INNOVACIÓN| 15.11.2022
La genética solo influye en la longevidad en un 20 %, el 80 % restante se debe a los hábitos
Conocemos a Clara Fernández, cofundadora de Rosita Longevity, proyecto finalista de los Premios a la Innovación Social de Fundación MAPFRE. Se trata de una app para mayores que pretende favorecer la longevidad de las personas con entrenadores que preparan planes personalizados con rutinas y acciones diarias.
¿Cómo surge la idea de “ROSITA LONGEVITY”?
Esta idea surge como un spin off de un proyecto offline mayor que llevamos gestionando muchísimos años, que es la escuela de longevidad del balneario Cofrentes. Es una mezcla entre una clínica, un hospital, una universidad y un hotel en medio de la montaña que trabaja en España con los programas de termalismo del Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales de España) y que, desde hace 10 años, hemos transformado de balneario tradicional a escuela de longevidad. Sería como un campamento para aprender a envejecer y por el que pasan todos los años 15.000 mayores. Ahí, a lo largo de los años, hemos definido una metodología de cómo se diseña una estrategia de envejecimiento saludable y de cómo se comunica a las personas para que la entiendan y la puedan asimilar poco a poco.
Y decidimos que queríamos compartir todo ese expertise, todo ese conocimiento, tanto científico como sociológico, para que llegase a muchas más personas aparte de las 15.000 personas mayores que anualmente han venido a Cofrentes: queríamos que llegase a todos los mayores de España, de Europa e incluso de Estados Unidos. Empezamos en 2020, antes de la pandemia, a plantearnos cómo podíamos trasladar todo ese concepto a través de la tecnología para escalarlo. Y así es como surge el concepto ROSITA LONGEVITY, que es una aplicación móvil para personas entre 60 y 75 años que actúa como un entrenador de longevidad, como un coach que te va a ayudar a diseñar tu plan, fijar los objetivos, las acciones y acompañarte para conseguirlo.
¿Cómo definiríais “longevidad” en ROSITA LONGEVITY?
Actualmente la Real Academia Española define longevidad como la cualidad de longevo, como si fuese una cualidad innata.
Pero en realidad, solo el 20 % de la longevidad está estimada de origen genético. El otro 80 % es epigenético y tiene que ver con todo lo que tú hagas, es decir, con tus hábitos de vida, con lo cual no es tanto una cualidad, sino una capacidad. Hay que capacitar a las personas a ser longevas.
Así que dentro de Rosita Longevity nosotros apostamos por empoderar a las personas para que entiendan cuáles son los factores que cambian la longevidad, cuáles son las cosas que tienen que empezar a hacer o dejar de hacer a partir de los 60.
Realmente esto es como una pirámide, la base es la medicina y el estilo de vida. Si no cumples el primer escalón, que es el deporte, ya no tiene sentido seguir con el plan. De hecho, al suscribirte, empezamos muy fuerte con el ejercicio y la nutrición. No es que eso sea lo único que hay que hacer, pero si no tienes esa base, es muy difícil que puedas con el resto.
Por todo esto, para nosotros la longevidad es una capacidad que se desarrolla. Vivir más años con buena salud se hace a partir de conocimiento y esfuerzo.
¿Cuál es el punto fuerte de este proyecto frente a otros proyectos de economía sénior?
Lo primero es que nosotros estamos centrados en un colectivo en el que la mayoría de las empresas de economía sénior no lo están: nosotros estamos enfocados en los seniors más jóvenes.
La mayoría de los proyectos se centran en las personas de 75 u 80 años y son proyectos sobre la dependencia. Ese mercado empieza a estar un poco saturado y con muchos más actores. Mientras, en el sector de 60 a 70 años hay muy pocos players todavía.
Por otro lado, nosotros somos una startup que ha surgido gracias a una evaluación real de los 15.000 mayores que hemos visto anualmente por el balneario con sus problemas y necesidades en los últimos 10 años.
¿Por qué decidisteis presentar el proyecto a los Premios a la Innovación social de Fundación MAPFRE?
MAPFRE es una referencia en salud y en innovación en el mundo. Y nos parecía muy importante participar para conocer mejor el ecosistema de iniciativas similares.
Queríamos dar voz y visibilidad al proyecto y también poder meternos en la comunidad de innovación y de los premios sociales dentro de Fundación MAPFRE.
¿Qué ha supuesto para vosotros participar en estos premios?
Nos ha supuesto visibilidad, pero sobre todo conocer otros proyectos centrados en innovación para seniors. Nos ha permitido sentirnos menos solos en este camino, sentir que hay más gente que está cruzando el desierto con nosotros y haciendo frente a problemas que son importantes para la sociedad sénior, aun sabiendo que somos pocos los que estamos intentando hacer proyectos para mayores y sobre todo ajenos a las políticas públicas, que en verdad son una parte importante de quienes deberían estar trabajando.
¿Cómo ha evolucionado el proyecto tras ser finalista de estos premios?
En el 2020 Rosita Longevity solo era una idea. Levantamos nuestra primera ronda de financiación ese mismo año y empezamos a construir la aplicación que primero estuvo disponible en una versión supersencilla. Luego empezamos a desarrollar un poquito más el producto y estuvimos muy centrados en la aplicación construyendo planes, programas y demás. Y durante 2021 y 2022, hemos seguido trabajando los programas y hemos empezado con la estrategia de marketing hace apenas un par de semanas.
Tenemos un colectivo de usuarios que nos conoció durante la pandemia y que ha sido nuestra mayor cohorte de retención. Y ahora estamos empezando con una estrategia de marketing muy disruptiva: nos podéis encontrar en los puntos más famosos de algunas ciudades, también en Tik Tok y en Instagram.
¿Qué planes de futuro tenéis?
Realmente nuestro foco de crecimiento está en Estados Unidos, estamos entre Valencia y Miami empezando a colaborar con aseguradoras americanas. Ahora el producto va a evolucionar para adaptarse al mercado estadounidense y su sistema de seguridad social, que sí cubre lo que hacemos nosotros.
A corto plazo, estamos preparando una campaña de Navidad muy potente para que la gente regale a sus padres un plan de longevidad, que es lo que realmente necesita, y no un pijama.
Desde hace más de cuarenta años Fundación MAPFRE trabaja para conseguir un mundo mejor, más justo e igualitario para todos, por eso reconocemos las iniciativas que consiguen un impacto positivo en la sociedad con los Premios Fundación MAPFRE a la Innovación Social, como en el caso del proyecto Rosita Longevity, que facilita la longevidad de nuestros seniors.
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