el mundo.
Yo no puedo decirte quien es German sin el deporte. Si alguien me pidiera que describiera a German sin poder usar las palabras: esquiar, nadar, correr, andar en bici, soñar… Me sería imposible.
¿Qué consejo darías a alguien que piense que es “demasiado tarde” o “demasiado duro”?
Le diría que aún no lo ha intentado y que si inicia el camino se dará cuenta que nunca es ni demasiado tarde, ni demasiado duro. Es la lucha la que nos hace fuertes, es salir a enfrentarnos lo que nos hace confiar en que se pude lograr. Si te quedas sentado pensando y evaluando tus opciones te darás cuenta que todo es duro y para todo es tarde. Es mejor salir corriendo tras el tren y no alcanzarlo que quedarse sentado sabiendo que jamás lo íbamos a alcanzar. Porque solo el que sale corriendo sabe que con un poquito más de esfuerzo a la siguiente seguro que lo alcanza.