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ECONOMÍA| 13.09.2023

Emprender, cinco claves para convertir tu idea en negocio

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Emprender a menudo se asocia al dicho de quien no arriesga no gana, como si solo estuviera reservado a los amantes de la adrenalina y, pese a que es muy difícil garantizar el éxito, también lo es garantizar el fracaso.

En España la actividad emprendedora ya se sitúa en los niveles prepandemia, según el último informe GEM España 2022-2023 sobre el emprendimiento innovador en colaboración con el Observatorio MAPFRE de Finanzas Sostenibles. Según el informe, el 6 % de la población española adulta ha emprendido un negocio hace menos de tres años y medio, mientras el 9,4 % de la población tiene intención de emprender en los próximos años.

Cada empresa que nace parte de una idea de negocio distinta que, junto a una propuesta de valor y un propósito firme, dará vida al proyecto. No podemos decirte cuáles deben ser los motivos que te lleven a emprender, pero sí darte algunos consejos para que tu camino hacia el éxito sea lo más certero posible.

Analiza el mercado y, cuando ya lo hayas hecho, vuelve a analizarlo

No existe empresa sin clientes, pero tampoco sin competidores. El entorno económico, social, político, cultural e incluso geográfico en el que vayas a emprender va a determinar la viabilidad de tu proyecto y, en la mayoría de los casos, van a definir cuál debe ser el modelo de negocio y la estrategia para seguir. Debes conocer tu sector al detalle y tener en cuenta factores como si el mercado ya está saturado o no de nuestro producto o servicio, si tu idea ya se ha intentado llevar a cabo, pero ha fracasado, si eres demasiado pequeño para liderar una disrupción, si tu innovación va a tener límites legislativos… Para ello, dos buenas herramientas son el análisis PESTEL (análisis de factores Políticos, Económicos, Sociales, Tecnológicos, Ecológicos y Legales) y analizar las 5 fuerzas de Porter (medir el potencial de una empresa según el poder de su cliente, el poder de negociación con los proveedores, la amenaza de competidores entrantes, la amenaza de productos sustitutivos y la naturaleza de la rivalidad de competidores ya existentes).

Ten un business plan sólido

Sabemos que del dicho al hecho… pero eso no quita que debas partir de una base sólida. Tu plan financiero cambiará, igual que tu plan comercial y tu estrategia de marketing también lo harán, pero tu business plan debe ser consistente. En una primera etapa, el plan de negocio va a ser el único elemento tangible de tu empresa, es la mínima unidad de vida de tu proyecto, por eso debe contener toda la información indispensable para empezar y debe responder a todas las dudas que pueda tener cualquier stakeholder de tu negocio. Uno de los puntos más importantes dentro del business plan es la coherencia, independientemente de que seas más o menos conservador. Entender los principales conceptos financieros es esencial para poder elaborar un buen plan de negocios, igual que tener una visión holística de la gestión empresarial y el liderazgo. Invertir en formación y rodearte de profesionales que te complementen es imprescindible para emprender.

Siempre que puedas: prototipa

Igual de importante que analizar el mercado es analizar cómo tu idea va a interactuar con él. Al margen de que sea un producto o un servicio, intenta siempre prototipar tu idea. Llevar al mercado una mínima unidad viable de tu producto, aunque sea en cartón, en forma de página web sencilla o un simple croquis, es una gran práctica para minimizar riesgos. Realizar un focus group, incluso con amigos y familiares, es una buena manera de someter a análisis esa primera toma de contacto que el usuario tendrá con tu producto.

No todo el dinero es bueno

Al empezar a emprender uno de los principales objetivos acostumbra a ser llegar al break-even (momento en el que la empresa deja de generar pérdidas y costes e ingresos se igualan) lo antes posible. Para ello, algunas startups priorizan generar ingresos, pese a que ello signifique perder el foco de la misión, visión y, al final, de los valores. Con dinero hablamos de todo el dinero: por una parte, la distribución del capital social y el patrimonio. En el mundo de los negocios elegir bien a tus compañeros de viaje es tan importante como en la vida misma, y todos sabemos que algunas combinaciones no son compatibles. Atarse a inversores que no comparten tu cultura o propósito puede ser sinónimo de fracaso. Debemos actuar del mismo modo con el dinero de los clientes: no puedes comprometer la integridad de tu proyecto solo porque alguien pague por ello.  Si la idea es buena el cliente correcto llegará a su debido tiempo. Nadie dijo que fuera fácil, sé persistente y rodéate de personas que también crean en ella, al final del día eso definirá a tu empresa, más allá de tu cuenta de resultados.

Sostenibilidad para hoy, pan para mañana

Ya sea a nivel social, medioambiental o económico, si una empresa no tiene la sostenibilidad en el centro de su modelo de negocio, a la larga, no va a ser rentable. La responsabilidad social corporativa debe ir de dentro hacia fuera, y no al revés. Hay muchas maneras de tener un papel activo y un compromiso real con los aspectos que más de cerca tocan tu modelo de negocio. Una buena manera de ver de qué manera y en qué ámbitos incidir o liderar proyectos es a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que pautan las principales líneas en las que empresas, instituciones y ciudadanos podemos contribuir.

Con el programa Insur_Space de MAPFRE Open Innovation  llevamos desde 2018 ayudando a hacer realidad proyectos y startups que contribuyen a la innovación y progreso económico y social. Además, en MAPFRE creemos que el talento no tiene edad, por eso publicamos la Guía del emprendimiento sénior dentro de la iniciativa Ageingnomics , y destinamos nuestros recursos a impulsar el emprendimiento en todas las generaciones.

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