Cómo ayudan las nuevas tecnologías en la medicina de emergencias
El médico utilizó esa maraña de información para convencer a las autoridades de que actuasen. Observó y analizó aquellos apuntes y logró frenar la epidemia. Hoy, en la era digital, ya nadie niega que el big data (macrodatos) y otras tecnologías emergentes mejoran la atención de los pacientes y el sistema de salud.
Desde aquella ocurrencia del doctor Snow han pasado muchas cosas y a demasiada velocidad. La medicina ya se sirve de algoritmos, inteligencia artificial, asistentes virtuales, robots, drones, dispositivos portátiles, simuladores o realidad virtual. Sobre todo en las urgencias y emergencias médicas, donde un diagnóstico rápido y certero es clave. En esta rama de la sanidad, que atiende aquellas patologías urgentes fuera de un centro sanitario –desde un accidente de tráfico hasta un desastre natural–, el valor añadido de la tecnología no se cuestiona.
Inteligencia artificial frente a desastres y hambrunas
El dron como herramienta sanitaria
Ahorrar tiempo es un salvavidas. Solo hay que imaginar a una madre primeriza con una hemorragia o a un niño con anemia provocada por la malaria. Un grupo de investigadores ha evaluado el proyecto: de más de 12.000 pedidos en 32 meses, la diferencia de tiempo entre un vehículo a motor con ruedas y un dron varía entre los 3 minutos y los 211 minutos, siempre a favor de la nave aérea y dependiendo de la distancia y el terreno.
En Europa, el servicio de emergencias sueco (EMADE, en sus siglas en inglés) también ha probado con éxito el uso de drones. El pasado diciembre, un vecino de 71 años del municipio de Trollhättan se desplomó en la calle a causa de un infarto. Mientras un médico que pasaba por allí intentaba reanimarle, su pareja llamó al EMADE. En menos de cuatro minutos llegaba volando un dron de la compañía Everdron que portaba un desfibrilador externo automático. El ciudadano sueco salvó la vida. Alrededor de 275.000 europeos sufren un paro cardíaco al año.
Proyecto de triaje pionero en el mundo
Este primer sistema de triaje aéreo y remoto con drones, puede acceder más rápida y fácilmente a determinados parajes, aportar datos para liberar vías de acceso al lugar, clasificar con colores –según la gravedad– a cada víctima, verificar si hay heridas potencialmente mortales…, “el dron puede ser capaz de medir a distancia las constantes, parámetros clínicos como la frecuencia cardíaca, respiratoria, saturación de oxígeno, etc. Datos imperceptibles para el ojo humano y que nos ayudarán a tomar mejores decisiones en menos tiempo”, comenta Chema López.
Realidad virtual y simulación para salvar vidas
Miguel Ángel Rodríguez Florido, doctor en Tecnología de las Telecomunicaciones y afiliado a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria a través de la Cátedra de Tecnologías Médicas de la misma Universidad, asegura que la principal barrera para la implementación de las soluciones tecnológicas “no es tanto la capacidad tecnológica como la cultural. Muchos médicos, cuando no están habituados a manejar estas tecnologías, pierden la sensación de control. Lo hemos visto con la realidad virtual, imprescindible para recrear entornos y situaciones de emergencia”.
Rodríguez Florido se dedica a enseñar al personal sanitario cómo conducir las tecnologías sanitarias. “Lo explico con un símil automovilístico, una vez que saben conducir, que conocen las características y restricciones del coche, a qué velocidad pueden ir y en qué tipo de circuito, entonces las herramientas tecnológicas tienen valor”, asegura.
“La tecnología –explica a MAPFRE– nunca sustituye al profesional, pero resolver problemas en el entorno virtual puede ayudar en la realidad física. Médicos y enfermeros pueden interactuar con sonido e imagen en recreaciones de situaciones de estrés y primeros auxilios durante erupciones de volcanes u otros desastres naturales, en accidentes y rescates. Con el big data y la IA se aprende, se corrige y se pueden anticipar”.
