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ECONOMÍA | 31.08.2021

El desafío de impulsar la educación financiera ante la situación actual

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Solo con un buen nivel de conocimientos será posible que muchas familias puedan afrontar una crisis económica como la actual.

La situación de millones de familias en todo el mundo ha cambiado dramáticamente en el último año debido a la pandemia de COVID-19, provocando no solo una crisis sanitaria, sino también haciendo estragos en la economía.

El escenario financiero de los países se encuentra en estado crítico y eso se ve reflejado en la capacidad económica de las familias, muchas de las cuales han experimentado un descenso en sus ingresos, así como la incapacidad de afrontar todo tipo de situaciones en gran parte por su escaso bagaje financiero.

Así pues, no es de extrañar que se hayan organizado congresos y realizado informes sobre la necesidad de mejorar y potenciar la educación financiera a todos los niveles.

El escenario financiero actual

La fotografía actual no deja de ser dramática porque se ha producido una caída en los valores activos (viviendas, pensiones, acciones…), se han reducido las alternativas, han descendido los ingresos y los recursos tienden a ser cada vez más limitados.

Ante esta tesitura resulta harto complicado poder llevar a cabo una planificación de futuro. Es más, incluso a un gran número de familias les cuesta salir adelante en el día a día. Como es evidente, esto afecta especialmente a las más pobres, que a su vez son las que disponen de menos conocimientos financieros para tomar mejores decisiones y conseguir cuadrar tanto ahorros como gastos.

Educación financiera inclusiva

Cuando se habla de fomentar la educación financiera se está tratando de mejorar la resiliencia de las personas, ya que la idea es que los segmentos más vulnerables consigan adoptar las herramientas necesarias para mejorar la situación económica.

De hecho, la palabra inclusión es clave en este tema, pues de lo contrario, la brecha se hará mayor y redundará en una desigualdad creciente, especialmente si se tiene en cuenta que los países van a tender a una caída de su PIB. Por ejemplo, la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) prevé que los miembros de la Unión Europea sufran caídas entre el 9,1% y el 11,5%.

Por ello, en esta organización recuerdan que todo el mundo está interconectado, de manera que un suceso global como esta pandemia afecta, obviamente, de una manera global, lo que implica que las soluciones deben tener un carácter general.

Medidas gubernamentales para garantizar la educación financiera

Como cabe esperar, los gobiernos y las organizaciones supranacionales han de preparar el escenario para que esto pueda llevarse a cabo. De hecho, las Naciones Unidas apuntan como Objetivo de Desarrollo Sostenible el siguiente: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

Entre las líneas en las que han de trabajar, se pueden mencionar las siguientes:

  • Los gobiernos han de proteger a sus ciudadanos y apostar por potenciar los productos financieros más justos.
  • Hay que trabajar en fomentar la educación digital y financiera, pues solo de ese modo los ciudadanos serán capaces de evolucionar en el nuevo panorama económico, claro que en ese proceso han de asegurar su protección para que puedan confiar en la digitalización.

En cuanto a la importancia de la formación económica, Pablo Adrián Hardy, responsable de Economía y Empresa en Secretaría General Iberoamericana, se refería del siguiente modo en EduFin Talks, un espacio de reflexión y debate organizado por el Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA: “Para que los países de América Latina puedan volver a la senda del crecimiento será de importancia esencial la información financiera a los ciudadanos”.

Medidas de las instituciones financieras cara a garantizar la educación

A lo largo de las líneas anteriores ha quedado claro cómo la educación financiera es fundamental para que las familias tengan mejores herramientas para afrontar los complicados momentos que se están viviendo. De acuerdo con la Comisión Europea, hace posible que:

  • Los niños comprenden el valor del dinero y cómo hay que presupuestar e incluso ahorrar.
  • Otorga independencia a los jóvenes, que se ven más dotados para vivir por sí mismos. No en vano, uno de cada cuatro jóvenes de los países que pertenecen a la OECD se consideran incapaces de tomar decisión alguna acerca de cualquier gasto diario. Es más, solo el 10% asegura tener (y demostrar) elevados conocimientos financieros.
  • Ayuda a los adultos a tomar decisiones relevantes en su vida: desde la adquisición de inmuebles hasta la búsqueda de empleo o los cambios en este.
  • Prepara a los ciudadanos ante imprevistos como los que se están viviendo en estos momentos. Y es que, con un mayor bagaje económico, es posible comprender y afrontar nuevos caminos que no “aparecen” si no se dispone de los conocimientos necesarios.
  • Proporciona una mayor confianza en la capacidad para detectar fraudes y oportunidades. En momentos de duda, se tiende a no confiar en nada que conlleve algún pequeño riesgo, más aún si se tienen en cuenta los miles de casos de fraude que cada año aparecen en los medios de comunicación. Pero si se cuenta con la información pertinente y la capacidad para comprenderla y asimilarla, el escenario cambia completamente.

¿Por qué es clave la educación financiera?

Como cabe esperar, los gobiernos y las organizaciones supranacionales han de preparar el escenario para que esto pueda llevarse a cabo. De hecho, las Naciones Unidas apuntan como Objetivo de Desarrollo Sostenible el siguiente: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

Entre las líneas en las que han de trabajar, se pueden mencionar las siguientes:

  • Los gobiernos han de proteger a sus ciudadanos y apostar por potenciar los productos financieros más justos.
  • Hay que trabajar en fomentar la educación digital y financiera, pues solo de ese modo los ciudadanos serán capaces de evolucionar en el nuevo panorama económico, claro que en ese proceso han de asegurar su protección para que puedan confiar en la digitalización.

En cuanto a la importancia de la formación económica, Pablo Adrián Hardy, responsable de Economía y Empresa en Secretaría General Iberoamericana, se refería del siguiente modo en EduFin Talks, un espacio de reflexión y debate organizado por el Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA: “Para que los países de América Latina puedan volver a la senda del crecimiento será de importancia esencial la información financiera a los ciudadanos”.