ECONOMÍA| 06.07.2022
Consejos para cuidar tu salud financiera con Natalia de Santiago
Hoy tenemos el placer de hablar con Natalia de Santiago. Natalia es ingeniera de formación, financiera por vocación y está especializada en el impacto económico del cambio climático. Ha trabajado siempre en finanzas, en París, Madrid y Múnich, y en 2009 cofundó MyValue Solutions, una empresa pionera en el diseño de soluciones open banking que en 2021 fue adquirida por un grupo alemán.
Por lo demás, escribe sobre finanzas y economía en la revista Elle, pasa más tiempo en Instagram del que debería y vive escondida en los Alpes con su marido y sus cinco hijas. Sí, han leído bien: cinco niñas. En 2021 publicó su primer libro, Invierte en ti, para acercar el mundo de la economía y las finanzas al común de los mortales, y hace poco lanzaba su segundo libro, Invierte con poco, haz que tu dinero crezca, para seguir divulgando contenido de interés sobre educación financiera apto para todos los públicos.
Hablaremos con ella sobre sus consejos para cuidar nuestras finanzas, pero para empezar repasamos este concepto tan repetido, pero tan difícil de definir a la vez: la salud financiera.
¿Nos podrías describir qué entendemos por salud financiera?
Tener una buena salud financiera implica poder cubrir tus necesidades sin problemas, pero también tener la seguridad de que vas a poder seguir cubriéndolas en el futuro y la posibilidad de tomar decisiones que te permitan disfrutar de la vida.
No se trata solo de poder pagar las facturas, sino de que tu situación económica no sea un lastre o una fuente de estrés y te permita disfrutar una vida sin agobios.
¿Y cómo podemos saber si tenemos buena salud financiera? ¿Cuáles son los principales indicadores para saberlo?
Mirando los números. Al final, los financieros somos como un médico y lo mismo que te mides los niveles de colesterol, hay ciertas ratios financieras que podemos medir para saber cómo andamos de salud financiera. Los indicadores más básicos, como el colchón de emergencia, la ratio de deuda y la capacidad de ahorro, entre otros, nos dan ya muchas pistas sobre la salud financiera de una persona.
Natalia usa algunos términos financieros para explicar los principales indicadores de una buena salud financiera, y si todavía hay gente que los desconoce, os los explicamos:
El colchón de emergencia, también conocido como fondo de emergencia, es la cantidad de dinero que deberías tener ahorrado antes de invertir tu dinero. Esto te permite afrontar con cierta tranquilidad los imprevistos o posibles “pérdidas” que puedan ocurrir.
Por otro lado, Natalia también menciona la ratio de deuda o lo que se conoce como ratio de endeudamiento. Se trata de un índice financiero que se utiliza en contabilidad para determinar qué parte de los activos de una empresa se financia mediante deuda. Este dato es útil para ver la financiación ajena con la que cuenta una empresa y sus recursos propios.
Por último, también habla de la capacidad de ahorro, que explicada de forma sencilla es la posibilidad que tenemos las personas de separar un porcentaje de nuestros ingresos para usarlo en un futuro, siempre y cuando hacer esto no implique desmejorar ni comprometer nuestra calidad de vida actual.
En tu primer libro defiendes que “no toda la deuda es mala”. ¿Cuándo y por qué es sano contraer deuda?
La deuda puede ser una palanca que nos ayude a crecer, por ejemplo, ayudándonos a comprar una casa, a montar un negocio o a pagarnos un máster que nos permita acceder a un trabajo mejor.
Pero también puede ser muy peligrosa. Por eso es muy importante aprender a distinguir entre la deuda sana, la que nos puede ayudar a crecer, y la venenosa que solo hace que paguemos más dinero por las mismas cosas y nos incita a gastar más de lo que deberíamos en cosas que ni nos van a ayudar a aumentar nuestra capacidad de generar ingresos ni a hacer crecer nuestro patrimonio.
¿Cómo decidiste dedicarte profesionalmente al mundo de las finanzas habiendo estudiado ingeniería?
La verdad es que la parte más técnica de la ingeniería nunca consiguió captar mi atención durante la carrera. Aprobaba los exámenes, pero los transformadores y las poleas no me decían nada. Hasta que empezamos a ver asignaturas de costes y de gestión y mi cerebro hizo clic, esos números sí me hablaban. Por eso, ya durante la carrera, empecé a trabajar en finanzas y no he vuelto a mirar atrás.