Una de las tecnologías que más han avanzado son las de simulación de entrenamiento in vitro, esos maniquíes para entrenar que todos hemos visto en las noticias y que han evolucionado mucho en los últimos años. Al principio eran muñecos inertes que se podían abrir para fijar un punto de sutura o pinchar un medicamento. “Ahora, por ejemplo, hay brazos con sensores que permiten controlar todos los parámetros, hasta dónde entra la aguja, cómo afecta al organismo y cómo reacciona ante un fármaco”, comenta Rodríguez Florido.
Dispositivos de diagnóstico portátiles
Delgado es consciente de que la inmensa mayoría de las urgencias extrahospitalarias tiene que ver con población mayor y patologías que surgen en la vía pública (traumatismos, paradas cardíacas, accidentes menores, etcétera). Según datos del SEMES, “en España solo entre un 8 % y un 10 % de las llamadas al 112 son emergencias reales no demorables. La tecnología que aprovecha los macrodatos –los sistemas de salud son una máquina continua de recopilar y generar datos–, la telemedicina, la monitorización de información o los bots de asistencia podrían ayudar a priorizar las demandas asistenciales”.
Otro de los dispositivos más eficaces son los denominados PoCUS (Point of Care Ultrasound), pequeño ecógrafo inalámbrico que utiliza ultrasonidos para diagnosticar enfermedades en un lugar alejado de un hospital o en una ambulancia. A través de imágenes de alta definición –sin emplear la radiación–, el facultativo puede tomar decisiones precisas en pacientes en estado crítico.
Apps para diagnóstico y asistencia en viajes
Ya funcionan también apps diseñadas para personal sanitario con toda la información básica para saber cómo actuar ante la veintena de situaciones de emergencia médica más comunes en vuelos comerciales, y otras para que la tripulación de cabina pueda conectar con médicos que les guíen en momentos delicados durante el viaje.
MAPFRE es una de las grandes compañías aseguradoras que, de la mano de la tecnología, ha sabido adaptarse a las emergencias en salud que pueden surgir en los viajes o en cualquier situación del día a día. Savia, su plataforma de servicios de salud digital, ofrece un servicio de consultas y/o chat médico las 24 horas todos los días de la semana.
Además, ha lanzado MiA (MAPFRE Intelligent Assistance), solución de asistencia 100% digital, multicanal y orientada al cliente: una PWA (Progressive Web App) que no requiere descarga y que permite gestionar, de una manera rápida y sencilla, situaciones de emergencia en viaje, incluyendo servicios de videoconsulta, chat médico, así como la visualización de la red médica disponible, entre otros.
“En MAPFRE Asistencia hemos evolucionado gracias a nuestra constante apuesta por la innovación. Hoy somos capaces de estar más cerca de nuestros partners y sus clientes gracias a las nuevas tecnologías. Aportamos soluciones diferenciadoras, fácilmente accesibles, que generan la mejor experiencia al cliente”, comenta Irene García, subdirectora general de Desarrollo de Negocio y Marketing de MAPFRE Asistencia.
MiA travel se arranca con un sencillo código QR leído en el móvil del viajero y permite de una manera confiable solicitar una videoconsulta para conocer el diagnóstico, el reembolso de la factura del gasto farmacéutico generado o la geolocalización de farmacias y centros sanitarios.
“En telemedicina son esenciales los partners especializados que busquen el encaje de salud, bienestar y viaje, empresas disruptivas y sólidas que aporten soluciones tecnológicas de acompañamiento y que ofrezcan un beneficio a un grupo amplio. Estamos permanentemente identificando posibles aliados estratégicos que nos permitan seguir evolucionando en los servicios ofrecidos y enriquecer nuestra propuesta de valor con foco en el cliente”, sostiene el subdirector de Desarrollo de Negocio e Innovación de MAPFRE Asistencia, Javier Gómez.
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