ECONOMÍA| 26.06.2023
¿Qué es un ráting y por qué es tan importante para las empresas y los gobiernos?
“No importa lo que una agencia nos diga, siempre hemos sido y siempre seremos un país triple A”. Estas declaraciones las hizo Barack Obama el 8 de agosto de 2011. Era la primera vez que un presidente de la primera potencia mundial reaccionaba ante la decisión de una agencia de rating, pero es que también era la primera vez en la historia que el país perdía la codiciada AAA.
En concreto, fue la agencia Standard & Poor’s la que decidió dar ese paso, en pleno debate político sobre si se elevaba o no el techo de la deuda en EEUU, lo que ponía al país al filo de un posible default o impago, debate que, por cierto, suele reabrirse todos los años (ver qué es el techo de la deuda y por qué debería preocupar a los inversores).
Un rating es una especie de etiqueta que indica la capacidad que tiene un país o una empresa para pagar su deuda. La escala va del AAA, siendo la máxima posible, hasta D, que indica default o impago. Según se tenga un signo positivo o negativo se está, evidentemente, más cerca de una subida o una bajada. Y, normalmente, pueden ir acompañadas de una perspectiva (Outlook), también positiva o negativa, que indica lo mismo que lo anterior. Además, algunas veces, antes de acometer una acción, la agencia pone el rating en revisión (Credit Watch).
Antes de 2008 no solían acaparar titulares. El detonante fue la caída de los vehículos de financiación de las hipotecas subprime en EEUU (conocidas en español como titulizaciones), que estaban calificadas como AAA, lo que arrastró al sistema financiero y, por ende, a las economías. Y pocos años después vino la crisis de la deuda soberana, que volvió a poner en vilo a los gobiernos, a las empresas y, por supuesto, a los ciudadanos. Esto provocó una ola de rebajas de rating a los países y, por efecto arrastre, de las empresas. De hecho, hasta España estuvo al filo del bono basura (cuando un país cae a BB+), momento crítico porque se produce la venta masiva de la deuda (normalmente bonos) por parte de los inversores que no pueden asumir un riesgo tan alto en sus carteras. Esto es el caso de las aseguradoras, por ejemplo, que tienen un balance por lo general muy conservador por la naturaleza de su negocio y suelen invertir en deuda pública y corporativa de muy alta calidad.
Pero, ¿por qué es tan determinante el rating para un gobierno o empresa? Estas notas las ponen Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch Rating, aunque también hay otras firmas de menor tamaño, como DBRS o Scope. Indican, como se apuntaba antes, la capacidad de un emisor de deuda, ya sea gobierno o empresa, para devolver el dinero que le han prestado los inversores. Y esto se traduce, en definitiva, en unos mayores o menores costes de financiación. Un emisor AAA (actualmente hay un reducido grupo de empresas, como Microsoft, y gobiernos, como Alemania) paga mucho menos por endeudarse en el mercado, es decir, tiene que ofrecer una rentabilidad inferior a los inversores por su deuda, que un emisor BBB o BB. Se ha llegado a dar el caso, por las crisis precedentes, de que un país o una empresa tuviera hace años la AAA y acabara cayendo a grado especulativo o de alto riesgo (por debajo de BBB), lo que se conoce en el mundo financiero como ángeles caídos (fallen angels).
El rating de MAPFRE
Precisamente Fitch, una de las grandes agencias, acaba de confirmar la calificación de MAPFRE, que se encuentra en niveles elevados, lo cual demuestra la solidez del Grupo. En concreto, la agencia mantiene la calificación crediticia de la fortaleza financiera aseguradora en ‘A+’, con perspectiva estable, en atención a la “fortaleza del perfil de negocio de MAPFRE, y unos niveles de capital y resultados sólidos”.
La agencia de calificación de riesgos explicó, además, que perfil de negocio de MAPFRE “se compara favorablemente con otros grupos de seguros españoles. MAPFRE tiene una posición de mercado muy fuerte en España, donde es líder en el segmento de no vida, y en Latinoamérica, especialmente en Brasil”.
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