ECONOMÍA| 28.05.2024
Siete errores comunes al invertir en fondos y cómo evitarlos
Invertir en fondos puede ser una estrategia sólida para aquellos que buscan diversificar sus carteras y obtener rendimientos. Sin embargo, como en cualquier forma de inversión, existen errores comunes que pueden afectar negativamente a tus resultados financieros. Identificar y evitar esos errores es fundamental para maximizar tus oportunidades de éxito.
A continuación, te mostramos los fallos más comunes que suelen cometer tanto inversores novatos como aquellos más experimentados, y cómo evitar caer en ellos.
1. No tener claros tus objetivos de inversión: Antes de invertir en un fondo, es crucial definir tus metas a corto, medio y largo plazo, así como tu tolerancia al riesgo. Esto te ayudará a seleccionar los fondos que mejor se ajusten a tus necesidades y evitará que tomes decisiones impulsivas. Como se aborda en este repaso de las claves para elegir un fondo de inversión, conocer tu perfil inversor es vital para tomar mejores decisiones. ¿Cuál es tu tolerancia al riesgo? ¿Qué metas financieras quieres conseguir? ¿En qué plazo necesitas alcanzarlas? Las preguntas siempre son las mismas y las respuestas te harán ver todo más claro, también a la hora de contratar uno u otro fondo de inversión.
2. Ignorar las comisiones: Muchos inversores pasan por alto los costes asociados con la inversión en fondos, como las comisiones de gestión y los gastos operativos. Antes de invertir, asegúrate de entender todos los costes involucrados y busca fondos con gastos que, o bien sean bajos, o bien vengan justificados por un buen track record que hable de forma positiva del equipo gestor del vehículo de inversión. Esto es importante porque, a la hora de recuperar tu inversión y alcanzar la máxima rentabilidad neta, debemos recordar restar no solo la parte fiscal, sino también cualquier tipo de gasto asociado.
3. No diversificar: La diversificación es clave para reducir el riesgo en una cartera de inversiones al minimizar la volatilidad y ayudarnos a adaptarnos mejor a los distintos momentos del ciclo económico y del mercado. Sin embargo, algunos inversores cometen el error de concentrarse en un solo tipo de sector o de compañías por miedo, desconocimiento… Para evitar este error, considera diversificar tu cartera entre diferentes tipos de activos o productos que nos permitan protegernos frente a posibles caídas. Recuerda el viejo dicho: “No pongas todos los huevos en la misma cesta”. Aunque eso sí, no te pases comprando participaciones en muchos fondos distintos: el exceso de diversificación puede producir duplicidades (que tengas exposición ‘repetida’ a empresas) y puede hacer más compleja la vigilancia de tu cartera.
4. Tomar decisiones emocionales: Las emociones pueden nublar tu juicio y llevarte a tomar decisiones financieras irracionales. Es importante mantener la calma y seguir una estrategia de inversión sólida, incluso cuando los mercados sean volátiles. Evita dejarte llevar por el miedo, la euforia o la codicia y mantén un enfoque a largo plazo. En este ámbito, las inversiones periódicas, que te obligan a hacer ingresos puntuales cada mes o cada trimestre, pueden ejercer de ‘mejores amigas’.
5. No realizar un seguimiento de tus inversiones: Muchos inversores cometen el error de invertir en fondos y luego olvidarse de ellos. Es importante realizar un seguimiento regular de tus inversiones, revisar su desempeño y ajustar tu cartera según sea necesario. El momento macroeconómico es clave y aquí la gestión activa se encargará de adaptar el fondo al momento presente. No obstante, en nuestra mano también está, como inversores, aprovechar tendencias de mercado, por ejemplo, haciendo un traspaso de un fondo a otro. Esta es, de hecho, una de las ventajas de estos productos, ya que podrás cambiar de destino tu inversión sin tener que rendir cuentas con Hacienda. Por eso es importante mantener un registro de tus inversiones y revisar los objetivos de inversión periódicamente.
6. No tener visión a largo plazo: Uno de los errores más graves al invertir en fondos es pensar en ganar dinero rápido. Con este objetivo, cabe la posibilidad de dejarse conquistar por las rentabilidades obtenidas por un fondo en los últimos 12 meses, por ejemplo, en vez de tomar en cuenta periodos más amplios (a tres, cinco o 10 años) que te permitan tener una mejor idea de la consistencia del fondo. Y el largo plazo funciona no sólo echando la vista atrás, sino también mirando a futuro: la inversión en fondos requiere una perspectiva a largo plazo, idealmente de al menos 10 años. El poder del interés compuesto se magnifica con el tiempo, por lo que es esencial mantener la paciencia.
7. Guiarte por voces no expertas: Fiarse de fuentes poco fiables o dejarse llevar por modas en inversión puede ser peligroso. Es crucial analizar los datos históricos y la consistencia a largo plazo de cualquier fondo antes de invertir en él. Evita seguir recomendaciones carentes de fundamentos sólidos y, lo más importante, busca asesoramiento profesional cuando sea necesario.
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