ECONOMÍA| 18.07.2024
Los grandes retos a los que se enfrenta Latinoamérica
Latinoamérica presenta un crecimiento débil y se enfrenta a una segunda década perdida. Y es que la región arrastra una serie de problemas estructurales sin resolver, mientras se están sumando otros que restan atractivo para la inversión exterior. Esta fue una de las principales conclusiones de las jornadas celebradas en Santander en el marco de los IX Encuentros de Empresas Multilatinas, organizados por la Fundación Iberoamericana Empresarial (FIE) y en colaboración con MAPFRE y otras empresas con gran presencia en la región.
Manuel Aguilera, director general de MAPFRE Economics, advirtió sobre ese freno que muestra el crecimiento. No se espera, en este sentido, una tasa superior al 1,9 % para este año ni en 2025. «Todas las economías de Latinoamérica presentarán, a excepción de Argentina, crecimiento en 2024, pero este seguirá siendo muy por debajo de su potencial. Esta situación no responde a un fenómeno coyuntural. En los 50, la tasa era del 5,5 %, en los siguientes 20 años del 2,7 %, y en las últimas décadas del 1,6 %. Por tanto, se trata de un proceso de debilitamiento estructural», apuntó el experto, que participó en la mesa redonda América Latina, panorama económico (I): Oportunidades y agenda de reformas, junto a José Manuel González-Páramo, ex consejero ejecutivo del BCE y del Banco de España y profesor de IESE Business School; Ángel Melguizo socio de Argia-GT&E; Silvia Hernández Martín, directora de Análisis Económico en Telefónica; Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico en BBVA; y Marisol de Francisco, experta en LATAM del Servicio de Estudios en Banco Santander.
De hecho, Aguilera hizo referencia a un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de 1969, cuyos argumentos para justificar este estancamiento se podrían aplicar perfectamente en la actualidad: «La experiencia de este decenio vuelve a mostrar que las causas fundamentales del atraso económico y social que prevalecen en América Latina tienen hondas raíces en el funcionamiento y en la estructura de la economía. Si estos no se modifican no será posible acelerar el proceso de desarrollo ni alcanzar una distribución más justa del ingreso que permitan, en un periodo razonable, que aquella mitad de la población latinoamericana (más pobre) participe activamente en el proceso productivo, mejore en forma sustancial sus condiciones de vida y se integre en un esquema de efectivo progreso social».
El primer reto, y quizá más preocupante, en el que todos los expertos coincidieron fue el de la informalidad. Aguilera recordó que cerca del 48 % de la actividad laboral está destinada a la economía sumergida y más del 10 % de la población latina vive por debajo de los índices de pobreza.
Algunos problemas se han mitigado, como el control de la inflación. En este sentido, se valoró de forma positiva la pronta reacción que mostraron los bancos centrales de la región. Se estima una inflación promedio regional del 3,5 %, por debajo del 5,7 % de los países de la OCDE.
Sin embargo, subsisten problemas tradicionales que mantienen atrapada a Latinoamérica y que fueron enumerados por Aguilera: problemas de ahorro interno, de baja productividad de factores. Y a estos se suman otros nuevos: transición demográfica, con problemas en los sistemas sanitarios, la ingobernabilidad o la inseguridad jurídica y ciudadana. Precisamente, este último punto fue objeto de debate en varias de las mesas redondas.
El Encuentro de Empresas Multilatinas, que ha celebrado este año su novena edición, pretende aportar una visión de conjunto sobre el estado actual de las relaciones económicas y sociales entre la Unión Europea y América Latina, destacando el papel de las empresas multilatinas en el mismo. Además de economistas de renombre, participaron autoridades como Trinidad Jiménez, presidenta de FIE, Andrés Allamand, Secretario General Iberoamericano, Félix Fernández-Shaw, director de LAC-OCTs, European Commission, o Susana Sumelzo, secretaria de estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo.
Economía sénior
Además de Aguilera, participó en las jornadas Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, en la mesa Economía Sénior. Retos y Oportunidades en la Comunidad Iberoamericana. El experto presentó el estudio Senior Economy Tracker del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, del cual se concluye que la evolución de la economía de la longevidad está siendo positiva, con un crecimiento del 12 % entre 2015 y 2020, a pesar de que presenta un grado de avance intermedio en relación al resto de países europeos, ocupando la posición 15 de 27. «No es un fenómeno que afecte solo a las economías desarrolladas, sino que es trasversal», explicó. «No hablamos de un futurible, hablamos de una realidad. La economía sénior está llamada a ser la locomotora de la economía en general», añadió, mientras hizo referencia a que en la década 2015-2025, la economía sénior habrá crecido el orden de un 15 % acumulativo anual.
El estudio, que se trata de un indicador holístico y cuantitativo que permite medir el grado de evolución y desarrollo de la economía sénior en cada país y compararlo con otros países, señala precisamente que la transición demográfica hacia una población más envejecida se ha convertido en uno de los grandes retos del siglo XXI. Por un lado, por los desafíos que supone la longevidad y, por otro, debido a la necesidad de aprovecharse del potencial que ofrece la población mayor de 55 años para afrontarlos. Este contexto, presente en todos los países, ha situado a la economía sénior como un motor de crecimiento fundamental para adaptarse al nuevo ciclo. Sin embargo, según se incluye en el informe, su desarrollo es muy heterogéneo por regiones.
ARTÍCULOS RELACIONADOS: