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ECONOMÍA | 26.02.2025

Estos son los principales riesgos para la economía en 2025

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La vuelta de Donald Trump al poder en Estados Unidos ha dado un vuelco al tablero de riesgos internacional: desde su intervención en las negociaciones de paz de la guerra de Ucrania o la imposición de aranceles a socios comerciales, hasta un aumento de la inflación debido a las medidas procrecimiento anunciadas.

El informe Panorama económico y sectorial 2025, elaborado por MAPFRE Economics y editado por Fundación MAPFRE, establece un marco de riesgos para los próximos dos años:

 

RIESGOS GRAFICO

Riesgo financiero y deuda global

Los altos niveles de deuda pública y privada siguen siendo uno de los principales riesgos para la estabilidad financiera global. Actualmente, la deuda mundial supera el 256 % del PIB global, con un incremento tanto en economías avanzadas como en mercados emergentes. Esta situación se ve agravada por el reciente aumento de los rendimientos de los bonos gubernamentales a largo plazo, lo que ha llevado a un encarecimiento en el servicio de la deuda para muchos países.

En Estados Unidos, el rendimiento del bono a 10 años ha superado recientemente el 4,5 %, un nivel no visto en más de una década, un escenario que pone mayor presión sobre el déficit fiscal, que ya ronda el 7 % del PIB. En Europa, países con altos niveles de deuda, como Italia y Grecia, enfrentan un riesgo creciente de tensiones fiscales, especialmente si los mercados comienzan a exigir mayores primas de riesgo por compra de su deuda soberana. Por otro lado, los mercados emergentes están enfrentando dificultades adicionales, ya que gran parte de su deuda está denominada en dólares estadounidenses. La combinación de un dólar fuerte y mayores tipos de interés globales está generando mayores costos de servicio de la deuda, particularmente en países como Turquía y Argentina, que ya enfrentan problemas estructurales en sus finanzas públicas. 

Guerra de aranceles y proteccionismo

La implementación de una nueva política proteccionista por parte de Estados Unidos podría desencadenar una guerra arancelaria de proporciones significativas. Esta política, al imponer tarifas a las importaciones, busca proteger las industrias nacionales frente a la competencia extranjera. Sin embargo, los países afectados por estos aranceles seguramente responderían con medidas similares, lo que resultaría en una escalada de tensiones comerciales. A corto plazo, dicha guerra arancelaria provocaría un aumento en los precios de muchos productos, ya que las tarifas se trasladarían a los consumidores. Además, la disponibilidad de ciertos bienes podría verse seriamente afectada, generando escasez en algunos sectores. Este cierre de las economías hacia sí mismas interrumpiría las cadenas de suministro globales y restringiría el acceso a productos importados esenciales. 

Inflación

Se han logrado avances significativos en la reducción de la inflación global, con la mayoría de las economías avanzadas mostrando descensos sostenidos en los índices de precios durante 2024. No obstante, el objetivo del 2 %, fijado por muchos bancos centrales está resultando más difícil de alcanzar de lo anticipado. Los datos recientes indican un ligero repunte en la inflación en algunas regiones, lo que genera preocupaciones sobre la persistencia de las presiones inflacionarias. Este rebote se explica, en buena medida, por la resistencia de los mercados laborales que permanecen fuertes y con tasas de desempleo cercanas a mínimos históricos. En este entorno, los bancos centrales enfrentan el desafío de mantener políticas monetarias restrictivas sin asfixiar el crecimiento económico, mientras evalúan cuidadosamente los riesgos de prolongar estas condiciones. 

Política monetaria y estabilidad financiera

Los bancos centrales de los países del G7 han iniciado un ciclo de reducción de tipos de interés, impulsados por los avances en el control de la inflación. Sin embargo, de cara a 2025, es probable que el ritmo de estas bajadas se desacelere debido a la fortaleza de los mercados laborales y el riesgo de un repunte inflacionario. Una inflación más persistente, junto con el incremento de los rendimientos de los bonos gubernamentales, aumenta el riesgo de que tanto los gobiernos como el sector privado deban refinanciar sus deudas a tipos de interés más elevados, lo que podría derivar en problemas de estabilidad financiera. De igual forma, el aumento de los rendimientos de los bonos gubernamentales provoca minusvalías no realizadas en muchas carteras en todo el sistema financiero, lo que puede ser un riesgo para la estabilidad financiera. 

