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ECONOMÍA| 18.10.2024

Draghi y Letta: dos formas de responder al rezago competitivo de la UE

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La Unión Europea (UE) lleva años por detrás de competidores como Estados Unidos o China. No era un secreto: la economía del Viejo Continente tiene un menor dinamismo en el comercio de servicios, cuenta con unos costes energéticos más altos y muestra una gran dependencia de sus socios en algunos ámbitos, entre otros problemas. Pero ahora, los informes de Mario Draghi y Enrico Letta lo han puesto negro sobre blanco. Lo desgranamos con la ayuda de los expertos de MAPFRE Economics, el Servicio de Estudios de MAPFRE.

Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo (BCE), presentó el pasado 9 de septiembre su informe The future of European competitiveness, que aborda cómo impulsar la competitividad en Europa como respuesta a la ralentización económica que ha sufrido en los últimos años y el grado de dependencia de recursos externos, especialmente energéticos, agravado por las recientes tensiones geopolíticas.

¿El diagnóstico? Europa está perdiendo terreno en términos de competitividad en comparación con las empresas de otras áreas económicas, como Estados Unidos y China, algo especialmente evidente en el sector tecnológico: 36 de las 50 empresas tecnológicas más importantes del mundo son estadounidenses.

«Europa está atrapada en una estructura industrial estática, con pocas compañías innovadoras que desarrollen nuevos motores de crecimiento. De hecho, no hay ninguna empresa europea con una capitalización superior a los 100.000 millones de euros que se haya creado desde cero en los últimos 50 años, mientras que las seis empresas estadounidenses con valoración superior a un billón de euros sí han aparecido en este periodo», señala Draghi en el informe.

De hecho, el cierre de la brecha de innovación con otros bloques competidores es uno de los grandes desafíos identificados por Draghi, tal y como destaca MAPFRE Economics en un informe reciente. A este le siguen otros dos: cómo compatibilizar descarbonización y competitividad y cómo aumentar la seguridad económica y reducir las dependencias. Para lograrlo, se requiere una mejora de la gobernanza europea y un esfuerzo de la inversión pública y privada.

Efectivamente, el expresidente del BCE identifica un déficit de inversión anual en Europa de 800.000 millones de euros, principalmente de energía (descarbonización energética mediante inversión en tecnologías como las renovables, el hidrógeno y la energía nuclear), digitalización (I+D e inteligencia artificial) y defensa (mercado único integrado para los productos de defensa), que requiere alrededor del 4,4 % del PIB. Respecto a la financiación, Draghi prevé una combinación de inversión privada, desbloqueada mediante subvenciones públicas, y el proyecto de emisión conjunta de deuda de la UE. Finalmente, plantea una reforma del actual presupuesto (centrada en la política de cohesión y las subvenciones agrícolas) hacia la innovación, la defensa y las infraestructuras energéticas.

Los expertos del Real Instituto Elcano, socio corporativo de MAPFRE, defienden que más allá de las cifras y el diagnóstico, lo novedoso del informe está en las propuestas para poner una solución a estos problemas. Por ejemplo, para la brecha de innovación, Draghi propone la creación de una agencia ARPA europea, incentivos para los business angels o la participación más activa del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y otros para incentivar planes de pensiones europeos, además de un nuevo Programa-Marco del I+D de mayor impacto y gasto en I+D a nivel europeo, entre otras. La respuesta al segundo desafío, centrado en compatibilizar descarbonización y competitividad, pasaría por una reforma del mercado eléctrico para trasladar los beneficios de descarbonización a las facturas de los usuarios finales, y medidas para apoyar la innovación y garantizar un terreno de juego equilibrado, incluyendo medidas de política industrial a escala europea. Por último, en el área de seguridad y dependencias, identifica la necesidad de aumentar el gasto en defensa, un coste que «debe mitigarse a través de la cooperación», así como la instrumentación de una política económica exterior, con una posición «liberal» en lo referente al comercio.

