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COMPROMISO | 09.08.2021

Las historias de superación más emocionantes del deporte mundial

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Entre los valores del deporte se encuentra la capacidad de superación, de ir más allá de los límites preestablecidos. Y eso es lo que han logrado numerosos deportistas en todo el mundo: superar barreras que parecían infranqueables.

El deporte es sinónimo de superación, de traspasar los límites para poder llevar el cuerpo un poco más allá. Y no hablamos de batir récords mundiales, sino de la batalla que cada individuo mantiene consigo mismo para mejorar y lograr aquello que se ha propuesto.

La propia ONU asegura que “el deporte tiene el poder de cambiar el mundo e históricamente ha desempeñado un papel importante en todas las sociedades”, e incluso lo tilda como “un derecho fundamental y una herramienta poderosa para fortalecer los lazos sociales y promover el desarrollo sostenible, la paz, el bienestar, la solidaridad y el respeto.

Una herramienta al alcance de todos

Más allá de las historias de superación que se exponen a continuación, el deporte es una herramienta que cualquiera puede emplear para mejorar su vida. En la Carta internacional de la educación física, la actividad física y el deporte de la UNESCO así lo detallan: “La educación física, la actividad física y el deporte pueden mejorar la salud mental, el bienestar y las capacidades psicológicas al fortalecer la seguridad corporal, la autoestima y la confianza en uno mismo, disminuyendo el estrés, la ansiedad y la depresión, al aumentar la función cognitiva, y al desarrollar una amplia gama de competencias y cualidades, como la cooperación, la comunicación, el liderazgo, la disciplina, el trabajo de equipo, que contribuyen al éxito mientras se juega y se aprende y en otros aspectos de la vida”.

Así las cosas, no es de extrañar que el lema del olimpismo sea “Citius, Altius, Fortius”, es decir, “más rápido, más alto, más fuerte”, porque de eso se trata, de superar cualquier frontera a base de tesón y confianza. Si no fuera así, el mundo no habría visto a Usain Bolt volar sobre una pista de atletismo o a Michael Phelps hacerlo en una piscina. Porque campeones como ellos tuvieron que superar obstáculos que para otros hubieran sido insalvables. Mientras el jamaicano padece escoliosis (desviación de la columna vertebral) y sufre intensos dolores lumbares, el nadador estadounidense hubo de enfrentarse, cuando solo era un niño, a un acusado trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Ambos salieron adelante y se convirtieron en los mejores de la historia en sus respectivas disciplinas.

Accidentes superados

Los siguientes son solo tres ejemplos de cómo un accidente no fue capaz de vencer al espíritu de superación del ser humano. Todo parecía indicar el final de carreras que acababan de comenzar o que estaban en su apogeo y, sin embargo, ninguno se rindió y lograron superar límites que quizás nunca hubieran imaginado.

Bethany Hamilton

Una de las historias de superación más conocidas en todo el mundo es la de Bethany Hamilton, una surfer hawaiana que perdió su brazo izquierdo cuando solo tenía 13 años como consecuencia del ataque de un tiburón. La joven perdió el 60% de su sangre y casi no sobrevivió a la experiencia. Sin embargo, fue operada a tiempo y no dudó en volver al mar a disfrutar de nuevo de su pasión.

Eso sí, surfear con un solo brazo no le resultaría sencillo, ya que tuvo que aprender a nadar de nuevo sin una extremidad. Una vez que lo consiguió, retomó su actividad en la tabla e incluso fue capaz de ganar alguna competición (estuvo entre las 50 mejores del mundo). El cine inmortalizó su historia en Soul Surfer, película basada en el libro que ella misma escribió: Soul Surfer: A True Story of Faith, Family, and Fighting to Get Back on the Board.

Dani Molina

El madrileño Dani Molina ha dedicado toda su vida al deporte. De hecho, comenzó a nadar en el Club de Natación Metropol de Las Palmas de Gran Canaria (España) con solo tres años. Siempre ligado a prácticas deportivas, Dani Molina sufrió un accidente a los 22 años cuando montaba en moto. Eso le llevó a perder su pierna derecha por debajo de la rodilla.

Catorce operaciones después y tras un año de recuperación, consiguió caminar de nuevo. Y cuando parecía que era el momento de dejar la práctica deportiva, decidió todo lo contrario, que era cuando más debía esforzarse.

Así que Dani Molina volvió a nadar e incluso retomó el esquí acuático y el windsurf. Tal fue su empeño que llegó a competir en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 y después ha llegado a ser campeón de triatlón.

Alex Zanardi 

Otro ejemplo de superación después de sufrir un brutal accidente es el del italiano Alex Zanardi, piloto de carreras que llegó a participar en el mundial de Fórmula 1. Después de dejar esta competición sufrió un golpe en la Champ Car por el que casi perdió la vida, teniéndole que amputar sendas piernas.

Pues bien, eso no sirvió para que dejara de subirse a automóviles para competir. Tanto es así que incluso volvió a probar un Fórmula 1 adaptado. Y más recientemente se embarcó en la aventura de realizar el Maratón de Nueva York en una bicicleta para minusválidos. Todo un ejemplo de superación.

Frente a los prejuicios

El tesón y la fuerza de voluntad no siempre se realiza poniendo a prueba al cuerpo, sino a toda la sociedad. Y esto en ocasiones resulta incluso más complicado, puesto que los límites se encuentran en el exterior.

Jesse Owens

Quizás el caso más popular de todos los tiempos fue el triunfo del atleta Jesse Owens en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, cuanto toda la maquinaria de propaganda nazi trataba de mostrar la superioridad de la raza blanca (aria).

Bien es sabido que el estadounidense Jesse Owens ganó cuatro medallas de oro y superó a todos sus rivales. Eso sí, este triunfo no le libró de seguir luchando toda su vida contra el racismo que sufría en su propio país, donde había leyes segregacionistas en pleno siglo XX.

Wojdan Shaherkani y Sarah Attar

Quizás no sean dos nombres que conozca la mayoría de las personas, dado que no lograron ser campeonas mundiales. Sin embargo, fueron las primeras deportistas que representaron a Arabia Saudí en unos Juegos Olímpicos, superando de este modo las barreras que este país mantiene con respecto a la libertad de las mujeres.

Wojdan Shaherkani participó en judo en los JJ.OO. de Londres 2012, mientras Sarah Attar lo hizo en la prueba de 800 metros de atletismo. Ambas compitieron con el hijab por respeto a la cultura islámica, aunque eso estuvo a punto de lastrar la participación de Wojdan Shaherkani, ya que en judo no era posible llevar una prenda de esas características. Al final pudo hacerlo y derribar, de ese modo, una barrera que parecía impensable.

Como se puede observar, todos estos ejemplos son solo una mínima muestra de los obstáculos a los que se enfrentan cada día millones de personas en todo el mundo. Pero muchos de ellos, gracias a su esfuerzo y a los valores del deporte, han podido superarlos.