Pasamos a la parte de consejos para nuestras finanzas personales, ¿Nos puedes explicar cómo ahorrar para todas las personas que les cuesta llegar a fin de mes? ¿Qué cantidad debería destinarse al ahorro?
Con premeditación y alevosía. Es decir, proactivamente, sin esperar a ver si queda algo en la cuenta a final de mes. Lo ideal es marcarse una cantidad realista y hacerlo a primeros de mes, nada más cobrar, y en automático con una transferencia programada al producto de ahorro o inversión que hayamos elegido.
Cuando las cosas vayan razonablemente bien deberíamos intentar ahorrar por lo menos un 10 % de nuestros ingresos netos. Si puede ser más, mejor, pero con un 10 % ya empezamos bien.
Y si hablamos de aquello que hacemos mal, ¿nos puedes decir cuáles son los errores más comunes que cometemos en temas financieros?
Son los que hemos comentado previamente: ver el ahorro como lo que queda en la cuenta a final de mes y, en general, tener una actitud pasiva, como si las finanzas fueran algo externo sobre lo que tú no tienes ningún control.
Es cierto que hay situaciones que nos vienen dadas, pero hay muchas cosas que nosotros podemos hacer para mejor nuestra situación económica y para que las cosas que sí que están fuera de nuestro control nos afecten menos. Cuanto antes tomemos las riendas de nuestras finanzas, mejor nos irá.
De todos los que explicas en tus libros, ¿qué tres consejos destacarías para cualquier persona que quiera mejorar sus finanzas personales?
Primero, entender que el ahorro es una de las herramientas más potentes que tenemos a nuestro alcance para vivir mejor y más tranquilos. Luego, darse cuenta de que en las cosas del dinero el tiempo es igual o más importante que la cantidad y que es importante pensar siempre a largo plazo. Y, sobre todo, no despreciar el poder de las cantidades pequeñas. En esto de las finanzas la constancia es fundamental porque, al final, muchos pocos suman.
¿Qué recomendación darías a aquellos que tienen miedo a invertir pero que quieren empezar a hacerlo?
Que empiecen con poco y poco a poco. Como decíamos, en esto de la inversión lo que necesitamos no son ni grandes cantidades ni rentabilidades estratosféricas, sino tiempo. Cantidades pequeñas y rentabilidades modestas nos pueden dar un resultado estupendo gracias al poder multiplicador del interés compuesto. Realmente, lo único que necesitamos para darle un buen empujón a nuestros ahorros es tiempo.
Por último, nos gustaría que nos cuentes más de tu último libro. ¿Cómo surgió la idea de escribir tu segundo libro Invierte con poco, haz que tu dinero crezca? ¿A quién va dirigido?
Es un libro para todos los públicos, no es necesario tener ningún conocimiento previo ni ser un genio de las matemáticas.
La idea surgió a raíz del libro anterior, Invierte en ti, en el que explicaba once pasos para mejorar tu economía. De esos once pasos uno de los últimos era la inversión, pero, como solo era un capítulo, no estaba desarrollado en profundidad y mucha gente al acabarlo me pedía recomendaciones para seguir leyendo sobre este tema porque querían seguir aprendiendo.
Y precisamente eso es lo que he intentado en Invierte con poco: contestar a todas las preguntas sobre inversión que me hacen a diario a través de las redes sociales.
¡Muchas gracias, Natalia! Ha sido un placer contar contigo para hablar sobre salud financiera y finanzas personales, dos temas a los que desde MAPFRE nos gusta sumar esfuerzos para conseguir la meta de dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: fin de la pobreza y educación de calidad. Y hablar de educación de calidad también implica hablar de educación financiera, que nos permite tomar las mejores decisiones que pueden condicionar nuestro futuro. Por ello, en MAPFRE promovemos la educación y cultura financiera y de seguros entre nuestros diferentes grupos de interés: nuestros empleados y la sociedad en general.
En MAPFRE cuidamos de lo que te importa y nuestra estrategia de sostenibilidad nos permite continuar haciéndolo posible. Trabajamos para que el empleo de calidad, la inclusión, la educación financiera, la accesibilidad al seguro y la sostenibilidad de nuestra cadena de valor sean un motor de transformación para conseguir un desarrollo, sostenible, justo e igualitario para todos.
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