Letta, el predecesor del informe Draghi

El ex primer ministro italiano Enrico Letta publicó un informe similar en abril de 2024. Bajo el título Much more than a market, Letta reformula el mercado único europeo y destaca que el declive de la competitividad es precisamente la falta de integración en los sectores financiero, energético y de las comunicaciones electrónicas dentro de la UE. «Hay una necesidad urgente de recuperar y reforzar la dimensión del mercado único de servicios financieros, energía y comunicaciones. Esto implica establecer un marco legislativo integrado entre el nivel comunitario y nacional», destaca en el informe, que señala también la necesidad de que las empresas europeas aumenten su tamaño, lo que las ayudaría a ser más competitivas.

Asimismo, sería necesaria una inversión significativa en innovación, transformación digital y tecnologías verdes para alcanzar sus objetivos, siempre teniendo en cuenta la dimensión social. «El mercado único es un potente motor de crecimiento y prosperidad, pero también puede ser una fuente de desigualdad y pobreza si sus beneficios no se distribuyen ampliamente o, lo que es peor, si se convierte en una carrera hacia la pérdida de estándares sociales. El mercado único solo podrá seguir desarrollándose si incluye una dimensión social auténtica, que garantice la justicia y la cohesión», destaca Letta en el informe. El tamaño de la UE también cobra especial relevancia, dado que tener «una Unión Europea más grande es la mejor forma de proteger los intereses europeos», con el foco en los métodos y los tiempos de esa expansión.

Tampoco pasa desapercibido el contexto geopolítico. «Nuestra capacidad industrial en los campos de la seguridad y la defensa deben pasar por una transformación radical para evitar las dinámicas que se han venido observando desde 2022: el 80 % de los fondos fueron gastados en materiales producidos fuera de la UE», señala,

Letta habla además de otra forma de fortalecer el mercado único: crear una «quinta libertad» (además de las del libre movimiento de personas, bienes, servicios y capital) que pase por la investigación, la innovación y la educación para crear un mercado sostenible y resiliente, según explica MAPFRE Economics.

«Esta quinta libertad podría complementar los avances de los últimos años y ser un catalizador para continuar esa senda en ámbitos como la I+D, el uso de datos, biotecnología o biorrobótica, entre otros. Estos campos podrían beneficiarse en gran medida de la inclusión de esta quinta libertad a las cuatro ya existentes: la libertad de investigar, explorar y crear para el beneficio de toda la humanidad sin fronteras disciplinarias o artificiales», defiende Letta.

Principales recomendaciones comunes de Draghi y Letta

Tanto el informe Letta como el informe Draghi subrayan la urgencia de fortalecer el mercado único de la UE y mejorar la competitividad mediante la innovación, la simplificación de las normativas y la integración financiera. Además, resaltan la importancia de las transiciones digital y verde como motores clave para la economía, en un contexto de baja productividad y escasez de recursos energéticos en la región.

Estas son algunas recomendaciones comunes en ambos informes:

  • Alinear los objetivos estratégicos. Ambos documentos sugieren alinear los objetivos estratégicos, tales como mejorar la innovación y la integración financiera, con marcos claros para su implementación.
  • Priorizar la simplificación regulatoria. Simplificar las leyes existentes de la UE para promover un entorno más favorable para los negocios y reducir las cargas administrativas.
  • Promover la inclusividad. Fomentar la inclusión y la accesibilidad en las políticas de mercado, asegurando apoyo a las pymes y manteniendo la cohesión social.
  • Mejorar la integración financiera y digital. Perseguir iniciativas como el euro digital y mejores marcos de financiación para fortalecer la resiliencia del mercado interno de la UE y su competitividad global.
  • Aumentar la inversión en I+D. Enfocarse en aumentar la inversión en investigación, innovación y sectores estratégicos para mantener la ventaja competitiva de la UE a nivel global.