¿Por qué los mexicanos cobran las pensiones más bajas de América Latina?
Los mexicanos lo tienen difícil para mantener su nivel de vida tras la jubilación
Un trabajador mexicano que realiza las aportaciones mínimas recibirá al final de su vida laboral una pensión que representará en torno al 30% de su último salario, una cifra lejos de lo recomendado. Los especialistas prevén que el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) en México dedicado a las pensiones públicas pasará del 3% actual al 6% en el año 2030.
México es uno de los países de la OCDE que menos porcentaje de su salario destina al ahorro para la jubilación, según datos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR). Esto significa que, si no se complementa el ahorro con otras medidas, las pensiones de jubilación que cobrarán los mexicanos no serán suficientes para mantener un nivel de vida similar al que tienen cuando están en activo.
Las mujeres mexicanas se llevan la peor parte
En Argentina, el país donde se tiene la mayor tasa de remplazo, la diferencia entre hombres y mujeres es de 8 puntos porcentuales: el día de su jubilación, ellos cobrarán una pensión del 89,6% de su último sueldo, mientras que la de ellas será del 81%.
En el punto de mira: las aportaciones
José María Romero Lora, CEO de MAPFRE en México y LATAM Norte, explica que uno de los grandes retos en materia de política públicas estriba sobre cómo incluir a los más del 50% de mexicanos que prestan sus servicios en la informalidad, y que no se enfrentan a una tasa de reemplazo baja, sino inexistente.
Sumando el envejecimiento de la población mexicana a la ecuación, Romero Lora considera que sería necesario aumentar la edad de jubilación hasta los 70 años, así como la aportación obligatoria de los trabajadores. En este mismo sentido, la tasa de aportación tendría que pasar a 16% del salario, que es el promedio de los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) de su presente 6,5%.
Un debate global
Entre las medidas recomendadas por el citado informe, destacan:
- Incentivos para el ahorro voluntario, y mayor transparencia a los trabajadores en el cálculo de su pensión
- Incentivos fiscales para las empresas
- Regulación y definición de órganos para apoyar la transparencia en la administración y pago de los recursos
- Incorporación de la tecnología y de organismos que faciliten la asesoría y las aportaciones voluntarias