Entorno geopolítico

El panorama geopolítico global ha mostrado ciertos avances, aunque mantiene un estado de latente incertidumbre. En el conflicto Israel-Gaza, se ha logrado un alto el fuego. Este acuerdo, representa un alivio para la región, aunque la paz sigue siendo frágil debido a la desconfianza mutua y a los desafíos estructurales subyacentes. En el conflicto en Ucrania, la nueva administración de los Estados Unidos ha intensificado la presión sobre ambas partes, instando tanto a Ucrania como a Rusia a sentarse en la mesa de negociaciones. Esta estrategia refleja un cambio en la política estadounidense, que busca equilibrar su apoyo a Ucrania con la necesidad de reducir los riesgos geopolíticos y económicos. Además, Estados Unidos está utilizando su influencia en Arabia Saudí para que esta aumente la producción de petróleo, con el objetivo de reducir los precios del crudo. Esta medida busca aliviar las presiones inflacionarias globales y estimular el crecimiento económico, especialmente en un contexto donde las economías avanzadas y emergentes están luchando contra las secuelas de políticas monetarias restrictivas. 

Riesgo inmobiliario-financiero en China

El sector inmobiliario chino sigue enfrentando desafíos significativos. Las ventas de viviendas nuevas han disminuido y los precios de las propiedades siguen a la baja. Algunos observadores del mercado esperan que las ventas caigan un 12 % en 2025, con una disminución notable en los precios de las viviendas. Las dificultades en el sector inmobiliario chino pueden afectar tanto a la economía nacional como, en alguna medida, a la estabilidad financiera global. Estas tensiones en el mercado inmobiliario incrementan el riesgo de incumplimiento de deuda entre las empresas promotoras, lo que podría repercutir en el sistema bancario debido a la exposición significativa de las instituciones financieras al sector. 

Mercados energéticos

Aunque las presiones inmediatas de la crisis energética global de 2022 han disminuido, los mercados siguen siendo frágiles y el riesgo de nuevas perturbaciones permanece latente. Factores geopolíticos, como la prolongación del conflicto en Ucrania y las tensiones en Oriente Medio, añaden incertidumbre al suministro energético. En el ámbito de las energías renovables, se observa un crecimiento significativo. La inversión en energías limpias ha aumentado un 40 % desde 2020, impulsada por la energía solar fotovoltaica y los vehículos eléctricos. 

Mercados inmobiliarios

En los mercados desarrollados, el sector residencial ha mostrado resiliencia, con incrementos notables en los precios de la vivienda. No obstante, el sector inmobiliario comercial y de oficinas enfrenta desafíos significativos, tanto en Estados Unidos como en Europa. Además, el aumento de los rendimientos de los bonos gubernamentales ha encarecido los costos de financiación inmobiliaria, lo que puede afectar negativamente la valoración de los inmuebles y aumentar el riesgo de inestabilidad financiera. Este entorno plantea riesgos para la estabilidad financiera, ya que la depreciación de los activos inmobiliarios podría afectar a las instituciones financieras expuestas al sector. 

Riesgos de la IA

La inteligencia artificial (IA) representa una herramienta con un enorme potencial para el crecimiento económico global, pero también introduce riesgos significativos para la estabilidad financiera y social. Por un lado, su capacidad para optimizar procesos, mejorar la productividad y reducir costos en múltiples sectores podría generar un impacto positivo sustancial en el crecimiento económico. Sin embargo, los riesgos asociados al uso de la IA no pueden ignorarse. En los mercados financieros, el uso de algoritmos de trading automático ha generado preocupación por su capacidad de amplificar la volatilidad en periodos de estrés. Estos algoritmos, diseñados para ejecutar transacciones en fracciones de segundo, pueden desencadenar reacciones en cadena que agravan caídas de los mercados, como ya ocurrió en eventos como el “flash crash” de 2010. Así, la falta de supervisión y transparencia en la programación de estos algoritmos podría intensificar estos riesgos, especialmente si interactúan con otros factores de inestabilidad económica.

Otro desafío clave es la concentración del poder de la IA en pocas empresas tecnológicas líderes, lo que puede limitar la competencia y aumentar los riesgos de abuso de mercado. Adicionalmente, la IA también plantea dilemas éticos, como el sesgo en los algoritmos, la pérdida de empleos por automatización y el posible uso malintencionado en ciberataques. Por último, la falta de marcos regulatorios claros y coherentes para la IA incrementa la incertidumbre sobre sus impactos futuros. 

Riesgo climático y catástrofes naturales

En 2024, las pérdidas económicas globales derivadas de desastres naturales alcanzaron los 368.000 millones de dólares, superando en un 14 % el promedio del siglo XXI. Este impacto estuvo impulsado principalmente por ciclones tropicales, tormentas convectivas severas e inundaciones. En este marco, las pérdidas aseguradas a nivel global sumaron 145.000 millones de dólares, el sexto año más costoso en la historia para la industria del seguro, con el 78 % de dichas pérdidas concentradas en Estados Unidos. Sin embargo, la brecha de protección sigue siendo significativa, con el 60 % de los daños totales no cubiertos por seguros, lo que afecta la capacidad de recuperación en muchas regiones.

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