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ECONOMÍA| 20.01.2021

Reino Unido y los límites del control 

Gonzalo de Cadenas-Santiago

Gonzalo de Cadenas-Santiago

Después de tanta espera, el Brexit finalmente ha llegado y el Reino Unido ya no es miembro de la Unión Europea. Reino Unido “has taken back control”, ¿o no? El acuerdo no es el fin de la gesta por retomar el control como abanderaba la campaña del “Leave” sino más bien el comienzo de muchos años de regateo con la UE en planos que no estaban cubiertas por sus términos. 

Muchos votantes de Leave se convencieron con el argumento de que, después del Brexit, el Reino Unido podría repentinamente “retomar el control” y establecer sus propias reglas de juego, especialmente en lo relacionado con sus fronteras, leyes y derechos de pesca. Según este engañoso punto de vista, el Reino Unido había sido hasta ahora lo que llamamos los economistas un “precio-aceptante”, un tomador de reglas durante su pertenencia a la UE. Pero esto no era así, la realidad es que la UE determinaba una pequeña fracción de leyes que aplicaban al Reino Unido mientras que, en la mayoría de los casos, el Reino Unido desempeñaba un papel clave en la configuración normativa de Bruselas. Después de la votación, el Reino Unido se dará cuenta de que no se liberará de la atracción gravitatoria de Bruselas.

La determinación por retomar el control rezaba dos mantras en la cabeza del “leaver”: la pesca y la inmigración. Sobre el primero, es cuestionable que el Reino Unido haya “retomado el control” de sus aguas: durante un período de transición de cinco años y medio, la UE sólo devolverá una cuarta parte del pescado que actualmente toma de las aguas británicas. Sobre el segundo, es igualmente cuestionable si el Reino Unido ha recuperado realmente el control de sus fronteras. Mientras que la inmigración neta procedente de la UE (sobre la que el Reino Unido tiene menos controles) se redujo a menos de una tercera parte en el año que terminó en marzo de 2020, la inmigración procedente del resto del mundo (sobre la que el Reino Unido tiene importantes controles) prácticamente se duplicó. Estas cifras plantean la cuestión de si el Reino Unido será más eficaz en el “control” de la inmigración procedente de destinos no comunitarios después del Brexit cuando no lo hizo antes a pesar de disponer de los instrumentos necesarios. Es más probable que el Reino Unido haya cambiado una población de inmigrantes europeos por una población de inmigrantes no europeos (tal vez en su mayor parte procedentes del Commonwealth). Puede que no sea eso lo que algunos de los Leavers tenían en mente.

La mayor ironía del argumento de “retomar el control” es que Gran Bretaña bien podría encontrar que está aún más expuesta a una regulación ocasionalmente excesiva de la UE que antes. Sin su voz más pro-mercado, la coalición de estados miembros de la UE que se opone a una ambiciosa agenda regulatoria perderá influencia. Si eso ocurre realmente, es más probable que Gran Bretaña sea un país que se rige por las normas de la UE sin tener realmente un asiento en la mesa. Muchas empresas exportadoras del Reino Unido tendrán que fabricar de acuerdo con las normas de la UE para poder acceder al mercado de la UE y querrán que Gran Bretaña adopte las mismas normas para evitar ser socavadas por los competidores que no exportan a la UE. Por lo tanto, la respuesta a la pregunta que planteaba al principio es No, Reino Unido no parece haber retomado el control.