ECONOMÍA| 19.01.2023
Los retos geopolíticos, presentes y futuros
Es difícil predecir con certeza cuáles serán los principales retos geopolíticos en 2023, ya que dependerán de una amplia gama de factores que pueden cambiar rápidamente. Sin embargo, a partir de las tendencias y problemas actuales, hay varios retos que podrían surgir o adquirir mayor importancia en los próximos años.
Según se incluye en el último Informe Panorama Económico y Sectorial, elaborado por MAPFRE Economics, destacan las tensiones entre las principales potencias, en particular Estados Unidos y China, y el impacto del rápido cambio tecnológico. Asimismo, es probable que la amenaza del terrorismo siga siendo una preocupación importante, y que el cambio climático continúe erosionando los ingresos y la riqueza de la parte inferior de la capa socioeconómica del mundo, aumentando la desigualdad y perpetuando la trampa de ingreso medio.
Tensiones entre grandes potencias
Uno de los principales retos que podría seguir configurando el panorama geopolítico en 2023 son las actuales tensiones entre las grandes potencias, en particular Estados Unidos y China. Estas tensiones se han visto alimentadas por una serie de cuestiones, como el comercio, la diplomacia y los enfrentamientos militares, y tienen el potencial de perturbar las relaciones y la estabilidad mundiales. Este desafío adquiere mayor importancia a partir del desvanecimiento de la Teoría de las Expectativas Comerciales, por la que se mantenían unas relaciones diplomáticas razonables en aras de los beneficios mutuos del comercio bilateral. Ese fue el ejemplo de nuevo en las relaciones bilaterales sino-estadounidenses y la prohibición de compartir tecnología, las crecientes tensiones con respecto a Taiwán, un eslabón clave en la cadena de valor tecnológico o el nuevo arreglo de las fuentes de energía tras la disociación entre Europa y Rusia.
Impacto de la tecnología
Es probable que el rápido ritmo del cambio tecnológico siga teniendo un gran impacto en las relaciones internacionales en 2023 y más allá. Esto podría incluir la aparición de nuevas tecnologías que tienen el potencial de cambiar el equilibrio de poder entre las naciones, así como la posibilidad de que los ciberataques y otras formas de sabotaje digital perturben los sistemas y las infraestructuras mundiales. La lucha por controlar las cadenas de valor de la tecnología y partes clave de la cadena de valor aumentará continuamente las tensiones entre las potencias dominantes. Además, el riesgo que surge orgánicamente de la tecnología, en especial de la inteligencia artificial (IA), está ampliamente subestimado. Los sesgos algorítmicos, la potencia y los costes de CO2 de la formación en aprendizaje automático y el aumento de los modelos de fundamentos en IA, producen un cambio en el crecimiento de la productividad y entrañan peligros duraderos para la estabilidad y la desigualdad.
Cambio climático
Los impactos del cambio climático, incluyendo el aumento del nivel del mar, los desastres naturales más frecuentes y graves, y los cambios en los patrones climáticos, es probable que sigan planteando retos importantes en 2023 y más allá. Estos impactos podrían perturbar el comercio mundial, desplazar a un gran número de personas y tensar las relaciones entre los estados, y para hacerles frente será necesaria la cooperación y la coordinación a escala mundial. Además, el cambio climático, como todos los demás riesgos de largo alcance, actúa como impuestos regresivos que erosionan la renta y la riqueza desde la base del estrato socio-económico, aumentando la desigualdad y perpetuando la trampa de la renta media.
Terrorismo
Es probable que la amenaza del terrorismo siga siendo una preocupación importante en 2023. También es probable que el uso de las redes sociales para difundir propaganda e inspirar la violencia siga planteando un reto importante en la lucha contra el terrorismo. El terrorismo funciona como medio coercitivo para alcanzar un objetivo con escasos recursos y en un contexto en el que se crean choques contrastados. De ahí que la generalización de su versión tangible necesite de un entorno estable para crear ese poder coercitivo. Asimismo, es previsible que el terrorismo, en tiempos de convulsión, se irá transformando en ciberterrorismo.
Inestabilidad política y conflictos
Es probable que la inestabilidad política y los conflictos sigan siendo retos importantes en 2023, con una serie de cuestiones, como la desigualdad económica, las tensiones étnicas y religiosas, y la escasez de recursos, que podrían provocar disturbios y violencia en diversas partes del mundo. Esto podría tener importantes repercusiones en la seguridad y la estabilidad mundiales. El bucle de retroalimentación entre desigualdad, privación de derechos y animadversión partidista debe romperse para mitigar este tipo de riesgo. No obstante, en medio del resto de retos geopolíticos, esto parece difícil de conseguir en un futuro previsible.
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